💌 Tercera sonrisa

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Tres meses habían pasado ya desde el incidente con las vigas de acero. Todo estaba en calma actualmente, pero la paz en Tokyo no duraría mucho...

Tn se había cruzado aquella tarde con Touka, una ghoul que conocía de vista, y un chico pelinegro que, según se enteró, se había convertido en un medio-ghoul al transplantarle un órgano de Rize tras el accidente de las vigas.
La noche había caído, y ella caminaba por las calles del Distrito 4, cuando se cruzó con alguien.

– Jason... –murmuró.

El contrario rió y se acercó a ella.

– Mira a quien me encontré –dijo, sonriendo de lado.

– Tch –se encogió de hombros.– ¿Qué haces tú aquí, Jason?

– Sólo paseo, ¿Y tú? Es extraño verte sin tu séquito, Agrath.

– Sólo paseo, también.

– Ya veo –hizo una pausa.– ¿Sabes algo de tu amiguita Rize? –preguntó, borrando su sonrisa.

– ¿Rize? –ladeó la cabeza.– No he hablado con ella desde que nos dejó en ese lugar.

– Tch.

– ¿Qué hizo ella ahora?

– Perdió mi herramienta favorita.

– Bueno...ese es problema de ustedes –sopló un mechón de su cabello y comenzó a caminar.

Jason frunció el ceño, mirándola; detestaba la actitud de aquella chica.

– No dije que podías irte.

Tn se detuvo y giró la cabeza, mirándolo.

– ¿Quién dijo que eras mi jefe, Yamori?

La joven volvió la vista hacia adelante y siguió caminando; no se llevaba bien con Jason como para tener una buena conversación, pero no se llevaban tan mal como para pelearse.
Jason gruñó, hizo tronar uno de sus dedos, el índice, y comenzó a caminar; la ignoraría, a ella y su maldita actitud, no malgastaría el tiempo con esa mocosa.

– Oye, Jason Vorhees –llamó.

Yamori se detuvo y la miró con seriedad. Ella esbozó una sonrisa ladeada y le arrojó un pequeño frasco.

– ¿Qué es esto?

– Un ciempiés, idiota. Úsalo como quieras.

Tn se giró nuevamente y continuó su camino.
Yamori observó un momento el rojo insecto del frasco y sonrió con malicia. Usaría aquel ciempiés en alguna de sus víctimas...o como él les decía: "juguetes".

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Nimura estaba sentado en el sofá de su departamento, observando aquella fotografía que tenía de la pequeña a quien buscaba, pequeña que ahora debía ser una bella joven.

– ¿Dónde te metiste, Tn? –preguntó a la fotografía.

Pensó un momento y sonrió.

– Tal vez logre localizarte en el restaurante... –susurró.

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El teléfono celular de Tn comenzó a sonar; ella paró su música y contestó mientras se encaminaba a su edificio.

– ¿Si?

Restaurante –dijo un hombre al otro lado de la línea.– ¿Qué te parece, Condesa?

– ¿El restaurante ghoul? –pensó un momento.– Bien, ¿Cuándo?

Dentro de tres días. A la misma hora y en el mismo lugar.

Sonríe, Tn... 💌 Souta Nimura WashūWhere stories live. Discover now