Capítulo 18

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Capítulo 18.

-Harry-:

Tuve que regresarla a casa inmediatamente a su petición. Joder, ahora estaba tan ¿avergonzado? No lo sé. Es difícil describir lo que se siente cuando casi obligas a una chica a tener sexo, y que luego ella te mande a la mierda. ¡Las mujeres son tan complicadas! Primero dicen que eres un idiota, luego les salvas el pellejo y te insultan, después las besas y están todas calie...ntes y mojadas… y luego te dicen que te detengas y que las lleves a casa. ¡Ah! Y te llaman bipolar.

Aunque en realidad debería estar refiriéndome solamente a Skylar, una linda y pequeña molestia. Es ella la que me pone los pelos de punta y me aturde tanto que a veces quiero estrangularla… Mi pregunta es, ¿por qué no puedo hacerlo? Si se supone que es una víctima… con la que prácticamente me acabo de acostar.

Continué conduciendo hacia la casa de Skylar, mientras que ella se mordía el labio superior con rabia, o al menos eso parecía. No podía averiguar qué había dentro de su pequeña cabeza aunque quisiera, y de todos modos yo no podría entenderlo debido a que, obviamente, tenemos distintas maneras de pensar en todos los aspectos. Eso o yo soy un idiota… No, no creo que se trate de eso.

Skylar intentó abrir la puerta del auto, cerré los seguros antes de que pudiera hacer algo. Torció los ojos, suspirando y apoyando la cabeza en su asiento.

-Necesito salir de aquí –masculló -. Tengo que explicarle a mi madre por qué he llegado tarde.

Reflexioné unos segundos.

-Por favor –susurró. Vi en su rostro que seguía asustada, y supongo que ya no podía decir ni hacer nada más para que se quedara conmigo. Abrí los seguros del auto con los labios fruncidos, y ella cerró la puerta detrás de sí una vez que se hubo bajado, sin mirar siquiera hacia atrás.

Me lamí los labios para humedecerlos, y recosté la cabeza en el asiento, cerrando los ojos. ¡Eres un maldito idiota! Por haber salido con ella por primera vez, ¡por haberla llamado por primera maldita vez!, por haberla invitado a salir, por haber irrumpido en la pelea en su escuela, por haberle salvado el culo, por no haber tenido el valor para matarla, por haberla metido hasta el cuello en esto, ¡por casi haberte acostado con Skylar Dayne! Apreté los dientes, con rabia e impotencia, deseando entrar a esa casa y llevármela de nuevo. Ya fuera para matarla, para acostarme con ella, o simplemente para que no se separase de mí. De cualquiera de las tres formas, estaba cometiendo el más idiota error de mi vida.

El teléfono celular sonó desde mi bolsillo despertándome del trance. Cuando abrí los ojos, noté que las luces de la casa seguían encendidas, titilando de vez en cuando, y que el coche seguía encendido. Deslicé el teléfono por mis pantalones y contesté con voz neutra.

-Sí.

-Styles, necesito hablar contigo –dijo Matt desde la otra línea.

-¿Qué ocurre?

-Te lo diré cuando llegues.

-Vale.

Y colgué. Arranqué el coche sin la disposición de mirar a través del retrovisor, pero lo hice de todas maneras, percatándome una vez más de lo imbécil que era. El camino se me hizo más largo de lo normal, ¿y por qué cojones estaba siendo tan cursi? Harry, detente. Detén los pensamientos propios de un gilipollas y no de un hombre como tú eres, y sigue conduciendo el puto auto. Sigue conduciendo. Todo está en orden, ella está bien.

Bajé las escalerillas hacia la sala, donde Matt se hallaba sentado viendo la televisión. Ese gilipollas era mi amigo desde la primaria, era mentira que me había hablado sólo para resolver asuntos de trabajo. Me senté en el sofá frotándome las manos en los pantalones.

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