Capítulo 14

5.9K 686 95
                                    

⭐ Un voto se agradece, puedes dejarlo ahora, para que no te olvides.
🖋️Y un comentario también.

.

.

.

—Uh, los tortolitos se dignaron a venir —Con su particular forma de saludo, Owen, nos deja entrar a su casa con una sonrisa socarrona plasmada en su rostro.

Frunzo el ceño preocupado, y miro la hora en mi reloj.

«Los besos te hacen perder la noción del tiempo.
Entendido y anotado».

—Solo fueron...Dos horas —murmuro algo avergonzada. Aiden sostiene mi mano mientras nos adentramos —¿Pero qué...? —Sorprendida, veo la escena frente a mí.

Estaba al tanto de las hermanas menores de Owen.
De las cinco, para ser exacta.
Pero ver a tantas niñas correteando de un lado a otro por la sala mientras mis amigos están perfectamente ubicados uno al lado del otro con las espaldas rectas en el sofá, evitando cualquier movimiento en falso, provoca una risa y miedo tremendo. La única persona que se siente cómoda es Matthew, ya que corre junto a ellas, dejándose llevar por su alma de niño.

Me quedo embobada observando cómo una de las pequeñas se acerca al sombrío Eric, y posa sus ojos en él. Ambos mantienen su mirada fija en el otro con rostros sin mostrar expresión, hasta que su hermano habla.

—Niñas...¡Niñas! —Tal y como ejército alguno, se detienen para acercarse a Owen —Es tarde, se van a dormir, ya saludaron. Mamá las espera.

Las cabecitas rubias, asienten con dulzura y suben las escaleras.

—Yo quería saludarlas...

«Estaba a punto de agarrar a una, demonios»-

—Pues, hubieras llegado antes...

—Pero...

—¿Podemos irnos ya? Esos demonios volverán, siempre vuelven —Nos corta Eric, al mismo tiempo que se levanta y camina hasta la salida, lejos de todos.

—¿Irse? ¿Ya? —digo indignada sin esconder la molestia en mi voz.

—Después de que se retrasaron media hora, supusimos que llegarían tarde por hacer, no me importa qué mierda, así que comimos —Con una rapidez increíble, Eric nos explica mientras vuelve a retroceder para obligarnos a todos a salir nuevamente afuera —Por eso arreglamos que iríamos al bar en cuanto llegaran, así que, vámonos.

Miro de reojo a Aiden, y este asiente divertido, una pequeña sonrisa se posa en los labios que me besaron hasta hace unos minutos —Me parece bien, ¿Alice?

«Requetebien».

Sin ninguna queja y con el apuro por parte de Eric, decidimos dejar mi auto y marchar todos a pie hacia el bar. En el camino, Emily me obliga a adelantarnos para contarle lo sucedido, y luego de varias risas y gritos de su parte, llegamos a nuestro destino.

—Así que, ¿ya son novios? ¿Verdad? ¿Cuántos besos se necesitan para la etiqueta? —pregunta con curiosidad. Nos ubicamos un segundo frente a la barra mientras los chicos buscan una mesa, ya que al parecer muchas personas tuvieron la idea de cortar la semana.

«¿Novios?».

—¿De qué hablas? Dijiste que dejara las cosas fluir, no hace falta el título de novio —Me quejo poniendo los ojos en blanco. Fue su idea, ella me empujó de dejarme llevar y ahora se contradice.

—Pero te lo decía porque creía que era un juego, bueno, al comienzo parecía eso. Debo admitir que pensé que solo sería una diversión pero sé que ahora las cosas son serias, se nota...Demasiado si me preguntas.

¿Un juego? Imposible, Aiden no es un juego, jamás lo fue.

—No pregunté —gruño avergonzada.

Emily se queda callada y me mira divertida. Por suerte, Adam interrumpe el momento.

—Uff, dos veces en un mismo mes, sí que es un milagro —Se burla, mientras apoya los codos sobre la superficie de madera —¿A qué se debe la hermosa visita? ¿Emborracharse?

—Tonto, vinimos a comer con unos amigos —Mi amiga le saca la lengua, y lleva su cuerpo hacia adelante para alcanzar a su ex y golpear su brazo—Podrías fingir que te alegras de vernos.

Adam alza una ceja, sin embargo, el aburrimiento que se encontraba en su mirada desaparece y estos se iluminan un segundo —¿Amigos? —Con rapidez escanea la habitación y cae en un lugar en particular. Como un juego de tenis mis ojos van de Adam a los chicos que al fin han encontrado un lugar a muy pocos metros de nosotras. Alcanzo a ver a Aiden buscándome con la mirada y hacerlo me sonríe pero el chico frente a mí también lo nota.

—Joder, ¿en serio el crío, A? —Ríe sin ningún cuidado —¿Y qué? ¿Tú también, Em?

—¿Qué te importa, tonto? —respondo enojada, pasando una mano por mi rostro acalorado.

A pesar de que el último tiempo hemos estado juntos incluso en el instituto, nadie se ha dado cuenta de Aiden y de mí, quiero decir, todos nos ven como un grupo de amigos. Sí, algo extraño entre chicos de tercero y chicas de último año, pero solo eso. Y como no suelo visitar su casa ni él la mía, nadie ha sospechado, sin embargo, es extraño que Adam sea el primero en saber que tal vez tenga un novio menor que yo.

«¿¡No que no querías etiquetas!?».

En modo de defensa, Adam eleva sus brazos fingiendo inocencia —Solo tenía una duda, ¿no estabas buscando universidad?

—¿Y eso que tiene que ver?

—¿El tipo no tiene catorce?

—Tiene quince —murmuro furiosa sin dejar de mirarlo. De reojo noto a mi amiga negar con la cabeza sabiendo que su ex puede ser un idiota, pero realmente me está molestando que todas aquellas dudas y problemas que dejé de lado, los viene a retomar como si fuera su vida —Em, ¿por qué no vas con los chicos? Diles que ya voy, por favor.

—Pero...

—Ve.

—¿Por qué te pones así? —dice él una vez que estamos solos, su ceño se frunce al igual que el mío, molestándome aún más—Cuando lo vi la otra vez bromeé suponiendo que el niño gustaba de ti, y le hacías un favor al hablarle pero esto sí que es estúpido. Digo, ¿por qué no lo dejas ser un adolescente normal? Es obvio que solo eres una tonta que juega con sus sentimientos, una mujer que necesita a alguien mayor.

—¿De qué mierda estás hablando? —Me quedo boquiabierta, indignada ante sus palabras. No esperaba un arrebato de su parte como si estuviera enojado con la idea de que yo esté con alguien, como si yo fuera su ex.
Sé que lo conozco de pequeña y puede tener algún trauma de hermano-mayor postizo-celoso, pero esto es increíble —¿Acaso estás drogado? ¿Crees que tienes el derecho de...?

—Mira, no quiero ser malo pero recuerda que acepté terminar con Emily porque era lo mejor, ella se merece a alguien mejor —Interrumpe, suavizando su tono de voz. Me mira con cariño al notar mis ojos llorosos por la impotencia que provocan sus palabras —Tú también mereces a alguien mejor, alguien maduro, donde ninguno sea una molestia para el otro.

¿Acaso...? ¿Es posible que tenga razón? Jamás me puse a pensar en que podría ser un obstáculo para Aiden.
Al principio creí que lo sería para mí y la universidad pero fueron cosas que decidí desviar, realmente, por un momento creí que no sería malo seguir nuestra relación después de que termine las clases, pero, ¿y si Aiden quiere otra cosa? ¿Y si tiene otros planes y yo no cuadro en ellos?

Tímido | 02 | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora