V e i n t i t r é s

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¿En qué crees? ¿Crees que hay un alguien superior a nosotros? Estoy hablando de una entidad divina y perfecta que nos maneja. Existen tantas creencias como ideales, pensamientos y sueños, muchas veces seguimos lo que otros profesan o simplemente aceptamos que hay un algo superior, como una fuerza. Sin embargo, están esas ocasiones donde las personas aseguran haber visto lo que muchos quieren ver, su creencia comienza o se afianza.

Siempre creí que hay un alguien que nos mira desde las alturas, un ser todopoderoso, piadoso, amoroso y justo; pero lo hacía porque mi familia me lo inculcó. Luego, como una niña que necesitaba apegarme a algo superior cuando mi padre falleció, decidí creer en la Luna y que me concediera mi deseo. Y me lo concedió, aunque de una forma extraña, lo que me hace preguntar ¿realmente existe alguien, una fuerza intangible, que nos custodia o necesitamos creer con pasión en algo para que se vuelva realidad?

Tal vez solo trato de buscarle lógica a algo que no la necesita.

¿Por qué la pregunta? Bueno, porque si te es difícil digerir que una niña común y corriente adoptó una habilidad extraña solo por hablarle a la Luna, te sorprenderá saber que mis viajes al pasado, cuando todavía no nacía, no me dejaban como un ente que vagaba de forma espiritual, sino que necesitaba ocupar un cuerpo.

Te dije que en mi quinto viaje decidí saber qué pasó entre mis padres, quién era la persona que forzó su relación, descubriendo que fui yo, no obstante, no te conté cómo sucedió.

A papá le gustaba contarme sobre cosas especiales, hechos y acontecimientos que lo marcaron. Se sentaba a un lado de la cama con historias interesantes, le gustaba hacerme reír con imitaciones y a veces pegaba un salto fuera de la cama para darle más profundidad a sus relatos. Me encantaba escucharlo y verlo. Uno de sus relatos, el que más me atraía, era el día en que mis padres se conocieron. La colisión de dos personas en una parada de buses y el intercambio de diarios me pareció tan... extraordinario.

Me conocía bien la historia, con su fecha, hora y lugar. Sabía hasta los mínimos detalles que llevaron su encuentro a la realidad. Papá había sido muy específico y yo, como una seguidora fiel, los recordaba todos.

Pero, antes de que mis padres se conocieran, estaba ese día que todo lo cambió.

Yo lo llamo El día de la improvisación.

Desperté en el suelo rodeada de personas conmocionadas. Mi cabeza pesaba con el sonido de los autos, las bocinas, música y gritos; no pude levantarme sin la ayuda de las personas. Yo estaba choqueada, nunca pude acostumbrarme a los viajes más allá de mi nacimiento porque ocupaba cuerpos de personas que perdían la consciencia durante el tiempo en que yo permaneciera.

Mentiría si te digo que esos viajes más allá de mi existencia se toman a equis persona o simplemente a alguien aleatorio. Nunca entendería mi maldición en su totalidad. Pero creo que debe ser alguien ligado a mi sangre que tuviera relación con mis padres.

Díselo a la Luna ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora