Confusión

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La oji miel abrió la puerta y asomo la cabeza un poco para evitar que alguien entrara si es que así se lo proponía, pero para suerte de ambos, el conserje era quien se encontraba frente a ella y eso bastó para que una pequeña corazonada se le formara en su interior, es probable que aquel amable señor no se diera cuenta de nada y usaría eso a su favor.

-Señorita, hace un momento recibí quejas por parte de las demás alumnas de que este sanitario está cerrado, ¿quiero saber si ocurre algo ahí adentro? Aquel agradable conserje intentaba espiar un poco por encima de la cabeza de la peli naranja pero no lograba ver nada, esta parpadeo un par de veces y se dio cuenta de lo afortunada que era, nadie se había dado cuenta de que era lo que ocurría ahí y eso le hizo muy feliz más sin embargo no lo dio a conocer.

-Lo siento tanto señor Hannes, pero me siento muy enferma del estómago y por eso cerré la puerta, no quiero que las demás vean algo desagradable. Petra logro poner una tierna expresión de arrepentimiento y fingida vergüenza en su rostro, el conserje movió su cabeza afirmando que entendía la situación y antes de retirarse, se tomó la molestia de darle algunas recomendaciones a la menor.

-Señorita Ral debería asistir cuanto antes a la enfermería, su rostro está completamente rojo y probablemente sea a causa de fiebre, le diré a las demás que usen el sanitario del tercer piso, tómese su tiempo y espero que asista al médico. Hannes se alejó de inmediato y Petra cerró la puerta y suspiro completamente aliviada y un tanto avergonzada, aquel pobre hombre no tenía ni idea de lo que aquella aparente fiebre significaba.

-Aparte de pervertida también eres mentirosa ¡nunca más vuelvas a seducirme estando en el instituto! No puedo creer que me obligaras a hacerlo aquí. Levi salía de aquel cubículo y se acercaba con rapidez a los lavamanos, Petra inflo las mejillas al escucharlo decir aquella gran mentira, ella no lo había obligado a nada y perfectamente se dio cuenta de eso, cuando el correspondió a cada caricia.

-¿Acaso insinúas que te violé? Petra se acercó a él y comenzó a mojar un poco su rostro, la sensación de ardor en sus mejillas no desaparecía y al tener al azabache frente a ella, su corazón bombeaba sangre con mucha más violencia y debía recuperar el control de una vez.

-Solo procura no insinuarte de nuevo en un lugar como este, la próxima vez te dejare con la ganas y tendrás que tachar otro número de tu lista de mierda y puedes ir borrando la numero cinco, no volveré a follar contigo aquí. Petra rechinó los dientes y se llenó de enojo, el excitante momento que había tenido con él azabache se esfumaba demasiado rápido por culpa de sus innecesarios comentarios.

-¿Podrías al menos decirme si te gusto? Es la primera vez que siento uno de esos y al menos me gustaría saber si lo hice bien, di algo bueno de mí aunque sea por una vez. Petra cubrió su empapado rostro con sus manos, se apoyó sobre los lavamanos y comenzó a sollozar, ser la mayor pervertida del universo no significaba que estuviese vacía y sin sentimientos y no se refería al tipo de emociones que normalmente tienen las chicas enamoradas, era más que simplemente eso. Petra quería saber si Levi había disfrutado el hecho de estar con ella y quería que se lo dijese con sinceridad, la peli naranja también tenía inseguridades como cualquier chica de su edad y en ese instante la idea de que el azabache no lo hubiese disfrutado al igual que ella, le estaba atormentando completamente.

Levi la tomo de las caderas con gentileza y la acerco a él, ella al sentir el agarre se incorporó y se dio la vuelta para quedar frente a frente, el azabache no era muy bueno con las palabras y el mismo se decía que era una mierda explicando situaciones simples, por lo tanto hablar con una chica sobre una follada, era casi imposible.

-Si me gusto, lo hiciste bien y si no hubiésemos estado aquí te hubiera partido en dos por haberme provocado con tanta facilidad. No quiero verte cerca de Jeaguer otra vez y procura no ponerte en situaciones comprometedoras, haremos lo que dice en tu lista fuera de la escuela y ya veremos en donde, simplemente no me sigas seduciendo mocosa de mierda o ambos nos encontraremos en serios problemas. Para el azabache, los ojos de la peli naranja eran hermosos, pero al verlos iluminados con tanta candidez por sus palabras, simplemente no pudo evitar sonreír para aquellos inmensos pozos de miel que le veían con una mezcla de picardía y ternura. Petra se aseguró de que no hubiese nadie en el pasillo y como una operación en cubierto, ambos salieron de aquel sanitario que había sido testigo de su productiva tarde de clases y comenzaron a caminar cada quien por su lado.

La pervertida de ojos color miel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora