Capítulo 15

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Capítulo 15.

-Me odia –me quejé, mientras guardaba los libros dentro de mi mochila. Ali me observó mientras sacaba un paquete de chicles.

-Se le pasará –masculló, metiéndose uno a la boca. No parecía tener mucho interés, debido a que todos habíamos sabido darnos cuenta de que Danny había desarrollado un profundo odio hacia Jake Montgomery desde su entrada a la escuela. Había sido algo inmediato. Y...o había sido la única idiota que se había dado cuenta a últimas.

-Se veía bastante seguro de no querer volver a verme en su vida.

-¿Te lo dijo?

-No.

-Entonces no tienes de qué preocuparte –me dijo, con seguridad, mientras se colgaba la mochila negra en el hombro -. Es un perrito de ojos azules al que le encanta ladrar, pero nunca muerde.

-Y me gustaría saber por qué ladra… -arqueé las cejas.

-Huele a celos –rió, mientras masticaba el chicle. Torcí los ojos.

-No es cierto –me reí irónicamente -. Somos mejores amigos desde la primaria.

-¿Y? Con más razón. Una prueba más, y le gustas.

Un nudo me pobló el estómago. ¿Era el crush de los chicos ahora, o algo así?

-No quiero que se enoje –zanjé el tema, mientras caminábamos hacia la salida del aula -. Fue la primera vez que lo vi así. Quiero decir, lo veía con tanto odio…

-Danny no sería capaz de matar a una mosca –arqueó una ceja -. Siempre ha sido cruel cuando se enoja.

-Igual. Puede matar con indiferencia –apunté, mientras pasábamos frente a los casilleros. De pronto, toda la gente de la escuela se amotinaba y corría hacia abajo, hacia el campus, empujándonos una con la otra y contra los casilleros. Miré a Alison aterrada, mientras ella me tomaba de la mano y corría hacia abajo, siguiendo a la corriente indomable de estudiantes sedientos de saber qué pasaba.

El camino desde el edificio tres hacia el campus era largo, al menos en cuanto a bajar miles de pisos y escaleras se refería, así que tomamos el ascensor, el cual, también estaba inundado de gente que gritaba y echaba porras. Nos abrimos paso entre la gente, achicando los brazos para poder caber con facilidad. Escuché a un chico con lentes mencionar el nombre de Danny, iba en mi clase de matemáticas.

-Le voy a Montgomery –apuntó uno de las clases de francés -. Es mil veces más grande que él. Puede matarlo, men.

-Todos conocen a Danny Edge como un simple skater –el de los lentes arqueó una ceja. Ali me miró, igual de aterrada como yo lo estaba -. Nadie ha conocido su lado malo, sólo yo un día, hace dos años, me defendió de un matón en la avenida Sketch Street.

“Santa madre de Dios”, pensé. ¿Estaban peleando? Tragué saliva, para luego incorporarme y correr hacia la parte diagonal a la cafetería, frente al estacionamiento, donde media escuela se hallaba de pie y en círculo observando. Se escuchaban gritos, porras, las manos eran alzadas en señal de victoria, había un gran espacio entre los estudiantes, que me supuse que era donde ocurrían los hechos.

Me abrí paso entre la gente, obligada a empujar y a convertirme en un animal más del montón. Pero no me importaba, santa mierda, se trataba de mi mejor amigo y de mi nov… casi novio.

Empujé a un muchacho con gorra que se hallaba bloqueándome el paso, y entonces lo vi todo. Danny y Jake se hallaban en el suelo propinándose golpes fuertes y arrastrándose el uno al otro. Se iban a matar. Aterrada, contemplé la escena en shock durante unos tres minutos, hasta que todos mis sentidos volvieron a mí y entonces me lancé a la pelea, agarrando a Danny de la mano, primero.

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