6 Gashadokuro Romano

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— ¡GASHADOKURO!—Gritaron Kenny y Kiyomi al mismo tiempo. Los dos igual de aterrados.

Kenny sabía que eran esas cosas, cuando los guerreros no tenían un entierro digno que purificara su alma, sus almas se juntaban creando la monstruosidad que tenían en frente. Nunca había visto un gashadokuro con armadura romana, pero era claro que era consecuencia del ladrón de la Ame-no-nobuko.

Si los monstruos japoneses ya eran de por sí extraños...

El gashadokuro empezó a destruirlo todo, haciendo que los lobos y las bestias divinas se reagruparan. El monstruo soltó un puñetazo que iba a hacer puré de Amazonas en segundos, pero Kenny saltó concentrando todo su ki en que el viento lo llevara lo más rápido que pudiera hasta quedar frente al grupo de guerreras. Kenny concentró una vez más su ki para convertir su cuerpo entero en metal y detener con otro puñetazo el golpe del gashadokuro.

Kenny no pudo evitar gritar de esfuerzo.

Vio como los huesos del gashadokuro se agrietaban, pero no cedía nada de fuerza.

— ¡MU-MU-EVÁN-VAN-SE!

Las amazonas obedecieron, menos una que fue al lado de Kenny y soltó otro puñetazo a la mano gigantesca del gashadokuro. Era Hylla, la reina de las amazonas que le había dado una paliza. El puño del esqueleto gigantesco se agrietó más y fue cediendo un poco de fuerza.

Kenny vio de reojo que el cinturón de la semidiosa brillaba.

— ¿Te gusta?—Preguntó sontiendo mientras sudaba del esfuerzo—. Es el cinturón de la fuerza, creado por el dios de la guerra Marte.

Kenny asintió y siguió concentrado en que el gashadokuro no los aplastara.

Una lanza rompió viento y quedó enterrada en la mano del monstruo, que se deshizo en partes. Después cayó Kiyomi dado un tajo completo a la muñeca del monstruo y destrozándola por completo. Kenny empezó a sofocarse de cansancio, pero se mantuvo de pie. Al lado de Hylla, llegó Reyna la pretora de la Nueva Roma, y al lado de Kenny estaba Kiyomi.

Los cuatro estaban en posición de ataque.

El gashadokuro alzó su puño destruido y empezó a reconstruirse en cenizas.

—Reyna—dijo Hylla llamando a su hermana.

—Te escucho.

—Este par. Los extranjeros ¿Son de confianza?

Kiyomi volteó los ojos irritada.

—Lo son. Totalmente.

—Muy bien.

La reina Amazona se lanzó al ataque del gashadokuro con una espada dorada en cada mano, detrás de ella corrió Reyna con otra espada lista para el ataque. Kenny tomó a Kiyomi por la cintura y con la fuerza de los vientos llegaron hasta el peto del esqueleto gigantesco. El par de amigos enterraron sus katanas en los pliegues de la armadura para empezar a destrozarla a pedazos.

Kenny concentró su ki en la tierra debajo de ellos para que crecieran hordas de enredaderas para que atraparan al gashadokuro en el piso. Reyna e Hylla iban destrozando pedazos enromes de hueso a cada metro que recorrían.

El chico hizo encenderse todas las enredaderas como había hecho con Namazu el verano pasado. El gashadokuro empezó a bramar de dolor mientras se prendía en un incendio que no cedía ni un poco. El par de semidiosas romanas estaban a cada costado del monstruo y Kiyomi se colocó al lado de Kenny.

—Con que esto se siente ser un gainji—dijo burlándose de Kenny—. Tendré más piedad de ti a partir de ahora, Ken-chan.

—Cállate. Kiyomi.

El gashadokuto gritó con más fuerza y empezó a alzarse de las llamas.

— ¡NO!—Gritó Kenny concentrando más su ki.

En el casco romano del gashadokuro se posó un guerrero de túnica morada con su máscara kabuki de Lobo Oni. En su mano derecha llevaba la Ame-no-nobuko.

— ¡BRYCE!—Gritó Reyna.

El Lobo Oni azotó la lanza en el cráneo del gashadokuro lo que hizo que retomara fuerza y se deshiciera por completo de las ataduras de Kenny. Hylla saltó con sus espadas contra el Lobo Oni, pero éste la tomó del cuello riéndose.

El monstruo intentó destrozar a Kenny de un puñetazo, quien concentraba todo su ki en mantener las ataduras y el incendio vivo. Kiyomi saltó frente a Kenny y fue atrapada por el puño del monstruo, del cual se aferró.

El Lobo Oni cortó el aire con la Lanza de la Creación e inundo todo en sombras que lo absorbió a él, a Hylla, y al gashadokuro con Kiyomi en su puño.

— ¡KIYOMI!—Gritó Kenny al ver a su amiga desaparecer entre gritos.

La Lanza de la CreaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora