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El sonido que el golpe del metal produjo contra la enorme compuerta resonó como un estampido en la cámara de descompresión. Ralph se apartó de la misma para no volver a aplastar a Green.

—Lo siento —dijo el gigante avergonzado. —No me acostumbro a llevarte en la espalda aun.

«No te preocupes, no ha sucedido nada» Lo tranquilizó la IA.

Ralph suspiró y se colocó el casco con cuidado, ajustando todas las conexiones y asegurándose que su visión no estaba obstaculizada por nada suelto.

—¿Puedes escucharme? —preguntó.

«Perfectamente» Esta vez la pantalla con las palabras de Green apareció dentro del propio casco de Ralph, apenas a un metro de su rostro.

—Será mejor que bajes un poco el brillo del texto o me dejarás ciego allá afuera. —comentó el gigante. De inmediato el brillo y contraste de la pantalla se adaptaron a las condiciones de luz de la cámara. «¿Asi?»

—Perfecto. —respondió el obrero.

«La operación comenzará en quince segundos» Anunció Green mientras una cuenta regresiva aparecia frente a los ojos de Ralph, quien sin perder un momento tomó el rifle y tras asegurarse que estaba listo para disparar lo colocó bajo su brazo.

«Diez segundos»

Ralph golpeó el interruptor de apertura y la enorme cámara comenzó a aspirar el aire mientras la presión comenzaba a igualarse al vacío del espacio allá fuera.

Simultáneamente Green activó los propulsores y una poderosa vibración recorrió el cuerpo del gigante.

«La operación ha comenzado» Informó en pantalla.

La enorme compuerta de acero se abrió y Ralph se impulsó hacia fuera con la sola fuerza de sus brazos. De inmediato desplegó el rifle mientras utilizaba la otra mao para sujetarse de las barras que se encontraban alrededor de la esclusa y servían para moverse por el exterior.

No vieron a nadie por suerte, las luces del exterior de la popa estaban apagadas y nada se movía en los alrededores. Ralph escudriñó su alrededor con el rifle preparado pero volvió a bajarlo algo mas tranquilo. —Despejado. —dijo.

«El Grupo de Quinn ha iniciado el ataque. Debemos permanecer a la espera hasta que Tass nos de la señal»

Estaban por debajo de la superestructura de donde partía el enorme disipador mas conocido como "La Cola" de la Rainbow. Si bien estaban relativamente ocultos a las miradas de las patrullas que se veían a lo lejos como pequeños puntos de luz en medio de la negrura del espacio, la sensación de estar siendo observados no dejaba de atormentar al gigante.

—Lejos... y sin embargo no demasiado. —dijo Ralph señalando los puntos de luz.

«El Grupo de Dan ha iniciado la operación de rescate en la cubierta médica» Informó Green mostrando un pequeño contador digital. «Si Tass no se pone en contacto con nosotros en treinta minutos, asumiremos que la distracción ha fracasado»

Permanecieron en silencio varios minutos a la espera de la comunicación. Ralph se arrastró fuera de la bahía donde se encontraba la compuerta de acceso. Los agarres magnéticos de su traje blindado lo mantenían bien firme contra el casco de la Rainbow, pero a cambio debía avanzar despacio, esperando que sus manos y pies se fijaran o soltaran independientemente cada vez que se movía.

El gigante era apenas una sombra más oscura en medio de las sombrias moles de metal que como protuberancias en un monstruoso hongo, brotaban por todo el casco de la Rainbow. Aquello les deba una excelente cobertura, pero tampoco los dejaba ver nada de lo que sucedía a su alrededor.

Chatarra [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora