Se llama Amor |1/2|

27-Cumpleaños |Parte 2|

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BRAD.

-¡Feliz cumpleaños amorcín!- grito Dylan sobre la música alta, mientras pasaba su brazo por mis hombros.

No hacía falta ser muy observador, para darse cuenta que mi amigo no estaba en sus cinco sentidos.

-Gracias, Cooper- conteste, era como la trigésima cinta vez que Dylan me lo decía.

Luego lleve el vaso rojizo, que tenía en la mano, a mi boca. Tomé un gran trago del ponche que contenía a dentro y luego me aleje de la pista.

Dylan ya se habia fugado con una rubia, desconocida para mi, a mover un poco más las caderas. Me aleje del interior de la casa y me dirigí hacia el patio trasero, no habían muchas personas allí. Los que estaban, se mantenían ocupado bebiendo, dándose amor o fumando mientras charlaban con otros.

Aunque me había gustado el detalle de Mariposa, aún me disgustan las fiestas y me sentía incómodo en ellas.

Nunca me atrevería a quitar una sonrisa de Hale, por eso no le había comentado nada de mi incomodidad.

Además ella estaba feliz y si ella lo estaba yo también.

Tome un cigarro de mi bolsillo, y lo encendí, luego lo lleve a mi boca y aspire. Hacia mucho que no fumaba, siempre que lo hacía era para tranquilizarme.

-¡Hey!- escuche a mis espaldas, me gire y visualice a Brooke sonriendome - ¿Que haces aquí solo?

-No estoy solo, mira a nuestro alrededor, hay mucha gente.

-Pero a ninguno conoces.- replicó.

Y tenía razón, era irónico, el hecho que festejara mi cumpleaños y no conociera a nadie, a excepción de cuatro personas.

-Creo que soy mi propia compañía-. Contesté, encogiendome de hombros.

Un muchacho de unos diecisiete años de edad, paso con dos cervezas en la mano. Le quite una, al principio me miro con mala cara pero poco después descubrió quien era.

-Feliz cumpleaños.- Hablo sonriente, tocó mi hombro con su mano, como si me conociera de toda la vida, después siguió su camino.

Levanté mis cejas algo frustrado, las personas eran cada vez mas descaradas.

-Yo le dije a Sam de tu cumpleaños...-. Confesó, la observe mientras volvía a aspirar mi cigarrillo.

-Ya lo sabía.- respondí.

-¿Y no te enfadaras?

-Al principio si me enfade... pero tarde o temprano se iba a enterar ¿no?.- respondí con sinceridad-. Aunque prefería más tarde, pero ya sabemos quien arruinó eso.- continué sin mirarla, a continuación bebí de la cerveza.

Camine unos metros y me senté en una de las sillas de playa que la casa de Hale tenía en su patio, estas se encontraba cerca de la piscina.

Mi hermanastra me siguió, imitó mi acción pero en el asiento de al lado.

-Lo siento, no debía ser yo quien se lo dijera.- Admitió su equivocación-. Pero tu eres mi hermano...

-Hermanastro.- corregí señalandola.

Me observó con desgano, posteriormente prosiguió.

-Eres mi hermano- enmarcó la palabra llevándome la contraria, boltee mis ojos-, te he visto casi todas tus conmemoraciones encerrado en tu cuarto, solo y sin querer ver a nadie. Ni siquiera a papá.-. Hizo una pausa, suspiro y segundos después, siguió- Te puedo llegar a entender si me dices que es por tu mamá, pero creo que ella no te querría ver así y... yo tampoco.