Capítulo 13

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ALEJANDRA

Salí de la ducha y rodee mi cuerpo con una toalla, me la ajuste correctamente y me peine. Deje el cepillo en el cajón que había debajo del lavabo y abrí la puerta del baño y salí, agarrando la toalla por el extremo superior, al cerrar la puerta y mirar hacia el pasillo me encontré cara a cara con Jesús, me miró a los ojos, temiendo bajar la vista en algún momento. Le sonreí y el me devolvió la sonrisa, fui hasta mi habitación y cerré la puerta detrás de mi, apoyé mi espalda en ella y suspire.

Pensé un momento en los ojos de Jesús, clavados en los míos, sacudi la cabeza para entrar en razón y me di una palmada en la frente con la palma de la mano.

«Eres medio tonta Ale»

Abrí los brazos, dejando que la toalla cayera al suelo, abrí las puertas del armario y me puse la ropa interior. Comencé a observar todos y cada uno de los vestidos y toda la ropa en general, nada me convencía para esa noche, todo era muy arreglado o muy informal.

Cogí mi móvil y abrí el chat de mis amigas.

YO: Chicas, tengo un problemo

JESS: Ropa?

YO: Sehp

MARIA: Situación, qn va?

YO: Va gente de nuestra edad, es una fiesta en una casa

ALBA: Osea, algo con lo q no te puedan violar fácilmente pero que sea sexy

YO: Exacto

JESS: Crop top blanco con brillantes y falda negra por encima de los muslos

YO: Gracias Jess, que haría yo sin ti?

ALBA: Todas nos hundiriamos 

Sonreí y apagué el móvil, lo puse a cargar encima de mi mesilla y cogí del armario un crop top blanco que tenía pequeños brillantes y una falda negra que me quedaba por encima de los muslos. Miré alternativamente todos mis zapatos y deportivas y me decante por unas zapatillas parecidas a las Super Stars, pero completamente blancas, cogí mi estuche de maquillaje y salí de mi habitación, llamé a la puerta del baño.

—¿Hay alguien? —pregunté poniendo la mano en la manillera.

—Si, pero puedes entrar. —dijo Dani al otro lado.

Asenti y abrí la puerta, encontrandome a Dani en boxers, con una toalla en la mano, secándose, le sonreí y en su rostro apareció una media sonrisa. Me examinó de arriba abajo y se mordió levemente el labio, me miró a los ojos y sonrió.

—Que guapa. —comentó y se pasó la toalla por el abdomen, me quedé unos segundos mirando en esa dirección, pero parpadee varias veces y lo miré a la cara.

—Gracias. —sonreí.

—Por ser el aire que me ha dado la vida. —cantó y se rió, me reí con el.

Le di la espalda, mirando hacia el espejo y deje el estuche de maquillaje encima del lavabo, Dani me puso una mano en el hombro y yo lo miré a través del espejo, sonriendo.

—Ale, tu cuando tienes miedo por confesar algo, ¿que haces? —preguntó mirando al suelo.

Me giré y puse mi mano en su brazo,  la bajé hasta su codo y sonreí, el me miró a los ojos, sus pupilas estaban amplias y le daban un aire seductor a sus ojos. Estuve a punto de suspirar, pero me contuve, por mi bien.

—Recuerdo una frase que me vino a la mente hace un tiempo. —respondí por fin.

—¿Y cual es? —comentó y buscó mi mirada, que iba por toda la habitación discretamente, evitando sus ojos.

—Si llenas tu mente de miedo no habrá espacio para sueños. —dije y sonrió.

Nos miramos a los ojos un momento y luego se dirigió a la puerta, estaba a punto de salir por esta, pero volvió la cabeza hacia mi y sonrió.

—Gracias Ale. —agradeció y sonreí.

Me acerqué a el y le di un beso en la mejilla, el se puso completamente rojo y se tocó la mejilla, para luego desaparecer rápidamente por la puerta. Me encogi de hombros y suspire, me giré de nuevo. Me mire al espejo unos segundos y empecé a maquillarme, sólo me puse un poco de rimel, polvos y pintalabios rosa, parecido al color de mis labios.

Salí del baño y miré mi reloj; las siete de la tarde. Llame a la puerta de la habitación de Jesús y me quedé unos segundos, esperando una respuesta.

—Enseguida salgo, estoy casi listo. —dijo y abrió la puerta, me miró de arriba a abajo y sonrió.

—Aviso a tu hermano y nos vamos. —comenté intentando no mirarle a los ojos.

Llevaba un pitillo negro y una camisa blanca, que le quedaba genial, como si estuviera hecha para el. Me giré, dándole la espalda y me mordi el labio, pude percibir, a través del cristal de la ventana que tenía en frente, que en su rostro aparecía una media sonrisa preciosa. Miré al techo un momento y me dirigí a la puerta de la habitación de Dani, llamé a la puerta, y sin esperar ninguna respuesta baje las escaleras con paso acelerado, me paré en el último escalón y deje que ambos pasaran a mi lado.

Miré a Dani, que llevaba una camisa bastante colorida, era fucsia y con toques naranjas, puse una leve mueca de asco y terminé de mirarlo por completo, lucía a la perfección unos pitillos vaqueros.

Los miré a ambos a los ojos y asintieron mirándome, sonreimos y bajamos el último escalón.

—¿Quién conduce? —pregunté cogiendo las llaves del coche del mueble situado al lado de la puerta de la entrada y alzandolas en el aire.

Jesús las cogió al instante y las miró un momento.

—Yo mismo, seguramente sea yo el que bebe menos. —respondió y abrió la puerta.

Asenti y cogí mi llavero, que tenía las llaves de la casa y la de la cochera. Cogí del cajón dos copias de la puerta delantera y se las di a los dos.

—Lo mejor será que tengamos nuestros números para comunicarnos. —dijo Dani sacando su móvil.

Jesús y yo asentimos y sacamos nuestros móviles, la primera que citó su número fui yo, ambos lo apuntaron y me enseñaron los suyos, los anoté en contactos y nos miramos unos momentos.

Fui al baño y fuimos a la cochera, Jesús miro el coche al completo y dio un salto de alegría; era un Mercedes Benz, el modelo más nuevo de toda la gama. Lo abrió y nos montamos todos en el; yo y Jesús en la parte delantera y Dani en el asiento trasero. Miré hacia atrás y ambos nos sonreimos dulcemente.

—Me encanta este puto coche. —exclamó Jesús emocionado.

—Suele calmarse si una chica le da un beso. —dijo Dani riendo y yo me reí.

Dos bestias en casa. [GEMELIERS] #GBA18kDonde viven las historias. Descúbrelo ahora