Toxic. #TopCharacter2018 #PremiosPlaneta2021

Ventisei.

Ventisei:

[Lina]

Pasado...

Mi corazón late de una manera alarmante dentro de mi pecho, mi respiración esta agitada y estoy asustada hasta la mierda.

Tengo miedo y eso ya no es una novedad. Cierro mis ojos e intentó calmarme. Todo estará bien, me digo a mi misma y necesito creer que será así.

Estoy esperando a Clive, me pidió que me escondiese dentro del armario mientras se desataba el Infierno fuera. Porque él estaba cumpliendo su promesa al fin y me sacaría de este horrible lugar.

Una sonrisa se adueña de mi rostro al saber que al fin iba a ser libre y que Kirk pagaría por todos sus crímenes.

Clive trabaja para la policía, es un agente especial —como el FBI— y se le había encomendado buscar pruebas en contra de Kirk. Le han perseguido por muchísimo tiempo y él había sabido como esquivarles. Hasta ahora claro, jamás imagino que infiltrarian a alguien y así obtener lo que más han deseado. Su cabeza. Tiene casas —iguales a la que mi padre me llevo— donde venden chicas de mi edad y pasan por cosas como las que he pasado. O peor aún.

Me abrazó a mí misma y cierro con fuerza mis ojos. Mi corazón sigue latiendo desbocado dentro de mi pecho, pero la ansiedad de al fin salir de aquí lo amerita.

Los ruidos de afuera retumban por todo el lugar, Clive tenia razón se ha desatado el Infierno allí afuera.

Mi corazón se detiene en cuanto la puerta es abierta y sé que no se trata de Clive. Su voz hace eco en la habitación.

—¿¡Dónde demonios estás!? ¡Sal de una puñetera vez! ¡Tenemos que irnos pequeña! —grita desesperado porque le responda, pero no pensaba hacerlo. No quería volver a verle nunca más.

—¡Kirk debemos irnos joder! —le exige alguien—. ¡Esa puta no vale pasar el resto de tu vida tras las rejas imbécil! —le espeta y si no fuera porque se ve que es alguien de su confianza no le hablaría de esa manera.

Se escucha como un cuerpo es estrellado contra algo con un poco de brusquedad —¡No vuelvas a llamarle de esa manera hijo de puta! ¡Eres mi amigo pero no dejaré que la insultes! —amenaza, no se vuelve a escuchar nada hasta que su voz se oye cerca de donde estoy y mi cuerpo entero tiembla del miedo—. Eres mía pequeña Lina, nadie podrá cambiar eso. Y prometo que te encontraré y jamás nos volverán a separar —promete y luego siento sus pasos alejarse de la habitación.

Un escalofrío me recorre entera y las lágrimas corren por mis mejillas. Sus palabras se cuelan en lo más profundo de mi ser y me temo que lo cumplirá.

Unas pisadas me ponen alerta. ¿Y si regresó por mí? Me abrazó con más fuerza, mientras mi cuerpo no deja de temblar. Las pisadas se detienen frente al armario y luego se abren dejando frente a mí a Clive. Me lanzó a sus brazos y él me recibe, mientras me susurra cosas:

—Ya estas a salvo Lin, no podrá volver hacerte daño jamás —asegura mientras pone sobre mis hombros una manta.

—Gracias —agradecí con una sonrisa tímida.

Me devolvió la sonrisa —Es un promesa que debía cumplir y yo siempre las cumplo —dice y me ayuda a salir de ese lugar.