Epílogo

6.9K 542 272
                                    

Años después...

Me remuevo con molestia ante el sonido exageradamente fuerte de mi celular. Con dificultad, dejo de lado las sábanas e intento levantarme para ir por él ya que ingeniosamente está al otro lado de la habitación, sin embargo, el brazo que rodea mi cintura me lo impide.
Al registrar mi movimiento, su agarre se hace más fuerte y me lleva contra aquel cuerpo cálido que tanto quiero.

—Déjame ir por mi teléfono, debe ser mi mamá—murmuro aún adormilada al mismo tiempo que paso mis manos por todo mis rostro para despabilarme.

Tal y como un niño lo siento negar con la cabeza, mientras esconde su rostro contra el costado de mi cuello. Bufo ante su acción pero de todas formas no puedo evitar reír.

—Kenneth...

—No quiero—Su voz ronca por despertarse hace segundos llega a mis oídos en medio de la canción que me indica que todavía esperan que atienda.

—Vamos...—Pido muy despacio. Mi mano acaricia la suya con suavidad—Eres una causa perdida—Me sigo removiendo pero solo logro colocarme de costado, frente a él. En el instante en que lo hago, la llamada para—Genial, luego no te quejes si...

Ahogo un chillido en el momento en que Kenneth se alza con rapidez, colocándose a horcajadas de mí. Sus brazos se posan alrededor de mi cabeza y se presiona contra mí, apenas se sostiene para no aplastarme.

No puedo evitar mirarlo con cierta ternura ya que por las mañanas, con aquel cabello revuelto, y ojos verdes achinados por la luz, le dan un toque aniñado. Sin contar con su humor, con lo perezoso que es...

Paso los brazos por su cuello, y lo acerco más a mí, plantando un casto beso sobre sus labios.

Al alejarme me observa atentamente y sonríe, de inmediato siento un cosquilleo en el estómago ante su mirada.

—Bueno días—susurra entre medio de un bostezo. Sus labios viajan nuevamente al costado de mi cuello y se queda así por segundos. Me mantengo en mi lugar, y acaricio su cabello corto, esperando que se despierte completamente.

Es normal que haga eso por eso casi siempre debo despertarlo una hora antes por si debemos salir, para que media hora después, se levante. Hace casi tres años que conozco a Kenneth, y un año y medio que somos pareja. Lo conocí el primer día en que comencé la universidad.
Recuerdo que en aquel momento estaba perdida, nerviosa, ya que era la primera vez que viajaba, estaba en una nueva ciudad, sin mi familia, sin mi mejor amiga, sola. Kenneth apareció ante mí, como un héroe, me ayudó a encontrar mis clases, y me mostró el lugar.
Tiempo después de aquella vez, volvimos a encontrarnos, no íbamos a la misma carrera, y él era dos años mayor que yo, sin embargo, tal vez por cosa del destino, nos volvimos a ver.

Nunca fui tímida con él, nunca fui insegura ante mis sentimientos,y siempre supe lo que quería, y eso me hizo saber que era el indicado.

Es especial, es diferente a los chicos que me gustaron cuando era joven, al menos, sí físicamente. Alto, tan alto que debía doblar sus piernas para llegar a mí, un muchacho que le gusta tanto ejercitarse como alimentarse de comida chatarra, con esas particular sonrisa cuadrada.
Maduro, gracioso, sin una pizca de vergüenza, tan dulce conmigo e intimidante para otros, gracias a su cuerpo cubierto de tatuajes. Mi chico.

Jamás creí que volvería a sentir aquello que sentí una vez con Aiden.

Pero puedo agradecerle algo muy importante.

Fue mi primer amor y me hizo sentir tantas cosas bellas que jamás podría arrepentirme.

Pero todo tiene su tiempo, algunas son pasajeras e inolvidables y otras eternas, que te hacen feliz cada día.

—¿Sabes que te amo demasiado, verdad? —dice aún contra mi cuello. Cierro los ojos, rozo su suave mejilla, atrapando su aroma tranquilizador.

—Y yo te amo a ti.

.

.

.

Recuerda votar y comentar si la historia es de tu agrado <3Instagram & Twitter: lourdesrbenitez

Tímido | 02 | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora