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Anexo: La Última Batalla de Kreegan.

¿Cómo narrar los acontecimientos de una batalla en la que no han quedado testigos? Un combate que ni siquiera tiene nombre, ya que aconteció tras el manto protector de una enorme nebulosa de polvo y gas cósmico, objetos celestes los cuales ni siquiera tenían un nombre en las bases de datos cartográficos de los Zentradis.

Sólo años más tarde, cuando los humanos pusieron un nombre a los objetos cercanos al lugar de la batalla y una fecha estimada, entonces si podemos tener una referencia, algo, por poco que sea, para comenzar este relato.

Aún hoy en día, el Ejército de Supervisión (ES en adelante) sigue siendo un gran misterio para las mentes más brillantes de la Raza Humana. Sabemos muy poco sobre sus orígenes, sabemos apenas lo justo y necesario sobre cómo la Protocultura extendió su dominio sobre la Vía Láctea, pero su declive y casi total desaparición aún eluden nuestras más salvajes teorías.

¿Es el ES lo que llamamos Protocultura? ¿O su existencia debe ser tomada como algo completamente separado de la de sus creadores? Los expertos debaten acaloradamente sobre este tema desde el mismo momento en que la primera nave alienígena se estrelló en La Tierra allá por el año 1999. Solo sabemos que su existencia, al igual que la de los Zentradis, ha sido y sigue siendo hasta el dia de hoy, únicamente para la guerra. Solo una sola cosa los diferencia: El ES puede emprender la retirada del combate cuando lo cree necesario.

Los Zentradi jamás retroceden.

¿Entonces qué estaban haciendo allí reunidos tras esas enormes nubes de polvo? ¿Que buscaban al reunirse en un número tan grande y emprender un masivo salto FOLD hacia el centro de la Vía Láctea? ¿Que esperaban lograr con eso?

¿Que buscaban?

Preguntas, cientos de preguntas que seguramente ni Kreegan ni el propio Dortrad-Jen necesitaban hacerse. Había enemigos cerca y había que destruirlos. Eso era lo único que movía a la enorme maquinaria de guerra Zentradi.

Pero el efecto de ese movimiento fue una marea tan enorme, tan extensa, que cambió los destinos de cientos de mundos sembrados por la Protocultura a lo largo y ancho de ese sector de la Galaxia.

Hasta la ola más grande tiene un comienzo humilde, apenas una piedra irrumpiendo en las serena superficie del cosmos.

Esa piedra fue Kreegan, golpeando al desprevenido Goliath a la velocidad de la luz, tan repentinamente que sus acciones resonaron en los más lejanos rincones de la Vía Láctea.

¿Pero cómo reconstruir esa batalla olvidada?

Tenemos varias pistas. La primera y principal son los registros aportados por el Archivista Exsedol de la Flota del Almirante Vrlitwhai. Sabemos que en algún momento del año 1869 del calendario terrestre se produjo una inusual operación conjunta entre dos flotas Zentradi que se encontraban al acecho de una de las últimas grandes concentraciones masivas de elementos del ES conocidas de la Galaxia.

Generalmente las flotas Zentradi mantienen las distancias unas con otras y si acaso sus exploradores establecen contacto unos con otros, escaramuzas aisladas pueden producirse como muestra de cierta rivalidad o belicosidad espontánea entre los guerreros. No obstante ante la presencia del ES en un sector toda hostilidad mutua queda opacada por la necesidad imperiosa de destruir al enemigo común.

Esto es lo que parece haber sucedido con las flotas de Boddole Zer (La misma flota que más de cien años después atacaría la Tierra) y la comandada por el Almirante Supremo Dortrad-Jen.

Esta cooperación sin embargo no se dió en el sentido moderno de una operación militar moderna. Ambas flotas solo coordinaron el momento y posición de los ataques, que según los registros fueron a una buena distancia unos de otros.

Chatarra [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora