Capítulo 18

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Hay tantas cosas que desearíamos corregir de nosotros mismos. Nuestros defectos más grandes muchas veces provocan que nos quedemos atrás mientras los otros avanzan, nos mantenemos agazapados pero sin querer actuar. El miedo, las inseguridades, producen que tomemos las decisiones incorrectas y nos vayamos por las más fáciles, eligiendo el camino de asfalto en medio del desierto, prefiriendo recorrer nuestras vidas solas para no lastimar a nadie, porque muchas veces creemos que no somos suficiente para esa persona, para ese trabajo, para esa vida.

Porque no somos perfectos pero deseamos ser felices al menos por un tiempo.

Salgo corriendo tras de él.

Bajo las escaleras lo más rápido que puedo, incluso me tropiezo un par de veces pero no importa.

«Debo alcanzarlo».

—¡Aiden!

No se da la vuelta cuando grito, simplemente sale de la casa, escapándose de mí.

—¿Alice? ¿Qué pasó? —La voz de Owen llega a mis oídos cuando estoy por cruzar la puerta. Le doy una rápida mirada, y me encuentro con todos parados en el living observándome con preocupación.

Sin embargo, no me permito detener.

Salgo afuera, el viento helado me hace temblar en cuanto toca mi cuerpo. Ya es de noche y apenas puedo ver, el tiempo soleado y cálido que hacía hasta solo hace unas horas se ha convertido en oscuridad y frío. El fino vestido de tela se pega a mi piel mientras sigo corriendo.

A lo lejos logro vislumbrarlo entre los árboles gracias a la luz de la luna. Maldigo por la rapidez con la que me quedo sin aliento, por las ramas golpeando contra mis piernas desnudas e ignoro el calambre, el dolor y los gritos de los chicos pidiéndonos que volvamos.

—¡Aiden, detente! —Ruego cuando estoy lo suficientemente cerca. Al escucharme se detiene un momento y aprovecho para alcanzarlo y tomar su brazo.

Se suelta con demasiada fuerza como si mi tacto quemara pero aun así se gira, me enfrenta. Por un segundo mi respiración se atora en mi garganta al ver sus ojos brillosos.

«Dios mío, ¿podrá perdonarme algún día? ».

¿Qué? ¿Qué quieres de mí, Alice? —dice elevando la voz.

«Verlo así, me está matando. No quería lastimarlo... Aiden ».

—Por favor, no entiendes —susurro de manera entrecortada, apartando la mirada sin ser capaz de darle una explicación inmediata porque lo que había escuchado era la verdad. Una horrible verdad.

—¿Qué es lo que no entiendo? ¡Alice, no estás con alguien y esperas terminar con él! ¡No estás con alguien por un estúpido juego! ¡No enamoras a alguien porque se te da la gana y luego escapas!

—No, no... —Niego, mi mano cubre un segundo mi boca para evitar otro sollozo—¡Simplemente no quería ser un estorbo para ti!

—¡No, tú creías que yo lo sería! ¡No cambies tus palabras, deja de mentir! ¿No ves que me has lastimado? —pregunta herido. Sin esperar su acción, se acerca para tomarme de los hombros, obligándome a verlo directamente a los ojos.

Su respiración frenética como la mía, el dolor en su mirar, el intento por apartar las lágrimas en sus ojos, simplemente me destroza.

Vuelvo a negar, porque simplemente no sé qué decir para mejorar esta situación.

Se mantiene estático por un segundo, sus manos no me abandonan mientrasinevitablemente empieza a temblar ante las emociones que los desbordan, y soloen ese momento me deja abrazarlo. Esconde su rostro en mi cuello, sus manos bajanpara rodearme, acercándome a él —No sabes, no puedes saber lo que estoy sintiendo.Alice, confié en ti.

—Aiden, yo realmente te quiero, no es mentira lo que siento por ti—repito, tomando en un puño su camiseta para acercarlo más,necesitando sentirlo conmigo. —Pero...

-No, no puedo creerlo. Alice, si realmente pudiste mentirme así, ¿cómopodría...? —Se aleja un poco, mantiene su rostro a centímetros—Ya no importa,ya has logrado lo que querías.

«¿Qué? No, no quiero, pero...

Alice, si realmente lo quieres, deja de lastimarlo, ya no lo hieras».

—Yo...d-deja que esté a tu lado—pido. Mi mano acaricia su mejilla, rogandoporque no me aparte más—Déjame estar a tu lado por...

—¿Por cuánto? ¿Hasta que te vayas a la universidad? ¿Qué sentido tiene? ¿Enserio crees que podría seguirte el juego? —pregunta completamente molesto pormi pedido.

—No, no es un juego. Aiden, no estoy lista para dejarte, no puedo...Tenecesito. Pero, pero, si realmente quieres que esto termine, te ruego que medejes estar a tu lado un poco más. Déjame, por favor—digo finalmente. Sé que medolerá si acepta pero prefiero, como la persona débil que soy, ser feliz almenos por un tiempo. Sé que nada volverá a ser lo mismo, pero aún tengo eldeseo, la necesidad de escuchar su voz, de ver su sonrisa...

Cierra los ojos un momento intentando calmarse, intentando pensar. Necesitamoscasi una eternidad para que nuestras respiraciones se calmen, para que dejemosde llorar, y en todo ese tiempo, nos mantenemos abrazados.

Acaricio con suavidad su espalda, hago pequeños círculos en una constantecaricia hasta de nuestros rostros vuelven a enfrentarse.

Mi corazón late con rapidez, al ver que sus ojos se han suavizado, la ternura es su mirada vuelve por un segundo mientras dejaun beso en mi frente.

«Lo quiero»

—Debo pensarlo, no sé...—susurra finalmente, y una parte de mí se rompe ante surespuesta, pero sé que será lo mejor.

Porque es mi primer amor, y acabo de lastimarlo.

Porque lo quiero, y me odio por hacerlo llorar.

Porque merece a alguien mejor.



Tímido | 02 | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora