Capítulo 49

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— ¿Quién te dejó entrar? —pregunté, parpadeando repetidas veces en un vago intento de controlar las lágrimas que peligraban con salir de mis ojos

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— ¿Quién te dejó entrar? —pregunté, parpadeando repetidas veces en un vago intento de controlar las lágrimas que peligraban con salir de mis ojos.

Logan me regaló una mirada cargada de pesar y yo, con miedo a que Sophie Rosie saliera de mi habitación y encontrara a Logan, caminé en dirección a él con la clara intención de sacarlo de aquí.

—Eso no importa. —negó con la cabeza al tiempo que daba un paso más cerca de mí.

No me moví, al ver que no temía por su vida y ser golpeado por Sophie Rosie, empecé a inquietarme, mi hermana estaba en mi habitación, tendría que buscar otro lugar para que ella no se encontrara con Logan.

—Debes irte ahora mismo, mis padres podrían llegar en cualquier momento y Sophie Rosie nos puede escuchar—advertí en voz baja—. En este momento tú no eres una de sus personas favoritas.

Él hizo un movimiento con la cabeza en dirección a las escaleras, ignorando mis palabras. No estaba muy segura de querer estar a solas con él, sin embargo, Logan empezó a deambular hacia la primera planta, vigilé que Sophie Rosie aun estuviera en mi habitación y cuando la vi descansando en la cama, seguí a Logan.

Empecé a caminar con lentitud, retrasando el momento, era bastante extraño que él estuviera en mi casa luego de desaparecer del campo de fútbol como si de un fantasma se tratara.

Logan no se detuvo hasta estar en la cocina, supuse que en esa parte de la casa tendríamos tiempo para que él se fuera o se escondiera si era necesario.

— ¿Podría tomar un poco de agua? —pidió, tranquilo, no le respondí porque, si lo hacía, terminaría echándolo yo misma.

Logan no podía entrar a mi casa, ponerme de los nervios y pedirme sin parecer afectado en lo más mínimo como yo lo estaba.

Él estaba burlándose de mí, apreté los labios y buscando una pizca de paciencia tomé un vaso limpio del cajón y luego fui a la nevera para servirle algo de agua fría.

Al tener el vaso lleno, se lo extendí, el chico frente a mí bebió el líquido como si llevara días, o semanas, sin que algo refrescante para su garganta, eso logró apaciguar mi molestia.

Fruncí el ceño y analicé su aspecto desaliñado, Logan parecía estar más delgado, había marcas lilas que resaltaban bajo sus ojos, su cabello estaba largo y él odiaba llevarlo de esa forma.

La última vez que habíamos hablado, él poseía golpes en su rostro y ahora tenía una apariencia desgastada, me preocupé un poco por lo que le pasaba, Logan había dejado de ir al instituto hace más de un mes.

Algo estaba mal con chico de excepcionales ojos azules y cabello negro como la noche, pero no me atreví a preguntar por ello, en su lugar dije:

— ¿Qué estás haciendo aquí, Logan? —pronuncié, cuando terminó con el líquido frío del vaso, él respiró profundamente.

Pequeña promesa © [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora