Capítulo 26

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JESÚS

Al entrar en la cocina me desplome sobre la primera silla que tuve a mi alcance, Freire y Guille, que me habían seguido, soltaron una breve carcajada, yo rodé los ojos y suspire sonoramente, ellos cogieron una silla cada uno y las acercaron a mi, se sentaron y me miraron atentamente, como si esperaran que dijera algo.

—¿Te ha gustado nuestra visita? —preguntó Guille inclinandose hacia delante y apoyando sus codos en sus rodillas.

—Sí, y menos mal, no podría aguantar sólo con mi hermano y Ale. —respondí desganado.

—¿Por lo que nos has contado? —asenti— Me da a mi que ella no ha sido, ¿por qué te empeñas tanto? —dijo Freire de tirón, sin dejarme pensar en lo que había dicho.

—No se que me pasa, estoy divido en dos. Mi parte que quiere creer que ha sido ella y la que sabe que Ale no sería capaz de hacer eso. —expliqué escondiendo mi cara entre mis manos.

—El enamorado no sabe que hacer. —murmuró Guille entre risas.

—Creo que quiero tener una razón para estar enfadado con Ale y alejarme de ella. —comenté meditando cada una de las palabras que salían de mi boca.

—Tu subconsciente quiere no enamorarse, pero tu sí. —argumentó Freire sonriendo.

—¿Qué? Yo no estoy enamorado, estas loco. —se rieron como auténticos locos.

—Claro, claro, lo que tu digas. —dijo Guille secandose las lágrimas que le había provocado reir tanto.

Rodé los ojos y me levanté de la silla de mal humor, no me gustaba que me tomaran el pelo de aquella forma, y menos que lo hicieran mis amigos en los que más confiaba, volví a la entrada con el ceño fruncido, esperando encontrar a Dani, David, Nerea y Ale, pero solo me encontré a Ale, de pie, apoyada en el barandado de la escalera, con los brazos cruzados y una mirada pensativa, como entristecida.

—¿Vas a comer con nosotros? —pregunté con un tono molesto en la voz que no había querido mostrar.

Ella me miró frunciendo el ceño, estaba claro que ese tono le había molestado, dio varios pasos hacia delante, pasando por delante de mi sin dirigirme la mirada, cogió sus llaves del mueble y sacó su móvil del bolsillo trasero del pantalón. No pude evitar mirar hacia hay y quedarme mirando su culo demasiado tiempo del normal.

—Me voy a comer con un amigo, limpiad lo que ensucieis. —dijo con un tono neutro, pero se notaba el enfado que le había provocado lo que había dicho.

La había cagado, pero bien cagada, acababa de meter la pata hasta el fondo, yo no quería que se fuera y aún menos que se enfadara conmigo, pero era comprensible después de lo que había hecho. El pensar en que se iba con un "amigo" me comía por dentro, era consciente de que cualquiera, con vista, oido y capacidad para encontrar a gente amable como ella, quería salir con ella. Pero estaba seguro de que ese supuesto amigo solo la quería para un rato, para un lío o para un polvo. Sentí náuseas al pensar en Ale follando con otro o besando a otro que no fuera yo. De repente lo entendí todo, aunque no lo quisiera admitir, me gustaba Ale, es más, por lo que sentía al tenerla cerca, estaba enamorado de ella. En ese mismo momento sentí unas ganas inmensas de agarrarle la mano,

Me hundi tanto en mis pensamientos que no me di cuenta de que Ale ya se había ido y me había quedado solo en la entrada. Parpadee los ojos varias veces para volver al mundo real y dejar de pensar en Ale, en sus curvas, su sonrisa, sus labios... Agh, ya lo estaba volviendo a hacer.

Entré en el salón y vi a Dani y a Nerea, uno sentado al lado del otro, sintiéndose amablemente, aunque parecía que sus sonrisas transmitían algo más. ¿Qué? Eso era imposible, se acababan de conocer, y conociendo a mi hermano no querría gustarse de otra chica después de Ale y Alba. Suspire y decidí dejarlos solos, fui a salir del salón, pero Dani me paró al hablarme.

—¿Qué te pasa Jesús? —preguntó girandose a mirarme.

—Luego hablamos de eso, voy a hacer la comida. —respondí con mas tristeza en la voz de la que pretendía mostrar.

—Esta bien, pero quiero que me lo cuentes. —finalizó y yo salí del salón.

Entré en la cocina intentando que apareciera en mi rostro una sonrisa lo más creíble posible.

David, Guille y Freire me miraron bastante preocupados, les sonreí al ver que se preocupaban por mi y parece que eso les relajó bastante. Empecé a hacer una ensalada mientras hablaba con ellos.

—Ey, ¿y Ale? —preguntó Guille pasandome un cuchillo.

—Se ha ido a comer con un amigo. —respondí con un tono de celoso en la voz.

—Jesús esta celoso, Jesús está celoso. —canturreo David riendo.

Yo asenti levemente indicando que sí y ellos se rieron, Guille me abrazó fuerte, lo que me animó mucho. Sonreí, esta vez de verdad y seguí haciendo la comida.

Media hora después estábamos todos y cada uno (y Nerea) en el salón con una cerveza en la mano y mas de tres latas vacías entre los pies.

Yo sentía que el alcohol estaba empezando a hacer efecto, tanto en mi tripa como en mi cabeza y mi vista.

—¡Otra! ¡Otra! —nos gritaban todos a mi y a mi hermano, que éramos los que más habíamos bebido, incitandonos a bebernos otra cerveza.

—Cambiemos un poco, voy a por licor cuarenta y tres, esta más bueno. —dije yo con un ligero acento de borracho.

Me levanté y todos se rieron, caminé lenta y cuidadosamente hacia la cocina, no quería caerme, aunque aún mantenía el equilibrio y sabía bien donde pisaba.

Ya en la cocina cogí la botella de Licor 43 y sonreí ampliamente, la abrí y le di un buen trago, sin apenas darme cuenta de que alguien había entrado en casa. Oí unos pasos ligeros, algo familiares acercarse a la cocina, me giré hacia la puerta y vi a Ale, mirándome fijamente a los ojos, como reprochadome el echo de que estaba borracho.

La miré de arriba a abajo y, como siempre, estaba y era preciosa, al pensar eso a mi mente no se le ocurrió mejor idea que decirlo sin más.

—Estas preciosa. —dije sonriendo ampliamente.

—Y tu borracho. —argumentó cruzadose de brazos.

—Puede ser, pero mañana ya no estaré borracho y tu seguirás estando preciosa. —respondí guiñandole un ojo.

Aquella respuesta pareció calarle muy hondo, ya que una bonita sonrisa apareció en las comisuras de sus labios al curvarse hacia arriba levemente.

Dos bestias en casa. [GEMELIERS] #GBA18kDonde viven las historias. Descúbrelo ahora