Cediendo a la presión de grupo

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de Samuel 8.

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Romanos 12:2

En otras dos versiones podemos leer lo siguiente :

" No se amolden al mundo actual,  sino sean transformados mediante la renovación de su mente.  Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena,  agradable y perfecta"

( nueva versión internacional).

" No vivan ya según los criterios del tiempo presente;  al contrario,  cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios,  es decir,  lo que es bueno, lo que es grato, lo que es perfecto ".

( Dios habla hoy).

Pues bien,  conocemos un dicho que dice : " en la unión hay fuerza", y eso es verdad,  ya que,  cuando un determinado grupo de personas se propone algo,  lo logra.  Pero dentro de ese grupo que se mueve por objetivos e intereses comunes ( aunque no sean buenos),  hay siempre uno que no esta de acuerdo con lo que la mayoría hace.

Este individuo tiene dos caminos:

1. Deja a un lado su propia identidad,  y se vuelve " igual que los demás ", ó

2. Lucha por mantener su propia identidad,  aunque con ello pueda traer consecuencias,  como ser desechado por ese grupo.

Bueno,  en este caso,  aquí podríamos aplicar el número 1, Israel,  por muchos motivos,  ya no quería seguir siendo gobernada más por jueces: al principio del capitulo dice que los hijos de Samuel no andaban por buenos caminos: siendo jueces,  aceptaban todo tipo de sobornos para pervertir el Derecho,  por lo cuál, no eran los idóneos para guiar a Israel.  Yo como,  abogado de profesión,  se que esta clase de conductas en los aplicadores de la Ley,  tiene sus propias penas,  y la corrupción tiene su propio grupo de delitos denominados " delitos contra la administración de Justicia ". Querían que un rey las unificara a las doce tribus bajo una Nación y bajo un solo ejército y,  querían ser como las demás naciones vecinas,  que tenían sus propios reyes,  y eso es lo que Dios no quería.

Aconteció que habiendo Samuel envejecido, puso a sus hijos por jueces sobre Israel. Y el nombre de su hijo primogénito fue Joel, y el nombre del segundo, Abías; y eran jueces en Beerseba. Pero no anduvieron los hijos por los caminos de su padre, antes se volvieron tras la avaricia, dejándose sobornar y pervirtiendo el derecho. Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron, y vinieron a Ramá para ver a Samuel, y le dijeron: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones. Pero no agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró a Jehová. Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos. Conforme a todas las obras que han hecho desde el día que los saqué de Egipto hasta hoy, dejándome a mí y sirviendo a dioses ajenos, así hacen también contigo. Ahora, pues, oye su voz; mas protesta solemnemente contra ellos, y muéstrales cómo les tratará el rey que reinará sobre ellos. Y refirió Samuel todas las palabras de Jehová al pueblo que le había pedido rey.
1 Samuel 8:1-10

Ellos querían ser como sus vecinos paganos " oye Dios,  sabes,  queremos tener nuestro propio Rey de Carne y hueso,  estamos cansados de contestar,  cada vez que nos preguntan: ¿ A donde esta su rey?,  nosotros les decimos qué El habita arriba en los cielos". Israel aún no estaba muy bien cimentado en los caminos de Dios: querían leyes,  un ejército y un monarca humano en el lugar de Dios.  Así pasa con la presión grupal: sino actúas como ellos lo hacen,  pues corres el riesgo de ser expulsado de su grupo y de ser visto mal por la sociedad,  aún cuando sean cosas que van en contra de principios y valores correctos. Es mejor,  recibir,  la aprobación de Dios y no el aplauso de las personas.

* Consecuencias.

Pues bien,  Dios le dijo a Samuel que les dijera que podían tener ese rey que tanto querían, pero,  que iban a tener consecuencias de esa decisión :

Dijo, pues: Así hará el rey que reinará sobre vosotros: tomará vuestros hijos, y los pondrá en sus carros y en su gente de a caballo, para que corran delante de su carro; y nombrará para sí jefes de miles y jefes de cincuentenas; los pondrá asimismo a que aren sus campos y sieguen sus mieses, y a que hagan sus armas de guerra y los pertrechos de sus carros. Tomará también a vuestras hijas para que sean perfumadoras, cocineras y amasadoras. Asimismo tomará lo mejor de vuestras tierras, de vuestras viñas y de vuestros olivares, y los dará a sus siervos. Diezmará vuestro grano y vuestras viñas, para dar a sus oficiales y a sus siervos. Tomará vuestros siervos y vuestras siervas, vuestros mejores jóvenes, y vuestros asnos, y con ellos hará sus obras. Diezmará también vuestros rebaños, y seréis sus siervos. Y clamaréis aquel día a causa de vuestro rey que os habréis elegido, mas Jehová no os responderá en aquel día. Pero el pueblo no quiso oír la voz de Samuel, y dijo: No, sino que habrá rey sobre nosotros; y nosotros seremos también como todas las naciones, y nuestro rey nos gobernará, y saldrá delante de nosotros, y hará nuestras guerras. Y oyó Samuel todas las palabras del pueblo, y las refirió en oídos de Jehová. Y Jehová dijo a Samuel: Oye su voz, y pon rey sobre ellos. Entonces dijo Samuel a los varones de Israel: Idos cada uno a vuestra ciudad.
1 Samuel 8:11-22

Israel no quiso escuchar a Samuel,  y seguían adelante con su decisión,   y como Dios nos da a escoger,  pues les permitió que tuvieran su tan anhelado rey,  que por cierto,  dejaría mucho que desear más adelante.

De esto,  lo que yo puedo aprender es :

1. Los padres cumplen con su labor educativa de instruir a sus hijos en los caminos de Dios.  Allí los hijos más adelante serán responsables de sus propias acciones,  sean buenas o malas,  tal como Samuel con sus hijos.

2. No debemos permitir que este mundo nos arrastre con su forma de vivir y pensar,  haciendo que dejemos de lado a Dios.  Esto solo se logra por medio de La Palabra de Dios,  de estar firmes en su buena y perfecta voluntad,  y desechando todo aquello que no nos conviene.

3. Debemos de aceptar las consecuencias de nuestros actos.  Por el momento, pareciera que nos pudieran dar alegría momentánea, pero después se nos pasará la factura.

Conforme al corazón de Dios _ Volumén 1( el origen) ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora