Capítulo 69: Matices

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BEN

Voy llegando al departamento de Kate a eso de las dos de la mañana, quise irme del cumpleaños antes pero cada vez que lo intentaba alguien se acercaba a hablarme y hacía imposible que lograra escabullirme. Hace mucho tiempo que no conducía por las noches debido al toque de queda y ahora que quitaron esa estúpida norma me doy cuenta de que la gente la está aprovechando, aunque sea tarde las calles están llenas.

Otro conserje mucho menos amable que Austin es el que me abre esta vez y luego me da una mirada desaprobatoria, como si estuviera cometiendo un pecado por «convivir» con mi novia, como si me importara un poco su opinión. No estoy enojado pero siento algo que no puedo explicar, tengo la sensación de que me estoy perdiendo algo y eso me molesta, así que lo único que quiero es encontrar a mi novia despierta y preguntarle qué fue lo que pasó, en un momento se veía de lo mejor y luego de un momento a otro, palideció y se fue. Quiero saber si alguien le hizo o dijo algo porque si es así, ese alguien se las verá conmigo.

Abro la puerta y al ver todas las luces apagadas, sé que no tendré ninguna respuesta hasta mañana. No es que no me lo esperara, es tarde y no la culpo por no quedarse despierta por mí, el culpable soy yo por no venirme cuando ella lo hizo en primer lugar. Me saco las zapatillas en la sala e intentando hacer el menor ruido posible me dirijo a la habitación, todo está demasiado silencioso hasta que piso unas cosas y suelto una maldición. La pieza solo está iluminada por los postes de luz de la calle porque por alguna razón a Kate no le gusta dormir con la cortina cerrada así que puedo darme cuenta del desastre que hay, todas las cosas de los muebles, ropa y cuadernos en el suelo como cuando me dan mis ataques de rabia y rompo todo, miro hacia la cama y la encuentro dormida, su pecho se levanta lentamente por sus respiraciones y cuando me acerco un poco más me doy cuenta de las lágrimas secas que hay en sus mejillas, se quedó dormida llorando y yo ni siquiera estaba a su lado para consolarla. Me siento como la mierda, soy un imbécil.

Me desvisto hasta quedar solo con la ropa interior y me meto a la cama a su lado, la rodeo con mis brazos e inconscientemente ella se acomoda por lo que quedamos tan unidos como siempre. Quiero que cuando despierte sepa que estoy aquí para ella, que sea cual sea la razón por la que haya estado llorando, yo siempre estaré a su lado.

La mañana llega más que pronto y un rayo de sol es el culpable de que despierte, al mirar el teléfono me doy cuenta de que son las nueve y mi compañera sigue profundamente dormida por lo que me levanto con todo lo más cuidadoso que puedo y me dirijo a la cocina para prepararle el desayuno. Quiero mimarla un poco, a ver si se le olvida un poco todo lo que la hizo llorar.

Mientras se calienta el agua en el hervidor, voy hasta la habitación y me pongo a recoger las cosas que hay en el suelo, por suerte no hay nada roto así que no tardo mucho. Doblo la ropa y la guardo nuevamente en el armario, cuando termino, vuelvo a la cocina a terminar el desayuno y lo sirvo en una bandeja.

—Creí que la habitación estaba hecha un desastre —dice cuando voy entrando en la habitación, dejo la bandeja a los pies de la cama y me acerco para darle un beso—. No te sentí llegar anoche.

—Sí, ya estabas dormida. ¿Amaneciste bien?

—Claro que amanecí bien, con todo esto quién no amanecería bien —apunta la habitación, el desayuno y luego se acerca para darme otro beso—. Gracias.

—¿Puedo preguntar qué pasó anoche?

—Nada, te dije que me dolía un poco la cabeza y estaba cansada.

—¿Por qué te quedaste dormida llorando? —mira hacia otra lado como si no soportara mirarme fijamente—. ¿Qué pasa?

—No es nada, de verdad. Verte con tu familia me hizo extrañar un poco la mía y me puse un poco triste pero no fue nada, no quería preocuparte con tonterías.

Enséñame a amar (SS#1) (VR#3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora