Leyendas Urbanas 2

Deseo imperfecto

Sacudiendo tus entrañas, para disminuir el exceso de sangre, recordé
los momentos que habíamos pasado juntos, pero fue tanto mi amor
que mi desesperación aumentó, así provocaste que te
matara en nuestra segunda noche de bodas. Ahora has arruinado mi felicidad
puesto que si no hubieras sido tan perfecto te hubiera valorado más,
sin embargo, ya no importa, tu cuerpo parece inerte, tus órganos
ya no están dentro de ti, ahora considero que te deseo más,
ya no eres el hombre perfecto pero ahora estás muerto; entonces
¿Cómo quererte? Porque si vivías eras perfecto y ahora
que no eres perfecto estás muerto.

Y cruzando
una idea por mi mente recordé que podía devolver todo aunque
no serías perfecto, ¡ESO
SERIA DE MI AGRADO!. Tomé
todos tus órganos que se escurrían en el lavamanos y los
metí a tu vientre de nuevo, tomé la aguja y el hilo que siempre
llevo en mi bolso en caso de urgencia y cogí el pedazo de piel pálido
y la coloqué en su lugar, los cosí poco a poco hasta finalizar
y me levanté tranquilamente. Al observarte recostado en la tina
completamente desnudo mis deseos de tenerte renacieron, era algo que jamás
había sentido por ti, por primera vez me sentí útil,
entonces mientras me quitaba el camisón dejé llenando la
tina, al acercarme comencé a besarte y te acaricie tu hermoso, perfecto
y maldito rostro, me adentré y me recosté justo a un lado
de ti, volví a verte con los mismos ojos de amor con los que alguna
vez te pude ver, pero ya no volteabas a verme, tus ojos ya no eran los
mismos, me estaba dando cuenta de lo que acababa de hacer,
exclamé en mi mente, muy desconcertada comencé a golpearte
para que revivieras pero no reaccionabas,  entonces te abracé fuerte y en tu hombro lloré amargamente.
Alguien más parecía estar ahí puesto que sentí
una mano sobre mi cabeza, cuando quise voltear no era alguien más,
eras TÚ
y con fuerza me hundiste bajo el agua, sin permitir mi respiración.
¿Acaso la venganza está después de la muerte?

Y así
todo desapareció….