Serie : una amistad a toda prueba, parte 2

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En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia.
Proverbios 17:17

David iba perdiendo poco a poco todo aquello en lo cuál hasta ese momento había confiado : su posición,  su relación con el rey,  su esposa,  a Samuel,  y hoy perdería otra : a Jonatán.

Al comienzo de cada mes,  los israelitas se reunían para celebrar el festival de la luna nueva.  Si bien,  este era un tiempo de regocijo,  también era una forma de dedicar el siguiente mes a Dios. Otras naciones celebraban la Luna llena y adoraban a la misma luna.  Los Israelitas hacían esta celebración,  mientras la luna estaba oculta en el cielo, como precaución contra la falsa adoración y además ellos adoraban al único Dios Verdadero.  Como ya lo hemos visto anteriormente,  estas celebraciones venían acompañadas de toda clase de ritos de purificación : como símbolo de un corazón purificado y una correcta actitud ante Dios. Este es el contexto de este pasaje.

Pues bien,  vemos en este pasaje tan triste y conmovedor el clímax de la historia de David en el palacio : todo había acabado para el.  Ya nada sería lo mismo de hoy en adelante,  y tendría que huir como un fugitivo delante de Saúl.

David y Jonatán habían desarrollado una hermosa amistad desde que se conocieron, y esta amistad perduro con el tiempo porque Dios estaba de por medio en todo ello. 

Jonatán era humilde y Temeroso de Dios,  fue contra su propio padre por defender a su mejor amigo, pues sabia que David no había hecho nada para merecer su odio.  El pudo haber reclamado su Derecho a la corona, por ser hijo del rey, y sin embargo,  aceptó la voluntad de Dios,  ya que sabia que David sería el siguiente rey de Israel.

Que hermoso tener un amigo o amiga de esa clase,  lamentablemente hoy en día escasea esa clase de personas en el mundo, pero te diré porque : porque no conocen de Dios. Por lo tanto no pueden brindar amor o amistad de manera sincera.

Ambos habían hecho una especie de pacto durante esa celebración : Jonatán trataría por ultima vez de defender a David delante de su padre. Si Saúl estaba o no determinado a matarlo,  ambos habían planificado la forma de hacérselo saber.

Pasó la fiesta,  David no apareció más en el palacio,  y Saúl deseaba que algo malo le hubiera ocurrido:

"Al siguiente día, el segundo día de la nueva luna, aconteció también que el asiento de David quedó vacío. Y Saúl dijo a Jonatán su hijo: ¿Por qué no ha venido a comer el hijo de Isaí hoy ni ayer? Y Jonatán respondió a Saúl: David me pidió encarecidamente que le dejase ir a Belén, diciendo: Te ruego que me dejes ir, porque nuestra familia celebra sacrificio en la ciudad, y mi hermano me lo ha mandado; por lo tanto, si he hallado gracia en tus ojos, permíteme ir ahora para visitar a mis hermanos. Por esto, pues, no ha venido a la mesa del rey. Entonces se encendió la ira de Saúl contra Jonatán, y le dijo: Hijo de la perversa y rebelde, ¿acaso no sé yo que tú has elegido al hijo de Isaí para confusión tuya, y para confusión de la vergüenza de tu madre? Porque todo el tiempo que el hijo de Isaí viviere sobre la tierra, ni tú estarás firme, ni tu reino. Envía pues, ahora, y tráemelo, porque ha de morir. Y Jonatán respondió a su padre Saúl y le dijo: ¿Por qué morirá? ¿Qué ha hecho? Entonces Saúl le arrojó una lanza para herirlo; de donde entendió Jonatán que su padre estaba resuelto a matar a David. Y se levantó Jonatán de la mesa con exaltada ira, y no comió pan el segundo día de la nueva luna; porque tenía dolor a causa de David, porque su padre le había afrentado."
1 Samuel 20:27-34

Las cosas se habían complicado ya,  Saúl odiaba a David y estuvo a punto de matar a su propio hijo¡ que tipo más enfermo era Saúl!  Definitivamente las malas elecciones traen consecuencias.

Y lo que sigue a continuación es uno de los capítulos más tristes de primero de Samuel :

"Al otro día, de mañana, salió Jonatán al campo, al tiempo señalado con David, y un muchacho pequeño con él. Y dijo al muchacho: Corre y busca las saetas que yo tirare. Y cuando el muchacho iba corriendo, él tiraba la saeta de modo que pasara más allá de él. Y llegando el muchacho adonde estaba la saeta que Jonatán había tirado, Jonatán dio voces tras el muchacho, diciendo: ¿No está la saeta más allá de ti? Y volvió a gritar Jonatán tras el muchacho: Corre, date prisa, no te pares. Y el muchacho de Jonatán recogió las saetas, y vino a su señor. Pero ninguna cosa entendió el muchacho; solamente Jonatán y David entendían de lo que se trataba. Luego dio Jonatán sus armas a su muchacho, y le dijo: Vete y llévalas a la ciudad. Y luego que el muchacho se hubo ido, se levantó David del lado del sur, y se inclinó tres veces postrándose hasta la tierra; y besándose el uno al otro, lloraron el uno con el otro; y David lloró más. Y Jonatán dijo a David: Vete en paz, porque ambos hemos jurado por el nombre de Jehová, diciendo: Jehová esté entre tú y yo, entre tu descendencia y mi descendencia, para siempre. Y él se levantó y se fue; y Jonatán entró en la ciudad."
1 Samuel 20:35-42

Sin duda,  Jonatán y David jamás se volverían a ver en sus vidas.  Pero tenían la promesa de que su amistad perduraría por siempre,  incluso más allá de la muerte.

Que hermoso encontrarnos con ejemplos tan claros de que las amistades pueden perdurar a través de las pruebas más difíciles,  Jonatán desobedeció a Saúl aún cuando fuera su padre, porque sabía que estaba yendo contra Dios.

En un mundo en donde la palabra lealtad dejó de existir, y los intereses son antes que las personas, seamos como Jonatán, un amigo fiel hasta el último día de su vida, que de Dios hemos de recibir la recompensa.

Recuerda,  David perdió a su amigo, veamos después lo que pierde....

Pero nunca perdió a Dios.

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Conforme al corazón de Dios _ Volumén 1( el origen) ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora