Capitulo Dieciocho

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Aradia se despertó con el rumor de las voces provenientes de la cocina, se levantó de la cama y sonrió al encontrar en su teléfono un mensaje de la persona que la hacia temblar.

"Te quiero nena" rezaba el mensaje y solo esto basto para hacerla sonreír, se acerco a su espejo y acomodó su cabello.

Si Aradia supiera que estaba a lo que en realidad estaba destinada... Pero, ella era una chica normal, ¿No? Una chica común y corriente... De hecho, ni ella misma sabía que era en realidad. Aradia se regia bajo otro nombre en una realidad la cual era tan alejada de la que debía por derecho ser su verdadera vida. Terminó de arreglarse el cabello y salio fuera de su cuarto.

En ese mismo momento, una chispa se encendía entre un toxico chico y una tierna tora.

Esciel se encontraba nervioso, sentado en una mesa en la cual no debería estar en la ultima casa de la faena, tomando un café que no debería estar tomando con una chica a la que no debería estar observando.

- A ver... Pequeño escorpión, ¿Solo te dedicas a registrar casas de la manera menos educada?- comenzó Talia, ella también se hallaba nerviosa... Los marrones ojos de Esciel le aceleraba el pulso de una manera que jamas le había sucedido... Mi madre; sus manos estaban sudando, su corazón latía rápido ¿Por que? ¿Por que un Escorpión? ¿Por que un guardia de la cúpula? Luego de lo que había pasado, oh, el chico justo... ¿Por qué ahora?

-Ehm...- el muchacho imponente con su uniforme vaciló un instante antes de responder la pregunta de la chica de Tauro, que lo miraba con aquellos ojos tan oscuros. Esciel pensó que esos ojos no podrían ser las ventanas del alma... Y si lo eran, pues debía haber un alma torturada tras ellos... De lo que no estaba claro, es que estaba en lo cierto, pero esos son otros temas que serán tratados mas adelante.- Pues aún soy un Falso, así que no me colocan muchas tareas más que irrumpir en las casas de las personas... Y las hermosas chicas toro.

Talia bajó la mirada en cuanto las palabras llegaron a sus oídos, ¿estaría sonrojada? No, no podía. Decidió subir la vista e intentar intimidarlo un poco con la mirada.

- Oh, pues... Me alegra que así sea - Titubeó- aunque para la próxima vez te agradecería no interrumpir mi sueños si no vienes por otra taza de café.

¿Eso salió de su boca? Mierda. ¿que había hecho?.

-Pues.. Vendré a despertarte seguido, pequeña tora.

Talia bajo la mirada de nuevo, ya era algo incomoda la conversación y con cada minuto que pasaba aunque ninguno de los dos lo supiera, estaba cayendo uno en la red del otro. La hora hora paso entre nconversaciones vanales entre la chica toro y el chico ponzoña y aunque quisieran Esciel debía irse y Talia regresar a su sueño profundo.

-Ya es hora de irme...- susurro el soldado Falso comprobando el reloj de pared que se hallaba a las espaldas de la chica toro, la cual inconscientemente se giro sobre si para darse cuenta de que lo que decía Esciel era cierto.

-Bueno, cuidate pequeño Escorpion.- Dijo nuetra tora favorita acompañandolo a la puerta

***

Altlan dibujo un corazón en la espalda de su ahora dormido fornido Adelphos, ahí estaba el tan despreocupado y relajado. Adelphos a los ojos de Altlan era hermoso, la quinceava maravilla del mundo, su mata de cabello callendole sobre los ojos, las pecas de su espalda, el holluelo en su barbilla, su brazo que yacía descansado sobre el abdomen del chico del jarrón; todo en ese momento era hermoso, perfecto, magnánimo, inefable... Y aun así el miedo persistía en la mente del nativo de Acuario, el no soportaría de perder a su amado, no soportaría que por la puerta de aquel departamento entraran guardias a llevárselo, el no podría vivir en un mundo donde Adelphos no existiera, donde no pudiera abrazarlo y sentir sus caricias. Pero para su suerte el chico del jarrón tenían un novio influyente... Alguien de confianza para la cúpula, privilegiado y así, sintiéndose un poco mas seguro Altlan cerro los ojos dejándose llevar por Morfeo y los miles de mundos fantásticos que podría ofrecerle en sus sueños.

***

Día. Se denomina día (del latín dies) al lapso que tarda la Tierra desde que el Sol está en el punto más alto sobre el horizonte hasta que vuelve a estarlo... Esto seria un concepto científico y poco sentimental de lo que es el día, pero, poéticamente hablando... El día es ese momento y esa constitucion de horas en los cuales las almas puras y benéficas vagan por el mundo. Los días también son considerados para algunos con pensamientos mas negativos aquel momento donde deben fingir ser personas que no son... Pero y si... ¿Si estos pensamientos no fueran negativos? Y si mas bien estuviéramos tratando con personas que pertencen a la noche, ¿Que son las noches? Las noches de manera vanguardistas seria el momento en que el sol cae. Pero de manera poética, desde el punto de vista de esta servidora la noche es el momento en el que vagan las almas tristes y cínicas, las corruptas y las suicidas, las almas deprimidas que buscan consuelo y entendimiento en el silencio de la noche que cual ratas repudiadas de la luz corren a ocultarse en sus agujeros. El sol no vuelve a brillar para quienes han escogido la noche.

Y aquella noche de luna llena, dos almas corruptas y con una gran carencia de moral saciaban sus placeres mundanos mientras que sus voces decadentes se unían sin ser descubiertas en la oscuridad de aquella habitación.

Cada estocada los llevaban mas cerca, entregados en completa lujuria Cahler y Capricornio saciaban su hambre de estar con el otro, y pensar que había sido el... Que había sido la gran cabra que había asesinado a tantas parejas por menos de lo que el estaba haciendo... Siempre hay una excepsion, ¿No? El era un dios... Y podía hacer lo que quisiera.

Diarios Zodiacales. [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now