Lilium

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Estruendos, se escuchaba como si alguien apropósito azotase las puertas de cada salón que se encontraba en el edifico C de aquel instituto y así era... cada aula y laboratorio, fue minuciosamente inspeccionado hasta que ese alguien estuviese seguro de que lo que buscaba, no estuviese escondido ahí.

Furioso y con la única  misión de encontrar a cierta presa que con desespero rastreaba desde que ingresó a la institución muy temprano por la mañana, estaba aterrorizando a cada estudiante frente a él, pues se notaba a leguas que quería respuestas y sobre todo... Quería encontrar inmediatamente a la escurridiza ratilla. Algunos alumnos sentían el terror en su estado más natural cuando veían a aquel abominable ser frente a ellos, cuestionando con autoridad y furia... Si alguien había visto a la jodida presidenta estudiantil a lo largo de aquel soleado viernes.

Levi Ackerman no dudó en hacer notar lo cabreado que se sentía al respecto, pues fue precisamente unas tres o cuatro horas atrás, que de lejos vio a la dulce dueña de una única y sedosa cabellera naranja, corriendo desesperadamente hacia la entrada del instituto. El azabache no pudo hacer nada para alcanzarla, pues se encontraba a una distancia considerable de aquella chiquilla que mientras corría dejaba caer sus lápices  y también con desespero la vio recogerlos, mientras sin detenerse a ver hacia atrás, siguió su apresurado andar.

El azabache se sentía ansioso, no encontraba alguna explicación razonable para tan excéntrico actuar por parte de su chiquilla pervertida, y se concentraba en eliminar la idea de que el maldito de Zeke tenía que ver con ello.

En cada salón escuchaba la misma porquería que en el anterior, según los profesores... La señorita Ral no había asistido a clases ese día, y todos llegaban a la conclusión de que quizá no acudió al colegio, porque quizá estaba enferma, tal vez ella no se sentía bien o quizá simplemente Petra Ral no asistió y ya. Pero que se jodan los profesores, todos son unos ineptos... Así los describió el malhumorado peli negro en la profundidad de su alterada y desconcertada mente, pues estaban equivocados completamente, Petra Ral si estaba en ese instituto, él la vio, y él mismo se haría cargo de encontrarla.

El recreo fue un martirio para él, ya que ni siquiera se acercó a la cafetería y esa mañana tampoco había desayunado muy bien que se diga... La taza de té negro que bebió en su hogar, no era un alimento completo, y no es que él necesitase comer tanto después de todo, ya que no era un jodido goloso de mierda, pero había gastado más energías de lo normal buscando a la jodida niña de ojos miel y ahora... Todo le estaba pasando factura.

Irritado y completamente en guerra con el mundo a su alrededor, decidió que actuar impulsivamente y obligar a medio instituto a buscar a como diera lugar a su jodida pervertida, no era la idea más coherente de las muchas que se le ocurrieron. Levi incluso pensó en reportar el desaparecimiento de la alumna Ral, le diría al director Zackly lo ocurrido, le comentaría que ella no asistió a la clase de matemática, mucho menos a filosofía o a biología, tampoco se le vio por los pasillos si es que acaso se dirigía al laboratorio de química y mucho menos la vio en el salón de artes... Mierda.

Antes de que se decidiera a golpear su propio rostro, se dio cuenta de que había olvidado por completo que aquel jodido rincón existía ¿Cómo pudo ser tan imbécil? Levi se estaba insultando en voz baja al darse cuenta de que el salón de artes era el único lugar en el cual podría encontrar  Petra si es que ella se sentía mal o si acaso huía de alguien.

Subió las escaleras con suma lentitud, estaba ordenando sus pensamientos mientras  equilibraba sus nervios de acero y claro, intentaba poner en frio sus emociones para poder sobrellevar cualquier cosa que estuviese afectándole a su delicada novia.

Ya estaba frente a la puerta, quería tirarla a patadas pero... eso asustaría a la oji ámbar, así que simplemente asomó su gélida mitrada por el vidrio rectangular que trazaba el largo de aquella puerta y entonces, la vio... Pero no de la manera en que la había visualizado en su mente durante casi todo el día.

La pervertida de ojos color miel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora