Lynn III

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Nos quedamos en silencio y nos miramos la una a la otra. Clara le dio una patada al suelo y se sentó en él. Se agarró la cara con ambas manos. Fui lentamente hasta ella y me senté a su lado.

—Clara, tú nunca me habías contado esto. ¿Cómo se supone que debería saberlo? ¡Si ni siquiera sabía que Dani sentía algo mí! Y créeme que jamás ha sido recíproco... en ese sentido —intenté explicarle.

—Lo sé. Sé que no era recíproco y eso es lo que me daba esperanzas, pensaba que... quizás si tú le seguías ignorando, algún día lo superaría y... allí estaría yo —me reconocío—, sé que me he pasado estos días contigo y no quiero perderte, pero... —empezó a decir con los ojos lloroso.

No la dejé acabar y simplemente la abracé. Me devolvió el abrazo. Me quedé un largo rato con ella mientras me explicaba sus sentimientos.

¿Desde cuándo todo se había vuelto tan complicado? ¿Realmente conocía a mis dos mejores amigos? Porque primero, no tenía ni idea de que Dani estaba enamorado de mí y segundo, no tenía ni idea de que Clara estaba enamorada de Dani. Esto parecía una telenovela.

Cuando volví a casa cansada de la tarde de aventuras que había tenido no me podía creer quien estaba en mi porche esperándome; Dani.

Me quedé clavada en el suelo durante unos segundos y después caminé hacia él con determinación. Hablé primera nada más acercarme lo suficiente.

—Dani —dije intentando mantener la calma y pensando en no darle un puñetazo—, a ver, Dani... Dani, Dani, Dani —dije muy rápido intentando ganar tiempo—, tú y yo somos amigos, ¿vale? Lo sabes, ¿no?

—Me devolviste el beso, Lynn —dijo Dani también calmado y tal vez esperanzado. Se acercó demasiado a mí y me vi presionada contra la pared de la fachada de mi casa. Otra vez no, por favor.

—¿Qué? Dani, no. Estoy con Aiden ahora, ¿vale?  Y va a venir aquí y se va a enfadar mucho como se entere de esto... —le intenté convencer. O convencerme a mí misma. Realmente no sabía cómo etiquetar a lo que tenía con Aiden, pero eso no le daba derecho a Dani de besarme sin más, y además, Aiden iba a explotar si alguna vez se enteraba de esto. 

—No me importa, Lynn —dijo él—, no puedo aguantarme más.

Y de repente se me tiró encima y sus labios estuvieron sobre los míos. ¡¡Otra vez!! Me agarró fuerte mientras yo intentaba empujarle para atrás con todas mis fuerzas.

Y de repente Dani ya no estaba a como dos metros de mí. Aiden estaba entre nosotros.

—¡¿Te has atrevido a besarla?! ¡¿DOS VECES?! —gritó Aiden y Dani voló por los aires.

Chillé y Dani rebotó contra un árbol antes de caerse al suelo inconsciente.

—¡¡¡PARA, AIDEN!!! —gritaba como una loca ya que Aiden estaba dispuesto a ir hasta donde se encontraba tirado Dani después de haberse dado el fuerte golpe.

Y me hizo caso; paró. Corrí hasta Dani y me tiré al lado suyo. Aiden se acercó a mí y yo le empujé.

—¿Cuánto rato llevas escuchando? ¡Ni se te ocurra acercarte! ¡Llama a una ambulancia!

No tardaron mucho en llegar. Preguntaron qué había pasado y mentí. Dije que había sido un accidente: habíamos intentado escalar el árbol y se había caído. Aiden caminaba unos pasos detrás de mí y no decía nada, pero estaba demasiado preocupada por Dani como para prestarle atención.

—Lo siento, no pueden subir —dijo la enfermera cerrando las puertas de la ambulancia en mis narices. 

—¿Qué...? No, yo no puedo dejarle solo —dije.

Pero pasaron de mí y se lo llevaron. Observé como se alejaba la ambulancia y cuando la perdí de vista me giré hacia Aiden. Le di un empujón en el pecho, y luego un golpe y luego otro y otro. Él aguantó paciente como todas las veces que le había usado de saco de boxeo.

—Lynn, para —dijo entre dientes—, vas a hacerte daño.

No aguanté más.

—¡¿Te has vuelto loco, Aiden?! ¡¡Podrías haberle matado, cacho imbécil!! —grité como una loca—. ¡Aléjate de mí! ¿Me oyes? ¡Aléjate de Dani!

La desesperación pareció golpear a Aiden en ese momento. Agitaba los brazos intentando calmarme.

—¡¡No soporto que te toquen, Lynn!! —gritó de vuelta y me agarró de ambas muñecas para que dejara de golpearle—. ¡No lo soporto, ¿entiendes?! ¡¿Y encima ese imbécil te besa?! ¿Qué se supone que debería haber hecho?

—¿No lanzarle por los aires? ¡Es mi mejor amigo! —le defendí.

—¿Acaso tus mejores amigos se creen con derecho de besarte? —siguió enfadado Aiden.

—¡¿Acaso te crees con derecho de venir a mi vida con esa estúpida imprimación y no sé qué más y volver mi mundo patas arriba?! ¿Creer que soy tuya?

—Dios, Lynn, eres peor que un grano en el culo —dijo Aiden.

No sabía si pretendía que eso me hiriera o simplemente lo decía como un suspiro, porque mi sangre hervía, literalmente. Seguí gritándole.

—¡Has hecho que rompa con mi novio! ¡Que mi mejor amigo me odie por romperle el corazón una y otra vez y encima le has pegado! ¡Que Clara se enfade conmigo! ¡Estas jodiendo todo, tal vez ni llegue a la graduación por tu culpa! ¡Yo no pedí nada de esto, yo no quería ser tu estúpida imprimada!

—¡¿Y te crees que yo sí?! —gritó Aiden—, ¡¿te crees que yo te hubiera elegido a ti si pudiera elegir?!

Me quedé callada. Ahora sí que me había hecho daño. Sabía que había hablado mi rabia y también la de Aiden, pero había sentido esas palabras literalmente como una puñalada en el estómago. No dije nada más y simplemente me di media vuelta. Aiden me agarró del brazo haciéndome parar, pero me solté de un tirón.

—Lynn, no quería decir eso —dijo el rápidamente y en su cara realmente estaba representada la tristeza, la desesperación y el arrepentimiento.

Seguí andando.

—Lynn, por favor —dijo Aiden caminando detrás de mí. Caminó a mi lado. No sé si era por la rabia que sentía en ese momento o porque en el fondo sus palabras me habían herido de verdad, comencé a llorar—. Lynn, no llores, por favor.

Pasó un taxi y levanté la mano. Me metí rápidamente dentro ignorando a Aiden quien gritó mi nombre un par de veces más.

—Al hospital, por favor —dije.

No miré hacia atrás.


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Vaya, vaya, las cosas se están poniendo tensas, ¿o no? Jajaja.

Espero que les guste. Besitooss.

-Leli.

I M P R I M A D A [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora