Conforme al corazón de Dios _ Volumén 1( el origen) ®

"Dedicando lo mejor de nosotros a Dios"

1 º de Samuel 1 : 21 al 28.

" Por este niño oraba, y Jehová me dió lo que pedí".

1 º de Samuel 1: 27.

El capitulo de hoy será algo corto, pero quiero tratar sobre un tema en concreto:  cuando dedicamos lo más valioso de nosotros  hacia Dios.

Cuando queremos agradar a alguien muy querido, tratamos de hacerlo con lo mejor de nosotros: nuestro tiempo, nuestros bienes, nuestro amor , nuestras atenciones, nuestra dedicación hacia el, nuestra respuesta es de gratitud hacia esa persona.

De la misma forma pasa con Dios: nuestro corazón rebosa de mucha gratitud hacia su amor incondicional, hacia nosotros, y en respuesta a todas las bendiciones que El nos da, nosotros le damos lo mejor a El.

Para cumplir su promesa, Ana renuncio a lo que mas quería: su hijo ( recuerdas como sufrió por eso anteriormente?) y lo presento ante Elí para que sirviera en la Casa de Dios. Es algo hermoso, cuando en las Iglesias pasan adelante los padres con sus bebés en brazos, para poder dedicárselos a Dios , pero de allí en adelante será decisión de ellos mantenerse en ese camino.

Pues bien, Ana ; como lo había prometido anteriormente, le dedica al pequeño Samuel al servicio de la casa de Dios, espera a destetarlo, a lo cuál se acostumbraba a hacerse cuando cumplían tres años de edad.

Ella vuelve a Silo con toda su familia, y lleva al niño al Tabernáculo , cuando dice : " lo dedicó también a Jehová", Ana estaba declarando que entregaba a Samuel a Dios, para un servicio de por vida. Por supuesto que ella no se olvido de su hijo tan querido: lo visitaba con regularidad, y cada año le llevaba una túnica igual a la de Elí. En los años posteriores, Samuel vivió en Ramá, el pueblo natal de sus padres.

Para finalizar, a veces nos cuesta darle a Dios lo mejor de nosotros, aquello que consideramos valioso en nuestra vida, porque dependemos mucho de ese algo, estamos demasiados atados, que si vemos que nos es quitado, vamos a sufrir. Pero no hay que temer: si encomendamos eso en las manos de Dios, seremos doblemente bendecidos.