Capítulo 9

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Como solo hay dos grandes sillones enfrentados nos colocamos en el que está vacío, contra la pared. Owen y Eric están sentados, apoyando las piernas sobre un pequeña mesa de madera colocada en medio con botellas de cervezas vacías y paquetes de frituras.

Escaneo rápidamente a los demás ya que son desconocidos para mí, uno está sentado sobre el apoyabrazos del sofá rojo, y los otros simplemente parados. Debido a que no me siento realmente intimidada porque por alguna razón la mano de Aiden me sostiene todavía, observo con curiosidad primero a los muchachos parados en la misma postura. Son gemelos.

«Genial».

Con una palidez extrema en comparación a sus compañeros, cabellos castaño claro y ondulados hasta sus hombros, ojos grises, y lindas sonrisas, de las cuales se ven las dos hileras de dientes, ambos chicos, muestran ser mayores para estar en una fiesta para solo jóvenes de quince años.

«Bueno, aquí estás tú, vieja».

Muevo la mirada al otro muchacho, y este también me sonríe con simpatía: Alto, delgado, con el cabello negro corto, y grandes ojos azules, casi turquesas.

-Ey, doble A-con aire burlón, nos saluda Owen-Y después dicen que no son novios-murmura por lo bajo, mientras lleva la botella de cerveza a sus labios.

Mis ojos vuelan al rostro de Aiden, y este se estremece un poco ante sus palabras por lo que decido soltarlo.
Un poco molesta ante la pérdida de calor comienzo a jugar con algunas hebras de mi cabello.

-Owen... -Empieza a decir Aiden, calmado, apenas audible por la música que se escucha a lo lejos. Comprendo que está incómodo, y eso ataca un poco mi orgullo, después de todo, ¿tanto le puede molestar?

-¿¡Y así nos presentas a tu novia!? ¿¡Qué te pasa!? -Lo interrumpe el de cabello oscuro, prácticamente gritando y exaltando a todos.

«Parecía alguien normal hace un segundo».

Sin dejar que nadie responda, se levanta de su lugar y prácticamente se abalanza sobre mí. Por instinto, tomo del brazo al chico a mi lado como si eso pudiese protegerme.

-Matthew, la asustas-Lo regaña Owen como si fuera un niño pequeño.

El chico llamado Matthew, lo ignora y extiende una de sus manos para tomar mi barbilla-Sí, ahí está la mirada.

«¿Mirada?».

Lo miro confundida, y él se acerca más para susurrar en mi oído-La mirada asesina súper mega tenebrosa-Aclama con diversión para después alejarse un poco, y gira su rostro en dirección de Aiden, por lo que hago lo mismo.

«Oh».

No miente, Aiden se ve enojado.

«Bien, esto es raro».

Trago saliva, sintiéndome nerviosa otra vez pero por suerte, uno de los gemelos se acerca para apartar a Matthew y este, sin decir nada se deja arrastrar como si fuera lo más normal del mundo. Su hermano, se va tras ellos y antes de desaparecer de la habitación me habla:-Disculpa, Matthew es malo con las primeras impresiones, soy Caleb, por cierto, y mi hermano, Ethan. Luego nos vemos, y nos presentaremos como corresponde, Alice.

«¿Por qué sabe mi nombre?».

Por un momento todos nos quedamos observando la puerta por donde se fueron, aunque debo admitir que la única que parece sorprendida soy yo.

-Sabía que no debía hacer esto-murmura Aiden irritado, y de manera desprevenida, se alza, no sin antes tomarme de la muñeca.

Mi corazón golpea contra mi pecho demasiado fuerte, y un pequeño nudo se forma en mi garganta, a medida que nos alejamos.

«¿Por qué demonios no hablas, Alice? ¡Habla tonta!».

No sé porqué lo hago pero en oposición a todo lo que soy, sello los labios y callo, necesitando saber qué es lo que ocurre antes de poder actuar o enloquecer, porque que sí, tengo miedo de que crea que invitarme ha sido un error.

Así, salimos de la habitación, sin más, caminamos entre algunas personas, por un pasillo, y luego llegamos a, ¿al patio?

Es pequeño y no hay nadie, la única luz que ilumina el lugar es el brillo de la luna, y se convierte algo íntimo en el momento en que Aiden cierra la puerta detrás de nosotros, interrumpiendo cualquier ruido.

«Nadie creería que hay una fiesta si viniese a este lugar».

-Alice, lamento eso, ha sido demasiado. No, no debí invitarte-dice apenado, sin mirarme ya que se mantiene dándome la espalda, aun enfrentando la puerta-Seguramente querrás irte, lamento, te he hecho pasar vergüenza pero ellos siguen diciendo eso y no puedo detenerlos, son unos idiotas...

Sé que se está disculpando pero la manera en que lo hace, su tonalidad es diferente como si estuviera preguntando si quiero marcharme o no.

Por supuesto que no, no me ha avergonzado aunque su amigo se comportó algo extraño y las fiestas a las que suelo recurrir son más alocadas, me gusta estar aquí, con él. Cambiaría todas esas salidas, donde solo fui a ellas para bailar un poco a cambio de quedarme un poco más en esta.

-No quiero irme-digo atropelladamente, y con timidez, coloco una mano sobre sus hombros-Yo, yo, v-vine a bailar, ¿sabes?

«Oh, Dios, Alice, ¿abres la boca para decir esta tontería?».

Aiden se da la vuelta con rapidez al escucharme e intento retirarme, dejar de tocarlo pero él una vez más entrelaza nuestras manos, y no puedo evitar que un pensamiento cruce por mi mente​, y es que su toque es natural, cálido y seguro.

«Realmente...muy natural».

Sin que la oscuridad sea un impedimento puedo apreciar su sonrojo, y siento el calor en mis mejillas.
Pero hay algo más que ocurre, entendiéndonos sin palabras y olvidando lo demás, mis brazos rodean su cuello y sus manos se curvan alrededor de mi cintura, su respiración choca contra mi cabello.

De esa manera, me olvido de todo de lo que ocurre, de lo que puede llegar a pensar, de lo

apresurado que esto es, y solo disfruto.

Tímido | 02 | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora