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Un fuerte y agudo grito hizo eco en una espaciosa habitación, despertando a un chico de cabello castaño muy somnoliento. Una chica de cabello rojo llamada Lisa, se encontraba en una de las esquinas de la espaciosa habitación enrollada con una sábana.

Decir que la sorpresa y la cierta indignación invadía a la pobre chica de pies a cabeza sería poco.  Por otro lado, el chico de castaño llamado JungKook ni se inmuto ante la imagen de la pelirroja. Simplemente volvió a acomodarse en la gran cama para seguir durmiendo.

— ¿¡Qué carajos estás haciendo aquí, Jeon JungKook!?— pregunto la pelirroja mientras se acercaba sigilosamente a una de las esquinas de la cama.

JungKook soltó un gruñido con pesadez mientras se levantaba un poco de la cama para sentarse en esta apoyando su espalda contra la cabecera.

— ¿Cómo explicártelo, Lalisa? —  Indagó con voz ronca. Le hablaba a la chica como si le costara explicarle, comenzando a fastidiarla. — Pensé que el cabello rubio era el que te hacía tonta, pero veo que los colores no afectan en la persona.— Comentó burlesco el muchacho sin quitarle la mirada de encima a la pelirroja. 

Lisa apretó la mandíbula y se mordió la lengua para no soltar una o dos palabrotas.

— Voy a volver a repetirlo, Jeon, — Dijo tomando una respiración profunda. No iba a dejar que él la sacará de su quicio. —  ¿Qué haces en mi habitación?

— ¡Sí! — JungKook chasqueo sus dedos. — Sigues siendo igual de lenta como tú coreano.

Las palabras de JungKook iban con una clara intención de hacer enojar a Lisa, pero ella no tenía las ganas de darle el gusto.

El odio de ambos chicos venía desde mucho antes de conocerse realmente, todo empezó cuando JungKook humilló públicamente a una de las mejores amigas de Lisa frente a toda la escuela. Aún cuando ambos chicos estuvieran en el mismo círculo social de amigos, compañeros de grado y vecindario, ambos  se detestaban como si de una competencia se tratase.

— Bueno te explico. — JungKook pronunciaba cada palabra en forma lenta, como si hablara con un niño de dos años. — Ambos borrachos. — Se señaló a sí mismo para luego señalarla a ella. — Una cama. — Toca palmeando repetidamente el colchón. —Sexo del... 

Sus palabras quedaron en el aire ya que la pelirroja gritó un contundente : — ¡Cállate! — Su corazón latia rapido y sus mejillas se habían vuelto rojas por la vergüenza. Era obvio que ambos habían tenido sexo, ¿pero cómo, por qué? ¿Como habían llegado a tal situación si ambos se detestaban? Aun así, era obvio que JungKook no iba a responderle tales preguntas.  — Entendí, imbécil. —Masculló tomando su ropa del suelo.— Largo de mi casa, — Espetó. — ¡Ahora! —Señaló la puerta, dándole una mirada de advertencia al muchacho.

JungKook solo sonrió, levantándose de la cama con pesadez. Tomó su pantalón rasgado del suelo, metió cada pierna en el y lo subió hasta sus caderas dejando el cierre abierto. Agarró su camisa blanca, pasándola por sus brazos lentamente; sintiendo la atenta mirada de la pelirroja sobre él.

—Las fotos duran más. — Dijo él en forma coqueta, guiñandole un ojo. Sin embargo, lo que obtuvo de Lisa fue el dedo del medio. 

—Ni una palabra de esto a los chicos o a alguien, Jeon. — Amenazó en un tono frígido. 

JungKook sonrió soberbio. 

—Sobretodo a BamBam, ¿No, Manoban? 





Flying High » liskookWhere stories live. Discover now