Capítulo 01

49.6K 3.1K 433
                                    

De nuevo me encontraba pensando, —porque sí, yo pensaba— qué demonios había hecho para que mi amada hermana, Sophie Rosie, me despertara de la manera más hermosa que una hermana mayor podría despertar a su hermana menor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

De nuevo me encontraba pensando, —porque sí, yo pensaba— qué demonios había hecho para que mi amada hermana, Sophie Rosie, me despertara de la manera más hermosa que una hermana mayor podría despertar a su hermana menor.

Con gritos.

Sí, era totalmente sarcástica.

Ese era nuestro amor fraternal, o algo parecido.

«Eso es lo que crees.» dijo la vocecilla que predominaba de vez en cuando en mis pensamientos.

Eso era lo que sinceramente quería creer, claro que no era la hermana mayor más cruel, pero tampoco era la más amorosa, estábamos en un dulce y fuerte intermedio, dulce por mi parte, fuerte por sus golpes.

Já, cómico muy cómico.

Me levanté a regañadientes, ¿Qué clase de ser humano hacía tanto escándalo para ir a la escuela? ¿Era acaso que Sophie Rosie era de otro planeta? Bueno, también sabía que ir a la escuela era importante, pero, al parecer, mi hermana lo estaba llevando a otro nivel haciendo parte de esa clase de seres extraños que amaban estar en la escuela y, si fuera posible, vivir en ella. Sophie Rosie era una cerebrito. Y una deportista, había jugado muchas veces en el equipo de fútbol femenino del instituto consiguiendo el título de campeonas tres años seguidos y, por si fuera poco, este año quería tener más menciones que le fueran de utilidad para la universidad.

Y, además, creía que todo se debía a que era su último año, también tenía que ver con el hecho de ser muy querida por todos en la secundaria, por mi parte solía ser más reservada, con sólo decir que me llevaba de maravilla con el director de la secundaria.

Punto para mí, supongo.

Como olvidar esos tiempos en los que tomábamos café cuando se suponía que debía estar castigada.

Repito: punto para mí.

Decidí levantarme de mi cómoda y calientita cama y caminar hacia el closet.

Elegí alguna muda de ropa sin ser muy selectiva, de hecho, lo mío nunca sería ir como una gran modelo de pasarela, quizás eso se lo debía dejar a mi hermana.

Sí, además de ser una cerebrito, deportista, líder del club de literatura universal y organizadora del baile de grado, también era un genio en el famoso mundo de la moda.

Y yo, bueno yo era excelente en terminar castigada.

Sí, la vida era muy sencilla. Mi vida lo era.

Sin embargo, al salir de mi habitación me detuve al tiempo que me topé con una chica arreglada a más no poder, ¿Cómo se aguantaba tener esos zapatos tan altos? Yo intenté una vez hacerlo y no pude caminar bien al día siguiente de haberlos usados y ella los usaba todos los días. Sophie Rosie era en definitiva de otro planeta, ese con población extra femenina.

Pequeña promesa © [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora