5 El Traidor Muerto

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La pretora se cubrió de las explosiones que "Sazuku" provocaba con cada chillido que soltaba.

— ¡¿Por qué nos atacan?!

Kenneth Kuromori destrozaba los escombros que casi los aplastaban, mientras seguía a Reyna por el complejo sistema de pasillos y escaleras.

— ¡No lo sé! ¡Quizá estén buscando a Seiryu y a Genbu!

— ¡¿Estén?!

La pretora se quedó helada al escuchar el rugido tan abrumador en el aire. A los lejos vio a un tigre de bengala, del tamaño de un oso, que un rugido hacía temblar todo el complejo.

— ¡Byakko!—Gritó Kenneth— ¡Al suelo!

Reyna obedeció y escuchó como el samurái cortaba el viento para evitar otro derrumbe por el rugido.

Siguieron corriendo y salvándose a duras penas.

Reyna escuchó a las amazonas preparándose para la guerra y yendo al ataque de las bestias en sus carros de guerra. Pero el dragón "Seiryu" las mantenía a raya con sus ataques masivos de agua.

"Lo bien que me caería la maldita ayuda de Jackson en este instante".

La manada de Lupa corría ya al lado de la pretora y de Kenneth.

"NO TOQUEN AL EXTRANJERO, ESTÁ BAJO MI PROTECCIÓN"

Los lobos protestaron, pero la furia y determinación en Reyna hizo que obedecieran.

— ¡¿Cómo los detenemos, Kenneth?!

— ¡No lo hacemos, sólo los podemos retrasar!

Reyna asintió sabiendo que eso era mejor que nada, al menos si lo lograban podrían hacer que las amazonas evacuaran el complejo por completo. Reyna saltó con gladium desfundada directo a "Byakko". Iba sostenida de una cadena en el techo. El tigre soltó otro rugido destructor que iba directo a desintegrar a la pretora, pero ella ya esperaba algo así.

Se soltó de la cadena al instante y cayó sobre un pasillo debajo de Byakko. La pretora destruyó la base de la plataforma en la que el tigre de bengala se encontraba y ésta colapsó al instante.

Al alzar la vista vio a Kenneth saltando impulsado por vientos, destrozando las explosiones de fuego del fénix Sazuku. Unos instantes después una motocicleta saltando el aire arrolló al ave de fuego por completo. De la moto cayó la otra samurái, la amiga de Kenny. El chico tomó a su amiga por la cintura y cayeron con suavidad en otra plataforma para seguir corriendo.

La pretora vio a la tortuga Genbu provocando terremotos en lo más bajo de la base.

Reyna se lanzó directo a ella pero fue embestida por una figura en túnica morada en pleno salto. La pretora se levantó con dificultad a ver a su atacante. Delante de ella estaba el mismo tipo que vio fuera del restaurant hacía menos de una hora. Un Legionario en túnica morada, con una katana de oro imperial y una máscara kabuki de Lobo Oni.

— ¿Qué pasa mi querida pretora? ¿Acaso sus lista de planes de guerra no incluían bestias divinas japonesas?—El Lobo Oni se rió frenético y se lanzó contra Reyna.

La pretora detuvo sus ataque pero sintió cada uno de sus huesos vibrar del esfuerzo.

Comenzaron a luchar con determinación imposible.

El Lobo Oni no sólo peleaba con el acostumbrado estilo de la Legión Romana, también peleaba con estilo samurái. Un tipo de combate totalmente desconocido para Reyna y del que no salió ilesa.

La pretora estaba tirada en el pasillo de metal, con una rodilla recargada sintiendo los cortes profundos de la katana de Oro imperial en sus piernas y cuello. Agradeció que no la hubieran cortado con mayor profundidad, porque si no habría estado acabada. Escuchó al Lobo Oni acercarse a ella con delicadeza, disfrutando cada segundo de dolor y agonía de la pretora.

Al escuchar la risa enfermiza, Reyna supo quién estaba debajo de la máscara.

Ya sabía qué hacer.

Cedió al dolor y se quedó casi tirada por completo en el piso. Escuchó la katana cortar el aire para asesinarla, pero en esos instantes Reyna dio una vuelta sobre sí misma para patear el estómago al Lobo Oni. Dio una segunda patada que hizo que la máscara de su atacante saliera volando.

Reyna se puso seria al ver el rostro del atacante.

—Bryce Lawrence, hijo de Orco.

Bryce se rió con demencia y del aire invocó una lanza de dos metros de largo, blanca y recubierta de piedras preciosas.

—Hola, mi amada pretora ¿Sorprendida?

Bryce lanzó una onda de explosiones continuas hacía Reyna, que apenas y pudo esquivar saltando de un piso a otro en los pasillos. La pretora vio el plan de ataque de Bryce en conjunto; Hizo que Reyna e Hylla levaran a Seiryu y Genbu a la base Amazona, así irían también el Fénix y el Tigre. De algún modo supo que Lupa tendría allí a Kenneth y a su compañera, de esa manera las amazonas los inculparían del ataque. Pero aún más, sabía que el ejército de lobos y amazonas estarían concentrados en vencer a las bestias y a los extranjeros, dejando a Reyna luchando sola contra él.

Ese había sido su error.

Ella no lucharía sola.

"Lupa. Tengo al ladrón persiguiéndome"

Reyna escuchó un aullido a lo lejos y en cuestión de segundos Bryce estaba rodeado por 12 lobos, con Lupa a la cabeza. La pretora estaba unida al tropel de ataque al hijo de Orco que se colocó la máscara y dio un golpe al pasillo de metal con su lanza.

Se hizo un silencio escandaloso.

Se escucharon miles de gritos fuera y algo enorme arrastrándose hacía ellos.

—Bryce...—Reyna se lanzó contra el traidor, pero este detuvo su ataque son la lanza y soltó una cantidad impresionante de poder—Reyna, Reyna. No pierdas la concentración, créeme que en cuestión de segundos seré el menor de tus problemas.

La pretora no tuvo tiempo de agregar nada más al ver de lo que Bryce hablaba.

El techo fue destruido por un esqueleto gigantesco. Realmente gigantesco. Más grande que un rascacielos de Nueva York. El esqueleto iba vestido con una armadura dorada de la Duodécima Legión Fulminata. Al escuchar el bramido del monstruo Reyna lo supo, ese esqueleto de alguna forma estaba hecho de un sinfín de cadáveres de Ex Legionarios.

— ¡GASHADOKURO!—Gritaron Kenneth y su compañera, refiriéndose al esqueleto monstruoso frente a ellos.

Reyna no lo dudó, fue al ataque del monstruo gigantesco.

Vio con Bryce desaparecía en un viaje de sombras.

La Lanza de la CreaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora