7

42.3K 4.3K 1.4K
                                    

—Draco, te ves muy mal. —Dijo Blaise, una vez que se encontraba caminando junto a Malfoy y Pansy a su primera clase.

—Potter no me dejo dormir. —Suspiró. — O al menos no debidamente.

—¿Qué tiene que ver, Potter aquí? —Preguntó aturdido Goyle. Pansy cayó en cuenta de que ninguno de los chicos tenía la menor idea de lo que sucedía.

—Potter esta... Embarazado. —Dijo con un tono de voz baja, Draco. Los Slytherin agrandaron los ojos, tratando de buscar alguna señal de risa, pero en cambio solo vio la cara llena de sueño de Draco.

—¡¿Cómo pasó eso?! —Exclamó horrorizado Crabbe.

—Por Salazar, Vincent ¿Cómo crees tú? —Inquirió Pansy.

El grupo de chicos se quedo parado en medio del pasillo. Aquello había sido lo más perturbador de su vida, pero no lo mal interpretes, como magos sabían cómo es qué era posible, lo que les daba toda esa inquietud era que evidentemente San Potter y Draco tuvieron sexo. ¿En qué momento? ¿Cómo? Pero, ¿Por qué?

Las clases estaban siendo agobiantes para Harry.
Por eso cuando terminaron lo primero que hizo fue irse a su habitación. Estaba más cansado de lo normal, y muy al contrario del día anterior ahora no tenía ganas de comer. La señora Malfoy había ido a dar una vuelta, y tuvo una pequeña charla con él, acerca de los síntomas que tendría y los que vendrían.
En simples palabras el embarazo era difícil.
Se quitó el uniforme para ponerse una ropa cómoda, la cual parecía más de vagabundo. Y se tendió en la cama entre las cobijas.

Cuando Draco llegó lo encontró durmiendo. Esta vez el rubio no quería ser interrumpido por algún pedido de Harry, por eso decidió llevar un poco de diversas comidas.

—Potter.  —Susurró mientras movía el cuerpo del chico. Quería asegurarse que había comido algo, pues no lo vio en el comedor. — Potter, debes comer.

Harry abrió de a poco sus ojos, cuando los diversos aromas llegaron a sus fosas nasales. Pero no sintió los aromas deliciosos de siempre, sintió aromas... Simplemente horribles.

Fue cuando lo sintió, las náuseas. Se paró de prisa de la cama y corrió al baño. Draco entró en un pequeño pánico, siguió a Harry al baño, preocupado por él y el bebé.

—Esto es horrible... —Susurró el Gryffindor, mientras dejaba salir todo lo que tenía.

En otros momentos Draco hubiese pensando que eso era asqueroso y ver así a Harry le hubiese causado mucha risa. Pero se encontraba nervioso, sin saber que hacer exactamente. Salió de ahí y quitó la bandeja de comida con un movimiento de varita.

Luego de unos minutos, los cuales parecían horas, Harry salió y camino hacia la cama. Se veía cansado.

—¿Están bien? —Preguntó el rubio, refiriéndose a Harry y al pequeño que crecía dentro de él.

—Esto es normal.—Susurró recostándose mientras acariciaba su vientre. De un momento a otro el Slytherin sintió una enorme necesidad de también acariciar el vientre de Harry.

—¿No quieres algo?

—Dormir.

Draco asintió mientras se iba al baño a ponerse su pijama. Cuando estuvo listo y por fin cómodo en la cama, se acercó más a Harry.

—¿Estás despierto? —Preguntó en un susurró.

—Si. —Respondió Harry, acercándose también a Draco. El calor del rubio le brindaba tranquilidad.

Harry se encontraba demasiado agotado, se acurrucó en Draco y quedo plácidamente cómodo ahí. Descansando junto al aroma del Slytherin.
El rubio se encontraba tenso, pero de a poco rodeo al Gryffindor.

Cuando la mañana llegó ninguno de los dos se dio cuenta, o al menos Draco decidió que ausentarse un día no sería el fin. Por lo tanto se quedó en la cama, mirando a Harry dormir.

Pansy y Hermione tendrían que ser las encargadas de ayudarlos con las materias, y tareas del día.

Unas horas más tarde y los jóvenes padres aún seguían en pijama.
Harry ya estaba comenzando a sentir mucho más el cansancio, lo cual se intensificaría  al pasar los meses.

—¿En serio no quieres nada para comer?

—En serio. Me siento muy cansado, también siento que en cualquier momento voy a devolverlo todo. Es horrible. —Suspiró. Cerrando sus ojos. Draco se sentó en la cama.

—Harry. —Dijo, ante la mención de su nombre, Harry lo miró asombrado. — ¿Me dejarias? —Preguntó mirando el vientre del chico.
Draco no se atrevía a preguntar completamente, pero se podía ver la ansiedad en él.

Harry sonrió y asintió.
El rubio puso lentamente su mano en el vientre de Harry, que aún seguía algo plano. El Gryffindor soltó el aire, no se había dado cuenta que lo estaba conteniendo.

Draco sonrió asombrado porque ahí estaba su hijo, su pequeño hijo estaba creciendo ahí. Eso fue suficiente para llenar de lágrimas a la fría serpiente. Que rápidamente limpio sus ojos.

—Tu mano es cálida. —Susurró Harry. Tenía los ojos cerrados. — Pensé que serias más frío.

— No sé si sentirme alagado u ofendido.

—¿Draco Malfoy se ofende? —Preguntó con burla.

—Al menos tus ánimos siguen igual.

Sonrió, aquel momento fue interrumpido por el toque en la puerta. Draco se levantó de la cama a regañadientes, no quería quitar su mano.

Al abrir la puerta pensó que había sido una mala idea, pero tenía un deber que cumplir. Tareas.
Pansy y Hermione se encontraban con un montón de pergaminos.

Serpiente En Apuros. |1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora