#14

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—Si quemas algo te aseguro que serán las últimas llamas que veras en tu vida -gruño el pelinegro observando como el peliazulado jugaba con un encendedor-

—Insisto, ¿como una bestia como tú tiene una criatura tan hermosa como esa junto a ti? -contesto el peliazulado guardando el encendedor observando al pelinegro frente a el y al rubio tras el que mantenía su mirada fija en el suelo-

—No tengo porque responder tus preguntas -sonrió de lado- porque no mejor me dices ¿como mierda le haces para seguir tan pálido y no te bronceas con tus llamitas?

—Por qué no mejor me dices ¿como carajos ves tus pies con tremenda nariz? -contratacó el peliazulado-

—Pues amo mi nariz, ya sabes lo que dicen de eso -el pelinegro le giño un ojo-

—Pues yo no creo eso -suspiró mirando al pelinegro-

—¿Quieres comprobarlo? -sonrió pícaramente-

—Aceptaria encantado si cierta personita no me estuviera mirando tan feo -contestó ahora mirando hacia el rubio-

—Puedes irte, te llamaré más tarde y terminamos lo acordado -contestó el pelinegro ignorando las anteriores palabras dichas por el peliazulado-

—¿Lo de ver a tu amiguito para comprobar si es cierto lo de la nariz?

—No imbécil, ahora vete

El peliazulado término marchándose después de unos largos minutos despidiéndose del pelinegro donde claramente esté último quería sacarlo a patadas, cuando por fin se marchó el chico le hizo unas señales a Jimin para que lo siguiera lo que este hizo, no quería problemas, sus animos se habían esfumado por completo por culpa de lo que el peliazulado hizo que recordara, eso que tanto quería borrar de su mente.

—Escuchame bien -comenzó a hablar el pelinegro llamando la atención del rubio- ya no estarás encadenado a menos que provoques problemas, todo esta perfectamente asegurado por lo que salir de aquí es imposible para ti, nana te llevará comida, no tienes permitido bajar sin mi permiso, tu elegiste quedarte así que te callas y obedeces

—¿Por qué me tratas así?... -el rubio enseguida entro en pánico al darse cuenta que hablo en voz alta lo que pensaba- y-yo..

—Soy así con todos -contesto sin darle importancia-

—Con el otro chico no eras así... -susurró pero el pelinegro si logró escucharle entendiendo enseguida a quien se refería-

—Tae es una persona importante para mi -dijo sin más-

—Ya veo...

—Regresa a tu cuarto y no salgas hasta que yo regrese

El rubio asintió y se marchó de allí, no quería discutir con el pelinegro, no ahora que su mente ya estaba que colapsaba, recuerdos indeseados que hicieron que su odio por el asesino regresara y ahora sumándole las palabras de esté mismo, que por alguna razón le provocaron un extraño sentimiento ¿que era el castaño del asesino?. Jimin cerró la puerta de la que ahora era su habitacion y se dejó caer al suelo abrazando sus piernas, aquel sentimiento que comenzaba a crecer le resultaba bastante molesto.

***

—¿Entonces el gatito decidió quedarse? -preguntó un divertido castaño mientras acomodaba su cuerpo sobre el pelinegro que se encontraba sentado en el sofá- no crei que estuviera mal de la cabeza

—Lo mismo pienso yo -sonrió con amargura dejando caer su cabeza hacia atrás soltando un fuerte suspiro- tengo un mal presentimiento de esto Tae...

—Si algo sucede el gatito así lo decidió, le diste la oportunidad de marcharse y el no la tomó -respondió el castaño tomando el rostro del pelinegro entre sus manos para que lo mirara- deja de culparte por todo Kookie...

—Y tu deja de ser tan bueno conmigo -se quejó el pelinegro sonriendo al tiempo que apartaba sutilmente al castaño y se ponía de pie- ¿que hora es?

—Deben ser pasadas las doce de la noche -respondió sentándose en el lugar donde antes estaba el pelinegro-  ¿te vas?

—Debo irme

—Aún es temprano...además puedes quedarte...

—Lo siento, será en otra ocasión

El pelinegro se colocó su cubrebocas y salió del departamento del castaño, después de unos minutos ya estaba conduciendo su  Saleen S7 Twin Turbo color negro a toda velocidad por las calles, solo basto unos cuantos minutos para que ya estuviera en su casa, después de asegurarse de guardar su auto y que la seguridad estuviera intacta subió hacia su habitación deteniéndose en el camino frente a la puerta de la ahora habitación del rubio, observó unos segundos la puerta cerrada para después seguir con su camino aunque esta vez no fue a su habitacion sino que volvió a bajar hacía el patio, ese lugar lo hacia sentir tranquilo, lo ayudaba a pensar y a esas horas las estrellas relucían hermosamente cosa que el pelinegro amaba contemplar, se recostó en el césped observando como cada estrella brillaba.

—Nunca pensé que los asesinos contemplaran cosas hermosas -dijo una voz bastante conocida a su costado-

—Te dije que no salieras de tu habitación -su voz sonó dura, aún así no volteo a mirar al rubio que ahora se había sentado junto a el-

—También me dijiste que no saliera hasta que tu llegarás y pues ya llegaste así que puedo salir -dirigió su mirada al asesino quedando completamente embobado por la manera que sus ojos brillaban por el reflejo de las estrellas en ellos, sus ojos eran realmente hermosos y tan tristes a la vez-

—Buena respuesta kitten -habló el pelinegro sacando al rubio de su ensoñación-

El rubio no dijo nada más, simplemente se recostó junto al asesino en el césped manteniendo una distancia adecuada, se concentro en mirar las estrellas pero de vez en cuando su vista se iba hacia el pelinegro, observado su perfil tratando de imaginarse como seria ver el rostro de este por completo sin la estúpida mascara o el cubrebocas que usaba el chico en ese momento.

—No soy una estrella así que deja de mirarme

—Se que no eres una estrella, eres un asesino, un hijo de puta sin sentimientos -el rubio se arrepintió enseguida se sus palabras al ver el ceño fruncido en el rostro del asesino-

—¿De dónde sacas eso? -pregunto con su voz tan calmada que al rubio le dio miedo-

—Todos dicen eso...

—Que todos digan que alguien es un ser diabólico, violento y despiadado... no significa que sea así, puede que sea una persona que a sufrido terriblemente y lo sigue haciendo, las personas son tan ignorantes que juzgan sin siquiera conocer... sin siquiera saber la verdad detrás de todo, que una persona actúe de cierta manera no quiere decir que sea así, que una persona sonría no quiere decir que sea feliz...

El rubio mantuvo en todo momento su vista fija en el chico que seguía mirando las estrellas mientras soltaba cada palabra, por un momento olvido todo concentrándose solo en aquel instante extendiendo su mano hasta tomar la del pelinegro que enseguida al sentir el tacto volteo su rostro encontrándose con los ojos del rubio que soltó dos míseras palabras que el pelinegro enseguida supo que serian su perdición.

—Quiero conocerte...

Mr. Bunny Killer 《KookMin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora