14. El tutor - (Larry Stylinson)-Terminada.

Cuatro.

Harry llegó corriendo a su casa y subió rápidamente las escaleras para meterse en su habitación, tiró su mochila y su cazadora al suelo y rápidamente se metió en el baño donde se mojó la cara y sofocado se miró al espejo.

Estaba sudoroso y parecía un tomate, su corazón latía a mil por hora y sus manos temblaban como las hojas de los árboles.

—Hijo, ¿estás bien?, me has asustado llegando así...—preguntaba su madre—¿por qué te has encerrado en el baño?, ¿No te habrá pasado algo malo en el colegio verdad?.

—Déjame mamá, no me pasa nada. Simplemente venía acalorado por la carrera y quería refrescarme, nada más.

—Está bien hijo pero anda baja ya, tu padre está por llegar y querrá comer.

—Sí mamá, ahora mismo voy, no te preocupes.—contestó el rizado resoplando.

Cinco minutos después ya más aliviado, el chico salió del baño y bajó las escaleras de nuevo, se fue al salón donde su madre y su padre ya estaban sentados a la mesa.

—¿Qué pasa hijo?, tu madre me dijo que estabas arriba en el baño de tu habitación, ¿Ya no te gusta el de esta planta o que?— le preguntó su padre sin levantar la vista del plato.

—Si papá, es solo que tenía que coger algo en la habitación y por eso subí.

Su padre levantó la vista y lo miró fijamente.

—Está bien hijo..., anda, venga cuéntame, ¿Cómo te ha ido la mañana?.

—Bien supongo, ya nos han asignado un tutor y voy a tener que ir a estudiar después del colegio para los exámenes finales.

—¡Un tutor!, ¿Cómo que un tutor?, explícame eso—exclamó su padre muy molesto.

—Sí bueno, son chicos y chicas de los cursos superiores que nos ayudarán a estudiar y a entender cosas que a nosotros nos resultan difíciles.

—¿Y por qué no te han puesto una chica?.

—Pues es que solo había tres papá y se las asignaron a mis compañeras—mintió el ojiverde— a mi me tocó un chico llamado Louis.

—Pues no me gusta esa idea—gruñó su padre— ¿no será uno de esos raritos verdad?, uno de esos gays. Sabes lo que opino de esa gente, no quiero que estés cerca de ninguno de ellos.— golpeó la mesa enfadado, asustando a Harry y a su madre que empezaron a temblar.

—E-Es del ú-último curso pa-pá y además creo que tie-tiene novia hace a-años, no es de e-esos.—dijo el rizado.

—Bueno, voy a confiar en ti pero a la mínima que veas que se te insinúa o hay algo raro, pide que te cambien.—dijo su padre— No quiero volver a encontrarme la escena del pasado año, cuando te encontré besandote con el vecino del quinto, que resultó ser uno de esos degenerados. Sólo son una vergüenza para sus padre, si vuelve a suceder, te meteré de cabeza en una escuela militar y no saldrás de allí hasta que yo quiera, ¿he sido lo suficientemente claro?.

—Sí pa-pá, muy cla-ro.

Al terminar, Harry ayudó a su madre a recoger los platos y su padre se sentó a ver la televisión un rato.

—Papá, ¿puedo su-subir  un rato a leer a mi habitación?.

Entonces su padre desde el sillón asintió y Harry subió rápidamente las escaleras, no fuera que éste se arrepintiese.

Entró en su cuarto y se tumbó en la cama, metió la mano bajo el colchón y cogió una revista que había encontrado en una papelera junto al quiosco de la esquina.

Tras un hora oyó un ruido en su puerta, Harry escondió rápidamente la revista donde estaba anteriormente y cogió en sus manos otra revista de coches que tenía en su mesita.

Su padre entró en la habitación y lo miró fijamente

—Hola hijo, vaya veo que te gustó la revista de coches que te traje, vete eligiendo uno pues en tu próximo cumpleaños tu madre y yo hemos decidido que te lo compraremos.

—En serio papá, wow... eso sería fantástico, gracias.

—Eso si pero tienes que obedecer y no hacer sufrir a tu madre, ¿entendiste?—Harry asintió— Bueno hijo ya me voy a trabajar, seguiremos hablando en la noche y recuerda, alejate de los enfermos esos de los gays.

—Vale papá, hasta luego—dijo sonriendo el ojiverde.

Cuando su padre salió por la puerta, Harry soltó un gran suspiro y lanzó la revista al suelo.

—Te odio, maldito hijo de puta.—susurró entre dientes.

Harry se levantó y miró por la ventana como su padre se subía al coche y se iba, entonces volvió a coger la revista bajo su colchón, se tumbó y continuó viéndola.