Harry es un chico de dieciseis años que cursa primero de bachillerato pero tiene malas notas .
Louis Tomlinson tiene dieciocho años y cursa tercero de bachillerato en su mismo colegio.
Una tutoría pondrá a uno en el camino del otro.
Graves motivos l...
Tras llevar un año juntos, Harry sentía la necesidad de expresarle todo el amor que sentía a su novio y decirle que estaba entregado en cuerpo y alma a él.
Con la ayuda de Liam y Zayn, se les ocurrió hacer otra manera de demostrarselo y esa era proponiéndole matrimonio de una manera especial.
Así que un domingo por la mañana Louis se despertó con una delicada fragancia que inundaba la habitación, entonces se incorporó y se encontró con toda ésta llena de maravillosas orquídeas.
Llamó a Harry pero este no contestó, así que se levantó y se cubrió con su bata favorita para ir en su busca, al salir de la habitación e ir por el pasillo notó como si estuviera en un jardín y de hecho al llegar al salón, se encontró con que el resto de la casa también estaba adornada con más flores, de todos los colores y clases y que estaban por todas partes.
Con una inmensa sonrisa perpetúa en la cara, el ojiazul llegó hasta la cocina y ahí se encontró a Harry que con solo un delantal puesto sobre su hermoso cuerpo, éste preparaba un delicioso desayuno.
— P-Pero Harry cariño , ¿a qué viene todo esto?, no me digas que te has gastado todo tu sueldo en todas estas flores.
El rizado se giró rápidamente con la sartén en la mano y una espátula en la otra, ya que estaba haciendo huevos revueltos.
— Para ti mi amor, hoy es un día especial, ¿Acaso no te gustan? —sonrió travieso— anda siéntate que vamos a disfrutar de un maravilloso desayuno.
Louis hizo una señal de aprobación con la cabeza y se sentó alucinado, esperando a que su novio le sirviese ese fantástico desayuno que él se estaba molestando en preparar y que olía tan rico.
— Venga dime, ¿por qué es un día especial Harry?, ¿qué pasa hoy?.
El rizado sonrío de nuevo y le sirvió un poco de café en su taza, luego echó otro poco en la que tenía para él, después sacó las tostadas calientes y las sirvió en un plato untadas con mermelada.
Harry puso los huevos revueltos en dos platos, uno para Louis y otro para él, también había hecho zumo de naranja y había bajado a buscar unos muffis a la pastelería de la esquina, exactamente los que más le gustaba Louis.
En medio del desayuno, Harry no lo aguantó más y explicó su cometido a su novio, que lo miraba impaciente mientras comía.
— Bueno hoy he decidido que es un día especial porque quiero decirte lo mucho que te amo y lo maravilloso que ha sido estos 12 meses contigo. Quiero decirte que me has enseñado a olvidar todo lo malo que ha pasado en mi vida y a ver lo positivo de ésta nueva etapa. Me has enseñado a no esconderme y a disfrutar de las cosas maravillosas que nos regalan el día a día pero sobre todo me has ayudado a sentirme persona otra vez, a levantar la cabeza, disfrutar de mi trabajo y a ser digno de ti. Agradezco a la vida por estar juntos todos esos días y por los muchos que vendrán.
El rizado tenía hipnotizado al maestro, que lo miraba atentamente lleno orgullo y confusión, entonces se levantó y fue hacia él, se arrodilló y sacó del bolsillo de su delantal, una pequeña cajita que colocó en la mano de Louis.
El ojiazul se quedó boquiabierto y sus ojos se llenaron de lágrimas, con sus manos temblando por los nervios, la abrió encontrándose un precioso anillo.
—Mi querido y hermoso tutor, ¿me harías el inmenso honor de casarte conmigo?.—dijo el ojiverde muy nervioso también.
Louis estaba tan emocionado y lleno de felicidad que permaneció sin habla unos minutos pero finalmente y para alivio del ojiverde al fin habló.
—Si ...si ....siiii, claro que si mi amor, me casaría contigo un millón de veces.
Harry atrapó sus labios feliz y lo rodeó con sus brazos, luego le levantó del suelo y Louis pegó un salto y se subió a su regazo, entonces Harry lo llevó hasta el sofá donde lo tendió y siguieron besándose.
La bata y el delantal terminaron en el suelo pues una vez más, Harry penetró a Louis sumiéndolos en una vorágine de sexo salvaje que los transportó al placer más extremo y los dejó exhaustos y abrazados en el suelo de su salón.
Un mes después se casaron en una íntima ceremonia, rodeados de sus mejores amigos y de las personas más importantes para ellos, siendo inmensamente felices el resto de sus vidas.
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