Ya llegué!

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Esto que me contaron sucedió en una comunidad cercana a Taxco, Tenango del paraíso.

Resulta que dos jóvenes estaban platicando en el corredor de la casa de uno de ellos, junto al patio, y en eso pasa junto a ellos el hermano de uno de los jóvenes, menea la cabeza en forma de saludo y grita “¡Ya llegué!”. Se encamina a su cuarto y cierra la puerta. En eso sale su hermana, pregunta a los muchachos "¿Y luis?" - "Ya se metió a su cuarto" contesta el hermano. "Ahora no va a cenar, qué raro, ha de venir cansado", murmura la muchacha. Esa era la rutina de Luis, irse temprano a Taxco donde trabajaba como policía preventivo, y llegaba cerca de las 22 hrs. Cenaba, se iba a su recámara a ver la TV, o escuchar la radio.

Serían como las 12 de la noche cuando los perros empezaron a ladrar y en eso se escucho el motor de un auto que se detenía en el patio. El ruido les extrañó a todos los moradores de la casa y cuando el taxista tocó el claxon ellos ya estaban en el corredor de la vivienda, somnolientos y abrigados. El conductor del taxi se apeó y los miró a todos que, espectativos, esperaban que el extraño justificara su presencia ahí. Al fin habló:

- No sé cómo decirles, pero vengo a darles una mala noticia. Y… pues resulta que su hermano Luis tuvo un accidente y… murió. Y me mandan del servicio médico forense de Taxco, para que vayan los familiares a reconocer y a recoger el cuerpo.

Todos se quedaron sorprendidos. Pero después de digerir las palabras, dijo la hermana: 

- Creo que hay una confusión, Luis está... -lo buscó con la mirada y al no verlo dijo:- en su recámara; ahorita lo llamo.

Fue a su habitación, tocó y no contestó nadie, entró y vio que su hermano no estaba. 

- ¡No está! -le dijo a su otro hermano.

- No puede ser ¿a qué hora se salió?

Siguió hablando el taxista:

- Según tengo entendido a eso de las 10 de la noche Luis se cambiaba para venir a su casa y la pistola se le cayó disparándose y la bala le atravesó el pecho, muriendo instantáneamente. 

- Hay un error, a esa hora llegó Luis aquí, ha de haber ido a ver a su novia.

Los dos hermanos se vistieron, subieron al taxi que los llevaría al hospital general donde se encuentra la morgue; los muchachos venían rezando para que todo fuera un error o una pesadilla y pasara pronto. Se presentaron como los familiares de Luis, y el doctor encargado les dijo:

- Vayan a la morgue, está en la calle a un costado del hospital, es la primera puerta, y ahí me esperan; mientras voy a traer las llaves y acabar de llenar el certificado.

Salieron, y al llegar a la puerta negra sintieron un frío raro y empezaron a escuchar ruidos, alguien estaba dentro, se oía como si buscaran algo, abrían y cerraban cajones y el sonido de mover papeles, tocaron y nadie contestó; se oían pasos como de un ir y venir incesante, pensaron que el doctor había entrado por otra puerta, los ruidos eran claros y fuertes.

El doctor llegó y abrió la puerta, la morgue solo era iluminada por unas veladoras ante una imagen sagrada, encendió las luces. Los hermanos sintieron un fuerte escalofrío por todo su cuerpo y se miraron interrogativamente al ver que no existía otra puerta, solo una ventana en lo alto que daba a la calle por sobre la puerta por donde entraron, y no había nadie ni nada más que un cadáver desnudo, con una herida amoratada en el pecho.

La joven exclamo -¡Oh!- al comprobar que aquel cuerpo sin vida era el de su hermano Luis.

Leyendas Urbanas 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora