Capítulo 5

9K 816 44
                                    

Oops! Ang larawang ito ay hindi sumusunod sa aming mga alituntunin sa nilalaman. Upang magpatuloy sa pag-publish, subukan itong alisin o mag-upload ng bago.

Los días continúan pasando, sigo sin novedades acerca de las entrevistas de trabajo y un nuevo mes se acerca significando que nuevas boletas llegarán para ser pagadas.

Mi ánimo este tiempo fue disminuyendo poco a poco, el único que me mantiene en pie es Bruno, gracias a él sigo adelante sin bajar los brazos.

Llego el momento de inscribirlo en el jardín maternal, las clases comienzan dentro de una semana y ya debo tener todo solucionado.

—¿Crees que se adaptará?

—Espero que sí, sino no sé dónde lo podre dejar. —Le comento a mi compañera de trabajo.

—¿No pensaste en una niñera? —pregunta empujando el coche de mi hermano.

—Sí, pero no estoy seguro de dejar una desconocida en mi casa mientras yo no estoy —confieso algo nervioso.

—¿Y si no tiene que ser una desconocida?

—¿A qué te refieres? —pregunto extrañado.

—Mis padres quieren que estudie en la noche, así puedo trabajar por la mañana —habla. —Les plantee la idea de empezar a cuidar chicos y, extrañamente, aceptaron. Así que dices, ¿me das trabajo?

—Pero, ¿qué va a pasar con el bar?

—Seguiré trabajando ahí solo los fines de semanas. Tú sabes que mi carrera es cara, y no quiero seguir sumando gastos a mis padres, así que debo ponerme en campaña para trabajar y poder ayudar.

Ana es una chica encantadora con los pequeños, muchas veces a jugado con Bruno y no ha tenido problema, pero no es lo mismo estar con él varias horas. Me quedo pensando unos minutos, que me conviene más monetariamente hablando.

—Está bien, podrás ser la niñera de Bruno. —Noto su felicidad en su rostro. —Pero si llega a ocurrir algún problema me lo haces saber con anterioridad.

—No te preocupes, cuidaré a este chiquitín como si fuera mi hermano. —voz alegre.

—Mejor cuídalo como si fuera el mío —me burló.

Continuamos caminando por las calles de Avenida Rivadavia, en el barrio de Caballito. El día se encuentra ideal para nuestra actividad, algunas personas decidieron hacer lo mismo, pero, sobre todo, grupos de adolescentes aprovecharon el clima para reunirse.

—¿Te parece que tomemos algo ahí? —dice señalando la famosa cafetería Starbucks.

Entramos y la fila para ordenar era algo extensa, aunque nuestro turno llega rápido.

Pedidos listos, decidimos subir al segundo piso. Aquí está mucho más tranquilo, algunas parejas en el fondo del local se susurran cosas que solo ellos comprenden, mientras nosotros decidimos sentarnos en uno de los sillones del lugar.

Todo por ti, hermano © ["Hermanos" #1]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon