Lynn

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Estaba sola en la cama cuando me desperté. Suspiré. La única razón por la que sabía que nada de anoche había sido un sueño, era porque el olor dulzón, super provocador e imposible de resistirse de Aiden, estaba por todas partes.

Y así pasó todo mi finde. Sin saber nada de Aiden y sin poder sacarle de mi cabeza.

Tampoco había recibido ninguna noticia de Ben desde la fiesta, pero no pensaba ser yo quien le fuera detrás. Y menos aun cuando estaba tan pesado acusándome de que había algo entre Dani y yo (quien por cierto había venido a ver películas en mi casa el sábado y no había pasado nada porque éramos solo amigos y estaba cansada de repetirlo). De todos modos, si de alguien se tendría que preocupar era de Aiden. Y mucho. Y en aumento.

El lunes llegué al insti en el coche de Clara. Era todo un privilegio que tu mejor amiga tuviera carné, tuviera coche y encima te llevara todos los días.

Estaba dejando libros en mi taquilla cuando miré hacia mi derecha; estaba Aiden de pie, observándome. Cerré mi taquilla rápidamente y me dirigí hacia él. Pero de repente Lucy se cruzó en mi camino.

—¡Lynn! —gritó demasiado emocionada.

—¡Lucy...! —le correspondí al saludo con una emoción fingida—. Lo siento, pero tengo que ir a hablar con Aiden.

Miré hacia donde antes estaba Aiden, pero ya no estaba. Ella me agarró con fuerza del brazo. Joder, qué fuerte era.

—¿Y no es mejor que vayamos a mates juntas? —preguntó nerviosa.

—Lucy, tú no tienes mates conmigo ahora —le dije.

Pero yo sabía de alguien que sí: Aiden.

—Espera —dijo ella y volvió a ponerse en mi camino. Levanté una ceja pidiendo una explicación. Ella puso los ojos en blanco—. Está bien, soy malísima como distracción...

—¿Distracción de qué?

—Te distraigo para que no vayas a hablar con Aiden —dijo con una sonrisa.

Volví a levantar una ceja.

—¿Por qué?

—Porque... porque, joder, porque Jenny no puede ver a Aiden contigo, ya está ya lo he dicho —dijo y levantó las manos en alto.

Yo arrugué mi frente. Me crucé de brazos. ¿A qué estaba jugando esta gente?

—Pensaba que ya no estaban juntos.

—¿Quién te ha dicho eso? —quiso saber Lucy, levanté una ceja y Lucy me miró entendiendo que había sido Aiden—, ah, vaya, jaja —rio nerviosa—, pues... mira, Lynn es muy complicado... y si Jenny os ve todo se va a complicar más...

—Pues explícamelo —exigí.

Ella negó con la cabeza.

—Yo no puedo, Aiden es el que tiene que explicártelo.

—Lucy, Aiden no me cuenta nada, encima ese sinvergüenza se presenta en mi casa y me be...

Dani apareció detrás de Lucy y tuve que callarme. Pero Lucy me había entendido y se tapó la boca con las manos debido a la sorpresa.

—Lynn, vamos a mates —dijo Dani con una sonrisa.

—Sí vamos —dije y me separé de Lucy, pero me giré para decirle una última cosa—, Lucy, esta tarde vamos de compras, ¿qué te parece? Así nos ponemos al día, ¿eh? —dije y me giré antes de que me dijera que no.

Dani se sentó a mi lado en clase. Como cada lunes. Odiaba los lunes y odiaba las mates.

—Estas muy guapa, Lynn —murmuró Dani.

¿Qué? ¿Y ahora qué mosca le había picado a este? Tampoco le estaba prestado mucha atención, estaba buscando a Aiden con la mirada. Le encontré; me miraba fijamente. Qué novedad.

—Eh, gracias, Dani —le dije sin darle importancia.

—Como siempre... —creo que murmuró él.

Sentí como alguien me apartaba un mechón de pelo de la cara. Me giré hacia Dani rompiendo el contacto visual con Aiden.

—¿Qué pasa? ¿Tenía algo en el pelo? —dije y me pasé los dedos por el pelo con rapidez.

—Eh... sí —dijo Dani.

Le sonreí.

—Sabes, aún no sé quién es la misteriosa chica que tanto te gusta... ¿No me vas a decir quién es?

—Primero se tiene que dar cuenta de que me gusta —dijo Dani y se encogió de hombros.

El profesor de mates entró en el aula para hacer de la siguiente hora de mi vida una tortura.

I M P R I M A D A [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora