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A-aléjate -logró articular a duras penas sin poder quitar su mirada del chico-

¿O sino que? -preguntó una vez su rostro quedo frente al del rubio- ¿que harás?

El rubio no respondió, simplemente cerró sus ojos apretándolos con fuerza, esperando lo inevitable, sintió como sus labios eran rozados con otros más suaves, el pelinegro lo iba a besar, pero eso nunca pasó, en cambio solo recibió un cálido aliento con olor a tabaco y chocolate, abriendo sus ojos inmediatamente, encontrándose con esa característica máscara muy cerca de el, una sonrisa se formo en los labios del pelinegro al notar las mejillas sonrojadas del rubio, por lo que en vez de alejarse solo se acerco más, le gustaba ver como el chico se tensaba poniéndose cada vez más nervioso por su cercanía.

—¿Querías que te besara kitten? -susurro el pelinegro sin la intención de apartar su mirada de los ojos del rubio-

—No -dijo finalmente luego de unos segundos que parecieron eternos- usted antes me a dicho que debo obedecerle... no quiero problemas... solo quiero que me deje ir con mi familia... con mi novia...

—No entiendo porque querer eso de regreso ¿que tiene de especial una familia  y una pareja? no sirven de nada -el pelinegro se alejó abruptamente del rubio-

—Te dan amor... -respondió algo asustado por el repentino cambio del pelinegro-

—¿Amor? -soltó una risita con burla para después mirar al rubio tomándole del mentón bruscamente haciendo que le mirara-  eso ni siquiera existe, tu familia esta contigo por obligación y tu pareja por placer o para no sentirse sola, las personas buscan la compañía de alguien más para no enfrentarse a la soledad, tan simple como eso

—Eres cruel... -su voz salió casi en un susurro-

—Dime algo que no haya escuchado antes -aflojó su agarre en el mentón del rubio pero sin soltarle- además...

—Pero por alguna razón ahora no te tengo miedo -interrumpió al asesino mirándole esta vez fijamente-

—No sabes lo que dices -sonrió leve, repentinamente disfrutando de la valentía del chico frente a el-

Moviéndose rápidamente el pelinegro se colocó sobre el rubio sujetando fuertemente ambos brazos de este sobre su cabeza con solo una mano  mientras que con su mano libre sujetó firmemente el rostro del rubio el cual quedo paralizado sin apartar la vista de aquellos ojos que lo miraban a través de la mascara.

—¿Me temes ahora? -preguntó el asesino apretando su agarre en las muñecas del rubio-

—No -dijo firmemente removiéndose por el dolor e incomodidad que le estaba causando el asesino- ahora suéltame, ya bastante tengo con estar encadenado para ahora tener que soportar que me tome así

—Eres estúpidamente valiente -rió leve acercándose peligrosamente a los labios del rubio quien tragó duro tratando de permanecer sereno- 

—Intenta lo que quieras -lo desafío celebrando mentalmente por lo segura que salió su voz- no te temo

—Pues tendré que enseñarte a temerme -respondió finalmente estampando sus labios contra los del rubio-

Jimin quedó paralizado sin saber que hacer, un hombre lo estaba besando, un asesino lo estaba besando, su secuestrador lo estaba besando, sus labios se quedaron quietos y sus ojos abiertos como platos, su cuerpo no reaccionaba, hasta que el pelinegro comenzó a mover sus labios sobre los suyos, lentamente como si de dos amantes se trataran, el rubio comenzó a moverse tratando se zafarse pero lo único que consiguió fue que el pelinegro forzara el agarre en sus muñecas, logrando sacar un quejido de los labios del rubio, el cual el pelinegro aprovechó para profundizar el beso, colando su lengua por la cavidad bucal del rubio, ya no era un beso lento era uno completamente contrario a ese, Jimin gimió sobre los labios del pelinegro al sentir como la rodilla de este rozó su entrepierna provocándole un escalofrío por todo su cuerpo, finalmente el rubio se rindió, relajando su cuerpo, correspondió como pudo al ardiente beso que le propinaba el asesino el cual sonrió sobre sus labios al notar la sumisión del chico bajo el, aflojó su agarre y el chico pasó sus brazos por el cuello del pelinegro profundizando aún mas si era posible aquel beso, para el rubio ya nada era claro, se encontraba completamente extasiado por aquellos labios sabor a chocolate y tabaco, pero todo término cuando el pelinegro se separó observando en lo que se había convertido aquel chico bajo su cuerpo, labios rojos e hinchados, pupilas completamente dilatadas y su respiración agitada. El pelinegro se puso de pié soltando una pequeña risita, se disponía a marcharse hasta que la voz del rubio llamó su atención.

—Yo... no soy g-gay -dijo el rubio tratando de regular su respiración-

—Yo tampoco -respondió y sin más se marchó de aquella habitación dejando a un rubio completamente excitado y confundido-

Mr. Bunny Killer 《KookMin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora