Prólogo

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La primera vez que vi a Ares, fue en mi fiesta de cumpleaños número dieciocho

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La primera vez que vi a Ares, fue en mi fiesta de cumpleaños número dieciocho. El club celebraba por todo lo alto que me convertía en una mujer, cosa que es importante para ellos. Cuando te haces mayor de edad es cuando te dejan beber, conducir sus motocicletas, interactuar con cosas relacionadas del club, etc.

Significa un gran cambio en el club: puedes interactuar con los miembros. Ellos te notan. Incluso si lo han hecho tiempo atrás, observar en la oscuridad, ahora tienen el permiso de mirar sin disimular. Siempre y cuando no seas la hija del Vicepresidente, como es mi caso.

Entonces, estás jodida.

Cuando eres la hija de uno de los titulares más importante del club, como lo es Alexander Hansen,nadie te observa. Eres totalmente invisible. Saben que si respiras a mi alrededor, estás muerto. La regla es muy simple: no tocar, respirar o mirar a la hija de los miembros con títulos importantes. Es una mierda.

Pero eso quedó en el olvido porque llegó él: Ares.

Era mi fiesta. La gente reía, gritaba, andaba desnuda y algunos incluso follaban por las esquinas a mi costa. Porque sí: te dedicaban sus folladas. Solían agradecerte porque, gracias a ti, había fiesta. Y si hay fiesta, significaba que podían follar. Pero la realidad es que buscaban cualquier excusa para hacerlo.

Buscando a alguien con quien interactuar, me encontré con sus ojos. Sus dos fosas azules estaban fijas en mí, de labios rosados, gordos y totalmente gritando por ser besados; se formaron en una sonrisa.

Como si supiera que tenía toda mi atención, cosa que era cien por ciento cierta, se pasó la lengua por ellos, cambiando mi vista ante aquél gesto.

¿Si sabía quién era? Por supuesto. ¿Debería haber seguido mirando? Para nada. ¿Seguí mirando? Jodidamente sí. ¿Qué pasó a continuación? No recuerdo.

Fue todo muy rápido. En un momento estaba provocándome, y en otro siendo golpeado por Tyler, quien fue mi mejor amigo de la infancia.

E hijo del Sargento del club. ¿Traería consecuencias? Por supuesto. ¿A quién golpeó? Al hijo del Presidente, y futuro presidente de Bloody Hell MC.

Se acababa de ganar un pase gratis al infierno. Sin billete de vuelta.

Y estaría mintiendo si dijera que no me alegraba.

Tyler había hecho de mi adolescencia un infierno. El muy hijo de puta se creía con algún tipo de posesión sobre mí. No sabía por qué lo pensaba, o si yo había dado algún indicio de que él pudiera creerse alguien para mí, pero la realidad es que lo he rechazado durante toda mi vida.

Su comportamiento no tenía explicación alguna.

—¿Se puede saber qué coño estáis haciendo? —la autoritaria voz del Presidente del club acabó con toda la fiesta, mejor conocido como Lucifer. Se interpuso entre ellos, ambos cuerpos chorreando sangre en cuestión de segundos y con respiraciones aceleradas—. He hecho una pregunta. Y no pienso volver a repetirla, hijos de perras.

Stained © (Bloody Hell MC #1)Where stories live. Discover now