Mi Demonio Personal

Capítulo 9

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Lucia Cooper

—Axel, te dije que no voy a entrar —nos encontrábamos en la playa y Axel había insistido en que entrara, su paciencia se estaba agotando y a decir verdad cuando eso pasaba no era nada agradable.

—No te lo estoy pidiendo, Lucia, te lo estoy ordenando —bufé en respuesta y me crucé de brazos.

Él sabía que había ganado, por lo que se quitó la remera, para luego llevar sus manos hasta el inicio de sus pantalones.

— ¿Qué diablos estás haciendo? —él me miró con cara de obviedad y siguió con su tarea quedando solo en bóxer.

Miré detenidamente su cuerpo bien trabajado, piernas firmes y lampiñas, pasee mis ojos por su bóxer gris intentado no mirar de más la enorme cosa que se marcaba. Luego subí por su abdomen y me detuve ahí, admirando sus abdominales, luego un tatuaje me distrajo y lo observé con fascinación, me encantaba.

—Es un tatuaje —me acerqué a él y pasé mis dedos por la zona izquierda de su abdomen donde se encontraba el maravilloso dibujo permanente de un dragón.

Mis dedos se deslizaron solos por su cuerpo, pasando de su tatuaje hasta sus marcados abdominales, pero antes de poder seguir su mano me sostuvo la muñeca de una manera brusca.

—Lucía, que sea un demonio no significa que no sienta ni que mi cosa no funcione, todo lo contrario, es peor en mi caso —lo miré a los ojos un tanto desconcertada, sus ojos verdes grisáceos se oscurecieron un poco.

— ¿De qué hablas? - soltó una pequeña sonrisa.

—Hablo de mi pene, Lucí, no me toques así si no harás que se me baje la calentura —miré hacia su bóxer y se veía un poco más grande que hace un rato ¡Oh rayos!

—Lo siento, de verdad, disculpa —jalé mi mano para soltarme de su agarre y me volteé

¡Qué vergüenza! Lo escuche reír.

— ¿Vienes o no? —suspiré y me empecé a quitar la remera, en la playa no había mucha gente, el sol era ocultado por varias nubes que amenazaban con hacer llover, pero lo dudaba mucho ya que se estaban alejando de a poco.

Bajé mis pantalones terminado de quedar en ropa interior. Suerte que no llevaba encaje.

Me giré hacia Dylan y este escaneó mi cuerpo completo sin ningún pudor, una oleada de calor invadió mi cuerpo completo y yo también lo miré con descaro. Se veía tan apetecible que me daban ganas de descubrir que había debajo de ese bóxer, como se vería en su completo esplendor y... ¡Diablos que pensamientos tan sucios para ser virgen!

Caminé hacia el agua y me fui adentrando lentamente, pero antes de adentrarme por completo sentí unos brazos cargarme.

— ¿Qué haces? —le reproché.

—Hacer esto más divertido —y cuando menos lo pensé me tiro al agua haciendo que mi cuerpo se mojara completamente, cuando salí lo miré con mala cara.

— ¿¡Estas loco!? —él solo se reía. Con rabia comencé a arrojarle agua y él a mí, así la pasamos hasta que nos cansamos.

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—Te veías mejor en ropa interior —le di una mirada cargada de odio y seguí en la tarea de colocarme la ropa que había puesto en la mochila, Dylan hacia lo mismo.

— ¿Estarías dispuesta a herir a las personas que te hirieron a ti? —asentí mientras que toma la remera que traía puesta hace un rato y secaba mi cabello con esta.