¿Pero... está bien?

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-¡¿Vas a trabajar aquí!? ¡Es un sitio increíble! -Me entusiasmo en seguida, mirando a mi alrededor. 

La galería de arte es preciosa. Y el despacho de Sof aún más. Muebles oscuros, elegante. Me siento en el sofá de golpe.

-¡Y vaya sofá! ¡Te cambio el sitio ahora mismo! ¡Mi silla de la redacción no tiene ni punto de comparación! 

-¿Quieres no dejarte caer así a lo bruto? -Pregunta ella, cuando me levanto y me lanzo de nuevo sobre el sofá.

-Me quedo aquí, Sofi. Decido- Vete a la redacción. Tienes que escribir un artículo sobre el color de la temporada y hacerle una entrevista a la modelo que ha ganado este concurso de jóvenes modelos. Estás tardando. 

-Pues tú tienes que hacer un cuadro de la última cena- Me responde con una carcajada- Y sí que estás tardando, porque te va a llevar su tiempo.

Me levanto como un resorte, haciendola reír.

-Mejor pintalo tú. Seguro que te queda preciosa- Opino, soltando una carcajada. 

-¿Sabes? -Me pregunta ella, sentandose en la mesa, con una bonita sonrisa- Sigues igual a cuando te conoci, o a cuando empezaste a salir con Jesús o como a cuando empezaste la carrera. Parece que creces, que cambias físicamente, pero sigues siendo la misma.

-Eso intento- Admito, después de un segundo de sorpresa- Tú también sigues igual. 

-Menos mal, si no debería dejar de comprarme la crema antiarrugas esa. 

-¡Exagerada! -Digo yo, echandome a reír. 

Y sonrío. Recordando todos los cumpleaños, todos los años que vi pasar con ella y con las otras nueve y...

-¡Espera! -Chillo, llevandome una mano a la boca- ¡Dentro de dos semanas es tu cumpleaños! 

-Pues sí- Admite ella- no me lo recuerdes. 

-¡Tenemos que llamarlas a todas! -Decido en seguida- ¡Hay que celebrarlo! 

Y luego cojo mi chaqueta de la silla, al mirar el reloj. 

-¡Hablamos luego, que se me acaba la hora de descanso! 

Y me despido de ella, tranquila. Me arropo un poco en la chaqueta. Estamos en diciembre. Aunque en Sevilla se está bien, estaba acostumbrada a que hiciese más frío. Antes de entrar a la redacción, me tomo un agua en la cafetería de abajo y suspiro fastidiada varias veces. Me apetece mucho irme a casa. Y ver a Jesús. Hoy más que otros días. 

Las horas pasan muy lentas, para mi desesperación. Cuando llego a casa, Álex y Javi vienen corriendo a saludarme.

-Hola, enanos- Sonrío, dandoles un beso a cada uno. 

-Lorena- Me saluda desde la puerta del salón Verónica, la mujer que hemos contratado para que los vigile un par de horas por las tardes. Los ratos que Jesús y yo no podemos. 

-¡Hola! -Saludo, recibiendo un par de besos en la mejilla de casa uno de mis hijos. -¿Qué tal? ¿Te han dado mucho la vara?

-Que va, como siempre, tan contentos. No sé como no te los han robado a por la calle. 

-Si un día pasa no me sorprendería- Admito, mirandolos- El otro día fui a ver a una amiga que acababa de llegar. Y fui al hotel que hay siguiendo la calle de la redacción ¿Sabes? Me los llevé... Y madre mía. Pensé que no me bajaba del ascensor. Me preguntaron por ellos hasta en Chino. Que si eran mis hijos, que cuantos años tenían, que como se llamaban... Deberías haberlo visto. 

Verónica se ríe de buena gana mientras recoje sus cosas. Yo les doy la cena a los gemelos y los dejo en salón mientras voy a la cocina. Cuando vuelvo a echarles un ojo ya están los dos dormidos. 

Me entretengo hablando por teléfono con Di hasta que llega Jesús. Le doy un abrazo tremendo. Tenía muchas ganas de verlo. Cenamos, hablando en voz bajita, para no despertar a Javi y Álex.

Y cuando estoy recogiendo la mesa, me suena el móvil. Descuelgo con la mano derecha y sujeto el teléfono en mi hombro mientras retiro otro plato. La voz nerviosa de Dani se escucha en seguida al otro lado. 

-¿Pero... está bien? -Pregunto,  intentando descifrar cada palabra que me dice. 

Las está juntando todas demasiado, mezclandolas y hablando con mucha rapidez. 

-Dani, por favor, relajate. -Digo yo. Aunque me tiembla la mano. No tiene pinta de ser una buena noticia- Habla más... despacio, por favor. 

Ante la mirada sorprendida de Jesús, dejo caer al suelo el plato al escuchar lo que Dani tiene que decirme. 

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¡Chicaaaaaas! ¡Aquí teneis otro! ¡Espero que os encante y me dejeis votos y comentarios contandome que os parece! Ya sabeis que escribo por y para vooosotras jajajaj.

Que por cierto, también acabo de subirrr nuevo capi a "¿Cómo olvidar que te echo de menos? Gemelier (Jesús y Daniel Oviedo)" Espero que os guste mucho mucho:)

¡Un besazo enorme y mil gracias por todo! 

-Repite eso- Jesús y Daniel(Gemelier) PARTE DOS.Where stories live. Discover now