Capitulo Veintiocho

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El grupo caminó buscando lo que Valkiria llamaba "un lugar seguro" por unos diez minutos, en completo silencio, ¿Y es qué se puede decir cuando estuviste al borde de la muerte? ¿Qué se puede decir cuando por un momento pareciste haber conjurado la magia través de un de un artefacto que has conocido toda tu vida? ¿Y qué se puede decir cuando en tan solo unas pocas horas de conocer a un grupo de extraños estos te han puesto en peligro más que en cualquier otro momento de tu vida?

Estas dudas revoloteaban en la cabeza de los presentes como si de mariposas con alas oscuras se tratasen, Perla y Calipso caminaban tomadas de la mano, parecían una sola desde que se habían reencontrado, ¿El prisionero? Era conducido por Altlan y Talia que por alguna razón estaba especialmente interesada en aquel personaje misterioso. Quizá era porque quería olvidar que un signo que estuvo muy cerca de ella alguna vez, ahora hubiera estado cerca de asesinarla; o peor, llevarla a la Cupula para ser juzgada sin piedad. 

Aquella noche parecía ser eterna, o eso le parecía a Calipso, ¿Cuanto habían estado corriendo por ese laberinto que Valkiria llamaba hogar? La temperatura parecía estar llegando a su mínima y el frió estaba empezando a calar en los huesos. 

-Llegamos.-Dijo Valkiria luego de un suspiro largo al detenerse frente a uno de los pocos edificios en el pueblo, parecía tener lo que era un color crema que había sido castigado por el agua y el tiempo, era un poco menos alto que la torre de centinelas. De hecho todos los edificios eran más pequeños que la torre de centinelas. 

-¿Estás segura de que estaremos seguros aquí?.-Esa era Aria que miraba con desde aquel hotel maltrecho. 

-No se ve como algo excepcional, es solo un hotel.-Esa era Perla que regresaba a su común animadversión por la hija de Virgo. 

Calipso frunció el ceño en señal de que estaba de acuerdo con los otros. 

-No tenemos mucho tiempo, hay que entrar.- Valkiria se detuvo un momento antes de traspasar la puerta del lobby.-No podemos pasar con Él así. 

Todos giraron a ver al recién llegado que se mantenía en completo silencio, ya no parecía asustado y de hecho, ya no lo estaba las voces a su al rededor hablaban de un lugar seguro, era claro que no eran escorpiones y que mucho menos pretendían llevarlo a la Cúpula, pero en el momento en que hablaron de él directamente sintió que aun no estaba preparado para ver los rostros de sus salvadores, ¿En realidad lo eran? ¿O era una trampa? La verdad es que no pudo decidir, ni siquiera prepararse para lo que vería porque una mano arrebato la bolsa que cubría su cabeza.

Y no fue el único en sorprenderse. 

Lo primero que vio el prisionero fue una capricorniana parada frente a él y se dio cuenta que nunca antes había deseado tanto morir como en ese momento, deseaba correr de nuevo con los escorpiones, la mirada verde de la chica lo estaba asesinando. 

-¡Maldita sea!-Gritaron Calipso, Perla y Talia al unisono. 

-Yo tampoco esperaba verlas, muchachas.

-Cállate, Leandro.-Gritó Talia con odio en la voz.-Dos ex's en la misma maldita noche, alguien mateme ahora. 

-Oh yo también me alegro de verte Talia.-Dijo Leandro con sarcasmo mientra giraba los ojos, iba a proferir algo más cuando la hija de Tauro se paro frente a el y le propino una cachetada. 

-Te regresare allá y podrás pudrirte en la Cúpula. Cal, volv...- No pudo terminar la frase por que Calipso la interrumpió

-Nadie va a regresar a nadie.

-Pero, Cal... Tu sabes lo que hizo. 

-Lo sabemos, sabemos lo que te hizo y lo odiamos tanto como tu.-Era era Perla. 

-Pero no lo enviaremos a morir, sabes que no estaría bien.-Talia asintio de mala gana al tiempo que se sentía extraña por la manera en que la simplemente había aceptado regresar a Leandro con los escorpiones, sabiendo que eso significaría su muerte, pero, ¿El libra no lo merecía? Es decir, él mató una parte de ella, él se había dedicado a destruirla, Talia estaba moralmente segura de Leandro merecía la muerte. 

-Quitenle las ataduras.-Dijo Valkiria mirando expresivamente a Perla, ella estaba siempre preparada.

La chica pez sacó de su mochila un cuchillo que de lejos se veía que era una reliquia exquisita, de mango muy fino y balance perfecto, todos se preguntaron donde había conseguido aquel artefacto tan extraño la chica pez; todos, excepto Calipso. 

Perla no se tardo demasiado en cortar las pequeñas cuerdas que sostenían las manos del Libra que la miraba detenidamente, como esperando que fuera una trampa y la chica pez se lanzara contra el con aquel artilugio. Eso no pasó, claro está, pero era obvio que algo parecido pasaba por la mente de Perla al mirarla.

-Si tocas a alguien de aquí...-Perla no continuo, sabía que aquella media amenaza era suficiente para que el Libra que tenía frente a ella temblara de miedo. 

Y eso es lo que debía hacer, él le había hecho daño a una de las suyas a ese bastardo no le quedaba más en la vida que tener miedo, así como lo tuvo Talia en su debido momento. 

 Aria, Altlan y Valkiria miraban anonadados la situación que ocurría entre aquellos signosea. , que si bien no entendían lo que estaba pasando, entendían que había un pasado y que en ese pasado estaba el recién llegado y no de la mejor manera.

Leandro opto por cerrar su boca, la verdad es que sentía que debía una explicación, que debía una disculpa a aquella mujer que había osado lastimar en el pasado y que ahora sabía que ella no lo había olvidado.

-Vamos.-dijo Valkiria entrando en el lobby del hotel seguida del grupo de amigos, que después de estar a punto de morir con ellos ya no sentía como extraños... Quizá unos conocidos cercanos.

La verdad es que cuando bajo en picada para situarse frente aquella capricorniana antes de que pisara su libro, jamas pensó que se le haría tan interesante mantener una conversación con ella, de hecho ni siquiera se le paso por la mente caminar con ella, y jamás y nunca pensaría que iba estar al lado de ella mientras corrían por sus vidas en las adoquinadas calles de su pueblo. 

¿Qué podría haber hecho aquella pequela de cuernos para hacerla sentir tan en confianza de hacer todas esas cosas con ella? 

Quizá la forma en que se expresaba comosi fuera conocedora del mundo entero. 

Quizá su sonrisa que brillaba cada vez que su mirada se posaba en sus alas. 

Quizá sus ojos que parecían buscar la verdad. 

Quizá sus lab... 

-¡Valkiria de Virgo! No te esperaba por aquí.

Diarios Zodiacales. [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now