Aiden

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—Márchate, Jenny —dije sin mirar hacia atrás, pero sentía que Lynn ya se había alejado. No me extrañaría que me odiara, y todo era culpa de Jenny.

—¿Me estás vacilando, Aiden? —preguntó ella levantando una ceja.

—No, te lo estoy ordenando.

Ella intentó resistirse.

—Márchate —dije ejerciendo mi control sobre ella.

La palabra había sonado como un medio gruñido y mis ojos estaban dorados y brillantes.

Ella arrugó la frente por la presión que mi orden ejercía sobre ella y más si se resistía. Se dio la vuelta lentamente, pero decidió obedecerme. Lucas había estado al tanto de la situación y se fue con su hermana.

Suspiré. Me aseguré de escuchar los pensamientos de Jenny suficientemente lejos antes de buscar a Lynn con la mirada. Pero ella no estaba por ninguna parte.

Capté su esencia enseguida y subí las escaleras. Escuché su conversación antes de entrar en la habitación.

—¿Me quieres dejar en paz ya con Daniel? ¿Cuánto más tengo que repetirte que es solo mi amigo? —preguntó Lynn enfadada.

El chico con el que estaba era Ben.

—Que no me creo más tu cuento de mierda, Lynn. Todo el mundo sabe que babea por ti.

—¿Y qué vas a hacer, eh? —le tentó ella.

—Ya lo verás.

Entré en la habitación aunque estaban acalorados en su discusión y no se dieron cuenta.

—Oh cuidado, tiemblo de miedo —dijo Lynn con ironía—. Por mí puedes volver con Lesly a seguir comiéndole el culo.

Ben la agarró del brazo, esta discusión estaba llegando a su fin. No soportaba que otra persona la tocara.

—Ya basta —dije haciendo notar mi presencia.

Ben dio unos pasos hacia atrás.

—¿Y tú quien coño eres? ¿Otro de sus "amigos"? Paso de esto —dijo Ben y se dispuso a salir de la habitación.

—Ben, espera —gritó tras él Lynn, pero le agarré del brazo y no permití que le siguiera.

Enfrenté la ira de Lynn que se soltó de un tirón.

—¡¿Y a ti que te pasa?! —me gritó—. Siendo que tu relación es una puta mierda, ¿te crees que tienes derecho a venir a estropear la mía?

Me quedé en silencio aguantando su enfado. Sabía que necesitaba desahogarse.

—¡¿Y por qué todo el mundo esta tan empeñado a echarme la culpa a mí de lo que sea que esté pasando entre vosotros?! ¡Tú y yo ni nos conocemos! Y ni nos vamos a conocer.

Paró porque empezó a sonar su móvil. Lo cogió enfadada.

I M P R I M A D A [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora