Las explicaciones sobran en este paquete

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¡Concéntrate en tu tarea!

Corrí hacia donde Brandon estaba, podía prever que se encontraba en el bosque, si quería intentar suicidarse lo haría en un lugar donde nadie le viera. El día estaba bastante caluroso por lo que cuando alcancé el bosque mi cuerpo ya tenía una capa de sudor completamente incómoda ¡Ugh! Y acaba de bañarme.

Me interné en el bosque captando su esencia rápidamente, seguí el camino sin perder nada de tiempo. El sonido de un objeto sólido siendo incrustado con fuerza en un árbol  hizo que mi corazón se acelerara y una voz en mi cabeza me gritara que ya era muy tarde.

Con la respiración agitada seguí corriendo hasta encontrarme con una silueta masculina apoyada en un árbol, me detuve sin poder decidir si quería que me viera o no.

—Sé que estás allí —Le escuché decir haciendo que me sobresaltara.

Caminé hacia él lentamente sintiendo el alivio correr por mi cuerpo entero, él no había logrado acabar consigo mismo y esperaba por todo lo santo que no fuera a ocurrírsele pronto.

—Buenos días —Le saludé saliendo de un árbol.

Brandon se sobresaltó dando un paso hacia atrás, sus ojos azules grisáceos me observaron con detenimiento por unos momentos antes de que pudiera decir algo.

— ¿Qué te trae por aquí? —Preguntó fijando su atención en el árbol delante de él.

Le observé sintiendo como todo dentro de mí se revolvía, la pregunta de quién era Brandon comenzó a pinchar en mi cabeza haciéndome desear que al igual que Igor él pudiera darme la respuesta a ello. ¿Quién era él? Bueno, sabía que había algo en su ser que era poderoso, había algo tan secreto que no hacía más que decir que si lograba descifrarlo desencadenaría una serie de incidentes catastróficos.

—Estaba dando una vuelta y escuché ruido —Me excusé dando un paso hacia él.

Brandon arrugó un poco el ceño como si estuviera en desacuerdo con ello, su brazo derecho se tensó mientras lo alzaba lentamente, miré con detenimiento lo que él estaba a punto de hacer y con un ligero pero mortal impulso de su mano un cuchillo, que hasta ahora no había visto, se incrustó en el árbol que tenía frente a él justo en el centro.

—Buena puntería —Le reconocí mirando anonadada el lugar donde estaba ahora el cuchillo.

—Tenía fama de ser el mejor en esto —Comentó ausentemente mientras sacaba otro cuchillo (de unos diez centímetros) del bolsillo trasero de su jean.

Le observé repetir el movimiento que a la vista se veía completamente sencillo pero sabía que si yo intentaba hacerlo podría amputarme el brazo entero. Me quedé allí observándole lanzar cuchillos sintiéndome orgullosa de que mi humano tuviera semejante habilidad.

El interés por saber más de su vida me sacudió haciéndome sentir ansiosa de que acabara con su juego y se enfocara en mí. Brandon detuvo el lanzamiento y me miró con ojos curiosos, mi estomagó se cerró con fuerza recordándome a mis días de timidez cuando Kenton intentaba hablarme.

— ¿Puedo ayudarte en algo? —Preguntó sin rastro de hostilidad.

¡Sí! ¡Claro que sí! Necesito saber quién eres.

—No —Respondí mordiendo mi lengua.

Brandon tiró el cuchillo al suelo y caminó hacia mí a paso medio estando pronto a centímetros de mi cuerpo. Mi respiración sufrió por lo que casi parecía estar hiperventilando.

— ¿Cómo te sientes? —Preguntó alzando una mano para colocar un mechón de cabello detrás de mi oreja, que clásico.

—Bien —Respondí sin soltar mucho aire.

Irrumpir en el Ardid (irrumpir en el Ardid #1) [En proceso de Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora