Capítulo 33

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NEREA

Ale y yo fuimos sin decir palabra al salón, dónde vimos a varias personas en los sofás y en el suelo, durmiendo, nos miramos y suspiramos divertidas. Despertamos a Guille, que estaba entre esas personas y nos miró a ambas como si no viera una mierda.

—¿Qué hora es? —preguntó en un susurro Guille.

—Las once de la mañana, Jesús y Dani están haciendo el desayuno. —asegure tras mirar mi reloj de muñeca.

—Ve a buscar a los demás, no sabemos donde están. —comentó Ale y Guille asintió levantándose del suelo, tambaleandose levemente.

Él salió del salón lentamente y apoyándose en la pared y los muebles. Ale y yo empezamos a despertar a toda la gente que había tirada por el salón, unos diez minutos después terminamos y nos sentamos en el sofá, una al lado de la otra. Miré a Ale, que sacó su móvil del bolsillo del pantalón.

—Ale, ¿qué ha pasado al final con Jesús? —pregunté curiosa y sonriendo.

Se puso completamente roja y se tapó la cara con las manos, apoyando sus codos en sus muslos. Sonreí mirándola y la abracé, no hacía falta que hablara, por su reacción ya deducía que había pasado al final.

Sentí como algo en el sofá vibraba, miré a Ale y vi cómo cogía su móvil de entre los cojines del mismo, en la pantalla de su teléfono ponía "Videollamada entrante de AA Papa".

—Hola papá. —lo saludó Ale con un tono alegre cuando su imagen apareció en la pantalla.

Comprobé que la expresión de su padre era de reproche, como si se hubiera enterado de algo que habría preferido que se hubiera mantenido en secreto.

Me aparte un poco de Ale, procurando no meterme en la conversación.

—¿Pasa algo? —preguntó Ale con tono preocupado, estaba claro que había notado lo mismo que yo.

—¿Qué tal con Lucas? —preguntó su padre a modo de respuesta.

Noté en el rostro de Ale un cambio radical, parecía que iba a romper en llanto en ese mismo instante.

—El y yo... cortamos. —aclaró suspirando.

—Si ya lo sé. —aseguró su padre— Y no me lo habías dicho, y tampoco que has estado últimamente más pegada a Jesús.

Me quedé mirando a Ale fijamente, esperando saber que iba a decir o a hacer, eso había sido un golpe duro.

—Papá, ¿por qué estas enfadado? —preguntó con la voz rota.

—Por que siempre me lo contabas todo, además, no me gusta Jesús, no lo veo para ti.

—Joder papá, es mi vida, yo elijo lo que hago y lo que no, además, tengo ya dieciocho años, soy mayorcita.

—Te han aceptado en la Universidad de Valencia. —soltó de golpe su padre.

—¿Qué? ¿Enserio?

—¡Ale! —gritó Jesús con un tono dulce.

Ale miró la pantalla un segundo y luego colgó suspirando, me miró y me abrazó con fuerza, a lo que yo respondí con algo de sorpresa. Se separó lentamente y suspiró, señalé con un golpe de cabeza la cocina y ella asintió. Se levantó y caminó hasta la cocina. Me levanté y me incline sobre el sofá para probar a ver si veía lo que hacían esos dos en la cocina, me caí hacia delante, pero por suerte caí de lado y no de frente. Dani apareció por la puerta de la cocina en ese mismo instante, me miró alzando una ceja y soltó una breve carcajada. Se agachó a mi lado y me agarró de la mano, ayudandome a levantarme, sonreí mirándolo.

—Gracias. —le agradecí tras soltar una carcajada.

—De nada... ¿Qué estabas haciendo? —respondió riendo.

—Ver que hacen tu hermano y Ale. —asegure.

—Mejor los dejamos solos. ¿Vamos a desayunar fuera? —susurró cerca de mi oído y una extraña sensación me recorrió el cuerpo.

—Vale. —sonreí y asenti animada.

Justo en ese momento entró corriendo como un poseso Guille, le pasó un brazo a Dani por los hombros y nos miró sonriendo.

—Noticias, David y Freire se fueron ayer con dos chicas, osea que han follado... —nos miró— ¿Nos vamos a algún sitio?

—Nerea y yo nos íbamos a ir a desayunar. —dijo Dani con un poco de recelo en la voz.

—Vale, yo iré a buscar a los otros dos, nos tendremos que ir esta tarde. —aseguró Guille y a mi se me cayó el mundo encima.

No quería irme, sentía que allí estaba mejor que en Madrid, en la ciudad no tenía nada que hacer, tenía un par de semanas de vacaciones y no solo dos días. Mire a Dani, que suspiró disimuladamente, pero no lo suficiente para que yo no lo notara. Señaló con un golpe de cabeza la preguntando así si nos íbamos, yo asenti y salí de casa algo precipitadamente. Pocos segundos después Dani y yo estábamos caminando uno junto al otro, camino... la cafetería más cercana. El aire de aquella mañana era frío, y para desgracia de ambos ninguno de los dos habíamos cogido chaqueta. Metí mis manos en los bolsillos de mis pantalones cortos, esperando así coger algo de calor. Poco después sentí el firme brazo de Dani pasar por mis hombros y su mano acariciarme tiernamente el brazo.

Sonreí como una tonta al notar su tacto sobre mi piel, me acurruque bajo su brazo, para sentir aún más alto el reconfortante calor que desprendía su cuerpo. Pocos minutos después, que se me pasaron en un abrir y cerrar de ojos, debido a lo cómoda que estaba, llegamos frente a una modesta y acogedora cafetería.

Entramos allí, aún agarrados, y nos sentamos en una mesita para dos alejada de las ventanas y de la puerta, evitando así que gente nos viera a ambos juntos y lo reconocieran a él.

—¿Qué quieres desayunar? —preguntó Dani levantándose de su silla, segundos después de haberse sentado.

—Mmm... —lo medite durante unos segundos— Un zumo de naranja y una napolitana de chocolate. —asegure de golpe y el asintió sonriendo.

—Ahora vuelvo. —dijo y, tras meterse las manos en los bolsillos, fue a la barra de la cafetería.

Tardó varios minutos en volver a la mesa, minutos que me parecieron eternos. En aquél tiempo me dediqué a revisar las fotos que nos habíamos hecho la noche anterior todos juntos (Guille, Freire, David, Dani, Jesús, Ale y yo) y algunas de las fotos que me había hecho únicamente con Ale.

Solté varias carcajadas al ver una foto de Dani cantando y bailando con un vaso en casa mano, uno de ellos vacío.

En ese mismo instante Dani dejó todo encima de la mesa y miró la pantalla de mi móvil durante unos segundos, y luego me miró a mi, comenzó a reirse a carcajada limpia mientras se sentaba frente a mí, sonreí.

Dos bestias en casa. [GEMELIERS] #GBA18kDonde viven las historias. Descúbrelo ahora