No todo tiene que empezar con el pie derecho

Start from the beginning
                                    

Le miré consternada, él tenía razón además de que obviamente no estaba en condiciones de ir a casa a pie, no me quedaba más que resignarme a quedarme en su casa.

— ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente? —Pregunté sentándome lentamente en la cama.

—Una hora quizás

Abrí los ojos como platos ¡¿Una hora?! Entonces yo había estado en el bosque… ¡Más de 12 horas! ¡Jesús! Con mucha razón había quedado tan mal.

—No debí hacerlo, que tonta —Me dije enterrando mi rostro en mis manos.

Suspiré profundamente intentando calmar mi rabia, las cosquillas en mi piel aparecieron alertándome que pronto mis alas aparecerían.

— ¿Qué fue? —Preguntó colocando una mano en mi hombro derecho.

—No me toques —Dije aterrada alejándome de él.

No quería herirlo, si explotaba en llamas podía quemarle y realmente no deseaba hacerle daño, no podía controlar mi poder y ciertamente enojarme cerca de él era un riesgo demasiado alto que no correría. Brandon arrugó el ceño completamente molesto por mi actitud.

—No lo digo porque no quiera que me toques —Le aclaré respirando profundamente—, es sólo que mamá decía que cuando yo me molestaba parecía provocar energía y ésta podría herir a los demás —No era la verdad pero tampoco una mentira—, y no quiero dañarte

Entonces algo fluyó entre nosotros, Brandon abrió los ojos sorprendido de escucharme y yo hice lo mismo, no se suponía que le dijera eso pues el mensaje que él pudiera captar sería malinterpretado por algo amoroso y yo estaba con Kenton, sólo estaría con él.

—No creo que tu madre tenga razón —Comentó con una pequeña sonrisa, negué con la cabeza.

—No probaré esa teoría contigo —Me incliné un poco hacia atrás para estar lejos de su alcance (aunque aún estuviéramos a pocos centímetros).

—Soy hombre, puedo resistir cualquier cosa

—No creo que puedas con esto —Le advertí.

Brandon no pareció prestarle atención a lo que yo decía por lo que alargó su mano izquierda lentamente hasta tocar mi mejilla derecha, el toque se sintió tan cálido y conocido que me vi obligada a cerrar los ojos y disfrutar. La rabia desapareció tan rápido como había llegado dejándome un poco más agotada y débil. Abrí los ojos de nuevo y me encontré con que Brandon estaba muy cerca de mi rostro.

— ¿Sigues molesta? —Preguntó con tono suave.

Negué con la cabeza deseando secretamente que volviera a acariciar mi mejilla como lo había hecho. Brandon miró mi mejilla con fijeza y movió un cabello detrás de mi oreja, le miré en todo momento no queriendo pensar en absolutamente nada, necesitaba mi mente en blanco para no crearme ilusiones.

— ¿Lo ves? No estoy gritando —Dijo haciéndome sonreír.

Entonces juro que vi como su piel se hizo más clara e incluso pareció brillar un poco, pero quizás estaba tan cansada y débil que lo imaginé todo pues un segundo luego ya no tenía ese efecto. Alcé mi mano derecha para tocar la suya que aún estaba en mi mejilla, el tacto fue bastante cálido por lo que no quité mi mano.

—Esto no debería pasar —Dije sin poder evitarlo, él asintió.

—Estoy completamente de acuerdo, pero no tiene que empezar con el pie derecho

Reí por lo bajo no creyendo que esto realmente estuviera pasando. Brandon sonrió achicando sus ojos lo que me recordó a Kenton, y así como si me hubiera tirado un balde de agua fría en  la cabeza desperté de la ilusión en la que me había metido “sin querer”.

Irrumpir en el Ardid (irrumpir en el Ardid #1) [En proceso de Edición]Where stories live. Discover now