Mi Demonio Personal

Capítulo 18

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Lucia Cooper

Trixie puso una sonrisa de lo más falsa cuando vio que su mesa estaba ocupada, las dos chicas que venían con ella abrieron la boca en forma de "O" y yo solo pude sonreír un poco.

La cafetería se llenó de un silencio sepulcral tan aterrador que lo único que anunciaba era la guerra que se iba a llevar a cabo en aquel lugar, creo que hasta las cocineras dejaron de hacer lo que hacían para prestar atención a lo que sucedía.

Ellas empezaron a acercarse haciendo resonar sus tacones más de lo normal y cuando llegaron al frente de la mesa se cruzaron de brazos en una postura "intimidante".

— ¿Nadie les dijo que esa es nuestra mesa? —su voz era chillona e irritante.

Ni Hanna ni yo dijimos nada ni siquiera la miramos

—Estoy hablando con ustedes —ningún sonido de nuestra parte.

Su puño golpeó fuerte la mesa y solo por eso levanté la vista de mis uñas, miré a todos lados y luego a ella.

— ¿Nos hablas a nosotras? —me hice la desentendida.

—Si, a ustedes —sonrió falsamente - esa es nuestra mesa, largo —reí un poco y me pare de la mesa, luego caminé hacia al frente de ella y me recosté de la mesa.

—¿Por qué deberíamos irnos? —Hanna optó la misma posición que yo, solo que tenía dos batidos en la mano, los colocó al lado de ambas discretamente, yo sonreí.

—Porque yo lo digo —afirmó muy segura de sí misma.

— ¿Y tú quién eres? —su rostro se colocó rojo de la rabia, estaba agotando su paciencia y eso me encantaba.

— ¿Que nadie te ha hablado de mí? —sonrió forzosa, yo negué —soy Trixie Hilxman, algo así como la reina de todo esto —Hanna y yo soltamos una carcajada.

— ¿Debes estar bromeando? —ella negó con el ceño fruncido —me da igual, nos quedaremos aquí de todas formas —dictaminé con el rostro serio.

—Lo haces y.... y arruinaré tu existencia por completo —esta vez la que rio a carcajadas fue Hanna.

—Las que pueden arruinar tu vida aquí somo nosotras, no nos tientes venitas ilesas —ella se puso más roja de lo que estaba, Hanna empezó a caminar alrededor de ella — ¿O qué? ¿Crees que no somos capaces de sacarte los trapitos al sol delante de todo el mundo? O, mejor dicho; las pelucas —su rostro pasó de estar rojo a estar pálido y cuando decidió hablar su voz no reflejaba la seguridad de antes.

—N-no sé de qué h-hablas —Hanna rio más fuerte.

—Oh claro que lo sabes —dijo dando palmaditas al aire.

—Cariño —me acerqué un poco a ella —cuando yo voy a la guerra no suelo ir sin armas —Hanna se colocó detrás de ella —y justo ahora tengo las suficientes para destruirte y volverte mierda para el resto de tu vida con tan solo un chasquido de dedos —le sonreí perversamente — ¿Quieres probar? —ella no dijo nada simplemente retrocedió, pero chocó con el cuerpo de Hanna.

—Me las vas a apagar —susurró entre dientes —encontraré la forma de hacerte pagar.

—Por un momento pensé que te rendirías, que pena —chasqué los dedos y Hanna tiro con fuerza del cabello falso de Trixie mostrando su calva.

Toda la cafetería hizo ese sonido típico de asombro, la chica que tenía en frente chilló y empezó a llorar, le arrebató la peluca a Hanna y salió corriendo del lugar.