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¿Qué era más bonito que ver a tus oppas de la televisión rescatando como héroes a la típica protagonista sufrida? 

Eso era lo que pensaba Lisa al ver a su Kim Bum oppa en su nuevo drama.

¿Que podría arruinar esto?

Sí, eso

El timbre de la casa había sonado indicando que alguien estaba esperando afuera. La pelirroja se tomó unos eternos segundos debatiendo si debía fingir no estar en casa para no tener que abrir o como buena samaritana ir a recibir a quién esperaba afuera.

Pero, hoy no era el día de los milagros. Así que quien sea que esperara afuera no iba a ser recibido por ella ese día, no obstante la insistencia de tal persona era demasiada. Luego de 5 o 10 minutos el timbre seguía sonando.

Lisa soltó un gruñido lleno de exasperación. 

Demasiado perseverante. Pensaba Lisa mientras se levantaba con molestia de su cama para ir a encarar a quien fuese el caracol de Noé que no dejaba su timbre en paz. Sin importar su atuendo la pelirroja se levantó de su cama bufando por tener que abandonar a su oppa en la mejor parte del capitulo del día.

Justo en el segundo beso de los protagonistas. Quién fuese el que estuviese afuera debía decir o traer algo muy importante por la cual arruinar la hora de dramas de Lisa.

Bajo los escalones con la mayor pereza del mundo, debatiendo mentalmente si debía regresar a su habitación y ver el drama con el helado que la acompañaba o ir a abrir la estúpida puerta. Después del gran debate, llegó la gran acción.

Abrió puerta con una de sus mejores caras, -nótese el sarcasmo- para encontrarse al cretino mayor de sus pesadillas.

—Lis...— JungKook no pudo terminar su oración al sentir la fuerza de la puerta golpear su rostro.

¿De todas las personas tenía que ser él? Él.. ese hijo de la papaya, ese... ¡Engendro del demonio! 

Sus pensamientos no se formulaban de forma coherente, sin embargo la conclusión de todo lo que pasaba por su cabeza en ese momento era que JungKook era un ser demasiado molesto y digno de ser prendido en fuego.

Apunto de subir el primer escalón de las escaleras para estar de vuelta en su cómoda habitación, escuchó la voz de JungKook detrás de la puerta, diciendo la palabra mágica para Lisa.

— BamBam. —Canturreo el castaño apoyando en la pared, esperando que su plan funcionará o que al menos la cabeza de zanahoria abriera la puerta de nuevo. Sin tirarla en su cara, cabía resaltar.

La puerta se abrió de golpe asustando un poco a JungKook, mostrando una pelirroja poco contenta. 

Aish... Aish. — Ella apretaba sus dientes. — ¿Qué quieres ahora, Jeon? 

—Lindo atuendo. —Señaló él examinando el vestuario de Lisa. 

Quién diría que la bruja se podía ver bien con tan solo una camisa oversize y muy poco maquillaje.

—Cerraré la puerta en tu...

Su frase quedó en el aire y sus pulmones por unos segundos dejaron de recibir el aire anhelado con la simple oración de JungKook.

—Se mi novia, Manoban.


[...]


—Sí ajá, y yo soy Rapunzel. — El sarcasmo y fastidio de Lisa se podía notar a distancia, nunca en su remota vida pensó en tener a Jeon JungKook en la sala de estar de su casa.

Flying High » liskookWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu