Sonríe, Tn... 💌 Souta Nimura Washū

💌 Decimosexta Sonrisa

Nimura caminaba por los pasillos del edificio mientras bebía y tambaleaba, fingiendo estar ebrio.

– Ugh...Pfff...Queee mierda –gruñía.– Quiero ver a mi Tn –murmuró, bebiendo.– Mi maldito jefeee...no entiende nada –se tambaleó.– Ups.

Tres personas con velos negros de red llegaron. Nimura se giró, mirándolos con una leve sonrisa.

– Buenas... –saludó.

Antes de que aquellos dijeran algo, varios investigadores salieron de las sombras en una emboscada.

– Furuta, realmente sirves para ser una carnada –rió Kijima.

– No estoy del todo contento.

– Oye, con respecto al "maldito jefe", ¿Fue por mí?

– Ah...No... –negó, sonriendo nervioso.

[Distrito 21]

Tn entró a aquella cafetería, llevaba lentes de sol puestos para ocultarse, además de un pañuelo al rededor de su cuello cubriéndole el rostro del mentón hasta la nariz. Se sentó y pidió un café, la joven asintió y le llevó la bebida a los pocos segundos. Alguien entró y se sentó frente a ella.

– Llegas tarde –le miró.– Kanae.

– Tenía cosas que hacer.

– Bien. Dime para qué me citaste aquí de nuevo, ¿No bastó con la visita de ayer?

– El maestro Shu está mal.

– Lo sé. Ve al punto –bajó un poco el pañuelo para beber su café.

– Necesito información sobre un tal "Haise Sasaki".

– ¿Haise Sasaki? Hm –bebió.– Sabes que te costará.

– ¡Pagaré lo que sea! El dinero es lo de menos, solo...solo me importa que el maestro Shu esté bien de nuevo...

– ...Bien. Paga la primera parte, sabes cuánto es.

Kanae asintió y sacó un sobre de su bolsillo, el cual dejó sobre la mesa. Tn lo tomó y lo guardó en su bolsillo, para luego volver a beber su café.

– ¿Algo mas?

– No, nada por ahora.

– Bien. Te contactaré cuando tenga la información –terminó su café.– Buen día.

Tn dejó el dinero del café sobre la mesa y se levantó para luego salir. Kanae quedó en silencio unos segundos, pensando; suspiró y se levantó para irse también.

[Días después]

«No he visto a Nimura en estos días...sabía que era un idiota, suerte que no lo dejé avanzar. Maldito payaso, es mejor que esté lejos de mí», pensó Tn, mientras bebía su café.

– Agrath –llamó.

La pelinegra pestañeó, regresando a la realidad.