Capítulo 22

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Lucia Cooper

— ¿Ya me dirás? —interrogué mientras me comía otra cucharada del extraño pastel que me dio Axel.

—Termina de comer —me sonrió dulcemente.

—No creo que termine de comer ahora, me trajiste un pastel completo y está buenísimo —él rio un poco.

—Es complicado todo esto —tomó una flor de azúcar negra que traía el pastel y se la llevó a la boca.

El pastel era de dos niveles, cuadrado y tenía muchas flores negras y moradas de azúcar, eran algo así como orquídeas, estaba relleno de cereza y fresa y era de chocolate.

—Empieza por la parte que más te guste —él asintió.

—Entre los demonios hay una jerarquía, no solo demonios de transformación completa si no también los de alma.

—Explícate —pedí al no entender a qué se refería.

—Los de transformación completa somos los que tenemos alas y todo eso y los de alma son los vampiros y otras criaturas "místicas" creadas por Lucifer que no poseen alas, pero si una semi transformación demoníaca.

—Ya entendí, prosigue.

—Primero está la realeza, Lucifer y su familia; son los más poderosos del infierno y controlan todas las criaturas del mismo —dijo esto despectivamente —luego, los del congreso real, después los que se encargan de los siete pilares de la tierra, después los guerreros, a ellos le siguen las criaturas místicas, después los llamados vende sueños o recolectores de almas y por último los esclavos.

— ¿Me explicas que es eso del congreso y los pilares? —pedí antes de tomar un sorbo de jugo de frutilla.

—El congreso real es el que se encarga de la división de las almas perdidas, además es el encargado de transmitir y hacer cumplir cualquier mensaje u orden que mande a ejecutar la familia real, los siete pilares son los portales de acceso al infierno que hay en la tierra — explicó.

—Espera, espera —lo detuve — ¿hay portales para entrar al infierno en la tierra? —él asintió — ¿algún humano a entrado?

—Si, pero no vivo —rio.

Yo rodé los ojos y le hice señas para que prosiguiera.

—Los guerreros son los que se encargan de la protección de Lucifer, como sus guardaespaldas, aunque no son tan necesarios y otros sólo se preparan y entrenan por sí en alguna eternidad hay una guerra, las criaturas místicas ya sabes cuales son y los recolectores de almas son esos demonios que vienen a la tierra a cumplir sueños o deseos de humanos y por último los esclavos.

— ¿Tu eres un recolector de almas no? —él negó.

—Odio a los humanos, venir a cumplir tu deseo fue un castigo infringido por desobedecer una regla – aclaró tomando otra flor de azúcar.

— ¿Entonces qué eres? —él mordió su labio inferior algo nervioso.

—Un... Guerrero —dijo algo inseguro.

—Si tanto odias a los humanos, ¿qué haces conmigo? —cuestioné en cuanto la duda me embargó.

—No lo sé —rio suavemente al ver mi cara de decepción —estoy contigo porque me importas, en realidad te quiero, Lucette.

—Te dije que no me dijeras Lucette —suspiró frustrado.

—Te digo te quiero ¿Y solo te fijas en que te dije Lucette? —rodé los ojos.

Mi Demonio PersonalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora