Capítulo 45

755 40 2
                                    

JESÚS

La señora me pasó una pequeña liberta y un bolígrafo azul. Le dediqué una amable sonrisa y firmé en la primera hoja en blanco de la misma.

—Muchísimas gracias, de verdad. —me agradeció con una sonrisa amplia.

—No es nada. —asegure lo más dulce y amable que pude.

—Ay Jesús, eres un cielo. Ahora entiendo a mi hija. —comentó en el momento justo en que el tren se paró en la estación.

—Muchas gracias. —le agradecí levantándome de un salto de mi asiento.

Me paré en seco delante de las puertas, impaciente, esperando a que estas se abrieran de un momento a otro.

En el momento en que pisé tierra saqué mi móvil y llamé a Dani, a la vez que comenzaba a caminar con paso acelerado hacia casa, quería llegar cuanto antes para poder ver de una vez por todas a Ale.

¿Y si no está en casa?

Dani cogió la llamada poco después.

—Al habla Dani. Dime. —dijo con la voz algo agitada.

—Ya he llegado. ¿Por qué no me cogías? —pregunté alterado.

—Eres un corta-rollos, por eso. —respondió molesto tras soltar un leve bufido.

—Vale, ya lo he pillado. ¿Dónde está Ale?

—Ha dicho que estaría en Gran Vía con su mejor amigo, se lo ha dicho a Nerea. Yo que tu iría rápido. —explicó.

Colgué en el momento.

Sentía una sensación extraña recorrerme todo el cuerpo, sí, estaba celoso, sí, eran celos, era la primera vez que me pasaba eso desde que estaba con Ale, me había hablado de los chicos con los que iba a clase, de los que le hablaban y de su mejor amigo, pero nunca había dado señales de estar celoso en ningún momento.

Cogí un taxi y llegué a Gran Vía. Comencé a caminar por la acera, atento a las salidas de todas y cada una de las tiendas que había a ambos lados de la calle, buscando con la mirada a Ale. Un par de minutos después la ví, saliendo de una tienda, con un chico alto, de pelo negro, junto a ella.

Me acerqué a ellos, no pensaba quedarme allí quieto.

—Hola amor. —susurró Ale saltando a abrazarme cuando estábamos a apenas un metro— Te echaba de menos, mi vida. —murmuró en mi oído.

—Y yo nena. —susurré lo más dulce que pude, intentando camuflar mis celos con ternura.

—Vamos a casa. —dijo separándose y mirando a ambos lados.

Asentí levemente, mirando de reojo al chico, lo cierto es que no recordaba su nombre, pero en ese momento ni si quiera me interesaba, sólo quería quedarme a solas con Ale y poder besarla de una vez, sin miedo a que nos hicieran fotos.

—Por cierto, las presentaciones. Jesús este es Tanner, Tanner este es Jesús. —nos presentó.

Este sonrió amablemente y levantó la mano, moviéndola de un lado a otro a forma de saludo.

—Encantado. —aseguró.

Asentí levemente, no es que estuviera muy encantado de conocerle, pero aún así no había que perder los modales.

—Os dejo solos, luego hablamos enana. —le dijo a Ale y se alejó de nosotros con las manos en los bolsillos.

Esta le sonrió y le dio un abrazo fuerte.

En ese mismo instante me dieron ganas de besar a Ale, de una vez, delante de todos, demostrar al mundo que era mía... aunque no saliéramos oficialmente.

Dos bestias en casa. [GEMELIERS] #GBA18kWhere stories live. Discover now