💌 Vigésima Sonrisa

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Nimura caminaba junto a su nuevo superior, Sasaki. Estaban en busca de un hombre: el editor de Takatsuki Sen, pues se creía que la dichosa escritora podría ser un ghoul.

– Ahí está.

– Lo sé.

Se acercaron a aquel hombre que estaba de pie frente a un edificio.

– ¿Usted es el Sr. Shino?

Aquel se giró, mirándolos. Sasaki sacó su placa y la enseñó.

– Somos del CCG, ¿Se encuentra la srta. Takatsuki? –preguntó, sonriendo.

– ¿El CCG? –cuestionó mientras rascaba su mejilla.

[Kokuria]

Tn estaba recostada en su cama, leyendo un libro de Takatsuki Sen mientras oía música a través de un reproductor de música que le habían llevado. Alguien llegó, llamando su atención. Ella se levantó curiosa, dejando las cosas sobre la cama y acercándose al cristal; sus ojos se abrieron como platos al ver a aquella persona.

– Tú...

– Tn –habló aquel, serio.

– ... –frunció el ceño.– Maldito viejo, ¿Qué demonios haces aquí?

– Soy el Presidente del CCG, tengo el derecho de estar aquí.

– Oh, el presidente. ¿Debo inclinarme o arrodillarme? –dijo, en tono de burla.– O tal vez quieras que me quite la ropa, ¿No es así?

– Sigues siendo tan infantil como siempre.

– Vete al diablo.

– No es forma de hablarle a tu padre.

– Tú no eres mi padre. No tengo padres. Tú solo eres un viejo asqueroso, y la otra estúpida era una lamezuelas.

– No es una buena forma de dirigirte a tu madre, mas sabiendo que ella ha fallecido.

– Sí, porque yo la maté.

– Tn-

– ¿Qué demonios quieres? Lárgate de aquí, no quiero verte. Te odio.

– Te sacaré de aquí, no van a ejecutarte...pero regresarás al Jardín.

– Preferiría mil veces que me cortasen la cabeza o lo que sea que hagan aquí para ejecutar, antes de regresar a ese maldito lugar.

– Cuida tu vocabulario.

– Oblígame, viejo.

– ...Hmp. Vendré a visitarte luego.

– Ni te molestes.

Tn levantó sus manos, mostrando los dedos del medio en un obsceno gesto de odio hacia el mayor. Tsuneyoshi suspiró y se despidió de su hija, para luego girarse y salir de allí. Ella chasqueó la lengua y se dejó caer en la cama.

– Maldito viejo –murmuró.

Horas después, otra visita llegó para Tn, era Nimura.

– Tn –llamó, sonriendo.

Ella no contestó, solo abrazó sus rodillas. Él la miró extrañado, pues ella estaba en un rincón, sobre la cama, y abrazando sus piernas.

– ¿Tn? ¿Qué pasa?

– ...

Tras varias insistencias, Nimura terminó por rendirse; sabía que aquella chica no le diría nada.

Sonríe, Tn... 💌 Souta Nimura WashūOnde as histórias ganham vida. Descobre agora